Por Alberto Rojas
El Mundo - España
Casi 800.000 refugiados han pasado por esta ruta desde enero, un pastel demasiado apetecible y rentable para que nadie se aprovechara de él.
Casi 800.000 refugiados han pasado por esta ruta desde enero, un pastel demasiado apetecible y rentable para que nadie se aprovechara de él.
Se dan situaciones de abuso a cada
minuto, con familias saqueadas con total impunidad ante la policía, precios
cambiantes y rumores engañosos.
Los policías serbios los miran como si no existieran. Porque en realidad para ellos sólo existen como una mercancía,
mera gestión de residuos. Así que observan la escena con
indiferencia. A tres metros de ellos, un conductor se muestra inflexible.
"Son 70 euros por cada miembro de tu familia que quiera subir a mi
autobús", le dice a un refugiado sirio que, a estas alturas, saca todo el
dinero que le queda.