SALUD
BBC MUNDO
Una mujer
inició una batalla legal para acceder a los óvulos congelados de su hija
muerta, con el fin de dar a luz a sus nietos.
La mujer
-conocida como la señora M para preservar su identidad- y su marido llevaron el
caso ante el Alto Tribunal tras la negativa de un regulador independiente británico
para transportar los óvulos, que se encuentran en Londres, a una clínica de
fertilidad de Estados Unidos.
La señora
M le explicó al Alto Tribunal que su hija, que murió de cáncer de intestino,
quería que sus óvulos fueran fertilizados con el esperma de donantes y se
implantaran en el útero de su madre.
Por el
momento, el juez no ha emitido ningún veredicto.
La hija, única
descendiente de la pareja, decidió congelar sus óvulos en una clínica de
fertilidad en Hammersmith, en el oeste de Londres, después de su diagnóstico de
cáncer en 2008.
Se cree
que el caso es el primero de su tipo.
Oferta
de Nueva York
La mujer
-a quien se conoce como A- esperaba poder tener sus propios hijos algún día,
pero murió en 2011.
Una clínica
en Nueva York dijo que está dispuesta a ofrecer a su madre, de 59 años de edad,
el tratamiento de fertilidad que desea, a un costo de US$92.000 dólares.
Los
óvulos se encuentran almacenados en una clínica de fertilidad de Londres.
Pero la
Autoridad de Embriología y Fertilidad Humana (HFEA, por sus siglas en inglés)
se ha negado a emitir una "instrucción especial" para permitir que
los óvulos congelados sean enviados a Estados Unidos.
La mujer
le pidió al juez que descarte esta decisión argumentando que es ilegal e
interfiere con los derechos humanos de la familia.
Por su
parte, la HFEA tomó la decisión en 2014, alegando que no hay pruebas
suficientes para demostrar que la hija quería que su madre llevara en su
vientre a sus hijos.
Aunque la
mujer completó un formulario dando su consentimiento para que los óvulos fueran
almacenados después de su muerte, no rellenó un documento separado indicando cómo
quería que se utilizaran.
Entidades
en el limbo
Antes de
que la HFEA diera a conocer su decisión, se reveló que la evidencia más fuerte
de los deseos de la hija era una conversación que mantuvo con su madre mientras
se encontraba en el hospital en 2010.
M declaró
que su hija le había dicho que su salud se había deteriorado: "Nunca van a
dejar que abandone el hospital. La única manera en la que que voy a salir de
aquí es en una bolsa para cadáveres".
Puede
haber una tentación natural del ser humano darles a los reclamantes lo que están
buscando, pero el tribunal, en ausencia de pruebas claras en ese sentido, debe
mostrarse muy reacio a asumir que, porque esto es lo que los demandantes
quieren, es algo que la hija también quería Catalina Callaghan, representante
legal de la HFEA
"Quiero
que tú lleves a mis bebés en tu vientre.
"No
pasé por todo el tratamiento de fertilidad para nada.
"Quiero
que tú y papá los críen.
"Yo
no podría haber querido mejores padres. No podría haber hecho esto sin
ti".
En su
declaración, M añadió: "No tengo absolutamente ninguna duda en mi mente de
que, en lo que se refiere a A, sus huevos son entidades en el limbo esperando
nacer".
"Está
claro que quería que sus genes se perpetuaran después de su muerte.
"Sufrió
terriblemente y esta fue la única constante en sus últimos años de vida de la que
nunca vaciló".
Primer
caso en el mundo
Jenni
Richards, la abogada que representa a los padres, pidió al juez que declare
ilegal la decisión de la HFEA y que establezca que interfiere con los derechos
humanos de la familia.
La
letrada argumentó que la HFEA adoptó un enfoque demasiado rígido y que hizo
hincapié de forma irrazonable en el hecho de que la hija no firmó el formulario
adicional que especifica el uso de sus óvulos.
Una
clínica de Nueva York se ha ofrecido a realizar la operación in vitro.
En respuesta,
Catalina Callaghan, representante legal de la HFEA, alegó que la decisión no
fue ni irracional ni desproporcionada.
Callaghan
añadió: "Puede haber una tentación natural del ser humano de darles a los
reclamantes lo que están buscando, pero el tribunal, en ausencia de pruebas
claras en ese sentido, debe mostrarse muy reacio a asumir que, porque esto es
lo que los demandantes quieren, es algo que la hija también quería".
La corte
escuchó que la pareja quiere permanecer en el anonimato para proteger la
identidad de "un niño aún no nacido".
Ellos
dijeron que su hija se habría sentido "devastada" si hubiera sabido
que sus óvulos no serían utilizados.
Mohammed
Taranissi, experto en fertilidad que dirige la clínica ARGC en Londres, señaló:
"Nunca he oído hablar de un caso de subrogación que involucre a una madre
y los óvulos de su hija muerta.
"Es
justo decir que esto puede ser una primicia mundial".