RTVE
La OIT denuncia
que millones de mujeres están perdiendo terreno en el campo de la igualdad
laboral y siguen experimentando "grandes
dificultades para acceder a empleos decentes" en todo el mundo. Los progresos
alcanzados en la educación no se traducen en mejores condiciones laborales,
las mujeres tienen más probabilidades de acabar en el paro, se ven obligadas a
aceptar empleos de peor calidad y siguen cargando con el trabajo doméstico no
remunerado.
El
informe realizado por la Organización Internacional del Trabajo Las
mujeres en el trabajo. Tendencias 2016 examina datos de 178 países y concluye que las
desigualdades entre mujeres y hombres persisten. Durante las dos últimas décadas,
aumenta la segregación profesional por género. Es decir, ellas están
sobrerrepresentadas en las ocupaciones consideradas tradicionalmente femeninas,
en el sector servicios son el 61,5%
a escala mundial.
En
los países desarrollados, más de una tercera
parte de las mujeres trabajan en el comercio mientras que en los países
más ricos, la principal fuente de empleo femenino es la salud y la educación (30,6%). En Asia Meridional y África
Subsahariana, más del 60% de las
mujeres trabajadoras lo hacen en el sector agrícola "en
actividades laboriosas, con mucha mano de obra, y son mal remuneradas o no
remuneradas en absoluto".
Las
mujeres no llegan al 40% de la fuerza laboral, pero constituyen el 57% del empleo a tiempo parcial. La OIT
denuncia que tienen más probabilidades de encontrarse en situación de "subempleo por insuficiencia de horas".
En concreto, en algunos países africanos una de cada dos mujeres trabajadoras está subempleada.
Además ocupan un porcentaje mayor en los puestos
de trabajo con salarios más bajos. En las economías desarrolladas superan el 60% en los empleos peor
remunerados: trabajadoras administrativas, de los servicios y del comercio
y ocupaciones elementales.
La igualdad retrocede en
España con la crisis
La
crisis económica ha frenado en España cualquier avance hacia la igualdad en el
trabajo y se perpetúa la "discriminación
apabullante" en todos los ámbitos de las relaciones laborales, no solo
el salarial. El director de la OIT para España, Joaquín Nieto, ha explicado que
la brecha entre lo que ganan
hombres y mujeres (medido en salario por hora) es del 18,8% cuando al
inicio de la crisis era del 16,1%.
La temporalidad también se ha
disparado y castiga más a las mujeres, ya que en 2009 el 44,6% de las trabajadoras
españolas tenía contratos temporales mientras que en 2014 este porcentaje superaba el 62%, casi 20 puntos más.
La
consejera de esta oficina de la OIT, Judith
Carreras, señala que "antes de la crisis, la participación de las mujeres era ascendente, pero acaba cayendo,
sobre todo en los últimos años".
En
el sector tecnológico, las
mujeres se están quedando atrás algo "preocupante", según Nieto,
porque forma parte de la modernización de la economía que va a continuar con
mayor intensidad en los próximos años y va a suponer "un retraso en la incorporación femenina a
este ámbito".
Carreras
ha indicado que aunque en los estudios tecnológicos "hay una supremacía"
de los hombres, también ha asegurado que existen otras causas que esta organización va a estudiar para conocer
por qué los hombres, en términos generales, "acceden mucho más a estos empleos".
La brecha salarial podría
cerrarse dentro de 70 años
La
cara más visible de la desigualdad es la brecha salarial que se estima en el
23%; en otras palabras, las mujeres ganan el 77% de lo que ganan los hombres.
La OIT estima que, con las tendencias actuales, se necesitarían más de 70 años para alcanzar la igualdad.
Con todo, "existe un riesgo de que el cierre de la brecha se produzca por nivelación hacia abajo, es
decir empeoramiento de los varones, y no de una mejora laboral de las mujeres
(nivelación por arriba)".
El
organismo matiza que la brecha se
reduce con "medidas de política explícitas" y no por la
mejora general del nivel de vida. Subraya que "el desarrollo económico no
asegurará per se la
distribución equitativa entre hombres y mujeres de los beneficios derivados del
crecimiento".
Tener
un sueldo no es una garantía de un trabajo de mejor calidad. En todo el mundo,
casi un 40% de las mujeres con
empleo remunerado no contribuyen a la protección social. Este porcentaje se
dispara al 63,2% en África Subsahariana y al 74,2% en Asia Meridional, donde el
trabajo informal es el modelo dominante.
El 60% de las
trabajadoras no tiene derecho a la baja maternal
Cerca
del 60% de las trabajadoras (casi
750 millones de mujeres en todo el mundo) no se benefician del derecho legal a la licencia de maternidad.
Apenas el 28,2% -330 millones de empleadas- recibiría prestaciones
contributivas o no contributivas en caso de parto.
Las
mujeres siguen trabajando más horas
al día que los hombres, tanto en el trabajo remunerado como en el no
remunerado. En los países desarrollados, las mujeres dedican 4 horas y 20 minutos cada día a cuidado no remunerado,
comparado con 2 horas y 16 minutos de media de los varones. Esta considerable
disparidad de género ha disminuido en algunos países, porque las mujeres
reducen el tiempo para las tareas domésticas, aunque mantienen las que dedican
al cuidado de los hijos.
Las jornadas de las mujeres siguen siendo más
extensas que las de los hombres. En las economías desarrolladas, las
mujeres empleadas (por cuenta propia o asalariadas) trabajan 8 horas y 9 minutos en el
trabajo remunerado y no remunerado, frente
a 7 horas y 36 minutos de los hombres. Este desequilibrio limita la
capacidad de las mujeres de incrementar sus horas de trabajo asalariado, formal
y remunerado.
200 millones de mujeres
sin pensión
La
desventaja acumulada en el mercado laboral tiene un impacto considerable en el
futuro de las mujeres. En términos de pensiones, la cobertura (legal y
efectiva) es inferior para ellas. Actualmente, 200 millones en mujeres en edad de jubilación viven sin ningún ingreso
regular proveniente de una pensión de vejez o de supervivencia, frente
a 115 millones de hombres.
La
OIT insta a los gobiernos a tomar medidas para "reconocer las labores de
cuidado no remuneradas, y a reducirlas y redistribuirlas entre las mujeres y
los hombres, y entre las familias y las sociedades". Apunta que es
esencial que "las sociedades reconozcan que tanto los hombres como las
muejres tienen el derecho y la
responsabilidad de trabajar y de prestar cuidados".
Además
advierte que la tributación
conjunta en el impuesto sobre la renta puede ser un obstáculo para la
participación de las mujeres en el mercado laboral y un factor disuasorio
cuando viene acompañada de diferencias salariales y de una distribución
desigual de las cargas familiares. El organismo recomienda "un sistema tributario y de prestaciones más
neutral que no desaliente a trabajar a uno de los sostenes del
hogar".
La
OIT también recomienda políticas de acción afirmativa con objetivos, metas y cuotas para gobiernos,
sindicatos, patronales y empresas. El organismo sugiere que los sistemas
educativos deberían estimular la igualdad de trato entre hombres y mujeres y
alentar a "los jóvenes a ejercer profesiones relacionadas con la prestación
de cuidados y promover el acceso de
las mujeres al estudio de la ciencia, la tecnología, la ingeniería, las matemáticas y
calificaciones conexas".