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09 octubre, 2015

Estados Unidos suspende el programa de formación de rebeldes sirios


El País
La Administración Obama anunció nuevos ajustes en su estrategia en Siria. El Pentágono paralizará el programa para entrenar y equipar a rebeldes moderados sirios. Este programa, adoptado por el Congreso en 2014 con un costo de 500 millones de dólares, era un pilar de la política del presidente Barack Obama ante una guerra civil que, en cuatro años, ha dejado más de 200.000 muertos. La reciente intervención militar de Rusia desconcierta a Obama, paralizado entre la lucha contra el Estado Islámico y la oposición al régimen de Bachar El Asad, a quien atribuye la responsabilidad del conflicto.

En vez de entrenar y equipar a una nueva fuerza de la oposición en Siria, a partir de ahora Estados Unidos entrenará y equipará a fuerzas existentes.
Puede parecer un matiz, pero las implicaciones son notables. El nuevo plan significa que la Administración Obama rebaja el listón.
El objetivo era crear una fuerza moderada adiestrada y controlada por EE UU. Se trataba de formar en países vecinos y lanzar al campo de batalla a combatientes afines. Era en esencia una fuerza patrocinada por Washington, que, con un sistema estricto de control de los antecedentes de los milicianos, debía evitar la infiltración de elementos extremistas.
Ahora EE UU relaja los criterios. Ya no formará a su propia fuerza, sino que buscará a líderes militares que ya combatan sobre el terreno, los equipará y delegará en ellos la lucha en favor de los intereses estadounidenses.
La razón del cambio es el fracaso, admitido por la Administración Obama, del plan para formar y equipar a una fuerza rebelde. Debían ser 15.000 en los tres primeros años y 5.400 en el primero. El Pentágono admitió en septiembre que sólo cuatro o cinco estaban en combate, aunque después amplió el número a unos 80. No fue el único problema. Algunos rebeldes que en los meses previos entraron en combate sufrieron pérdidas ante los yihadistas y parte de su equipamiento, proporcionado por EE UU, acabo en manos del Frente Al Nusra, vinculado a Al Qaeda.

“Sigo convencido de que una derrota duradera de ISIS [acrónimo inglés para designar al Estado Islámico] en Siria depende en parte del éxito de fuerzas sobre el terreno locales, motivadas y capaces”, dijo en un comunicado el secretario de Defensa, Ashton Carter. “Creo que los cambios que hoy instituimos aumentarán con el tiempo el poder de combate contra las fuerzas del ISIL en Siria y al final ayudarán a que nuestra campaña logre una derrota duradera del ISIL”.