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25 mayo, 2012

LA LUCHA CONTRA LAS GRASAS




“lo esencial sigue siendo invisible a los ojos”
Saint Exupéry en “El principito”

La Historia nos ha revelado que todo cambia y no escapan a ello los ideales estéticos.  Desde las redondeces de aquellas mujeres que plasmó en sus lienzos el flamenco Peter Paul Rubens, hasta la inmensa desdicha por la atormentada obsesión de las mujeres hoy día de alcanzar una figura famélica, indicadora de autocontrol, musculosa y además, alejadísima de las preferencias masculinas, que indican que ellos, las prefieren con “forma de guitarra”
.  Del otro lado, el aspecto esperado para el hombre, que tiene que ver con ser fuerte, inteligente y corpulento. 

La actitud compulsiva por el logro de estos ideales estéticos, por responder a un imperativo social-cultural (relativo a cada grupo social y a cada momento histórico) para sentirse integrado (...)
a una sociedad que imaginariamente protegerá a quienes respeten estos mandatos no puede ser nunca a costa de perder la salud.

ETP pone énfasis en este último punto: la salud, y es por ello que trae la última información científica acerca de la “lucha contra las grasas”.

Igualito al lavaplatos

Investigadores de la Facultad de Medicina Albert Einstein de la Universidad de Yeshiva (Nueva York, EEUU) han descubierto que el cuerpo humano tiene un mecanismo interno que controla la acumulación de grasa en las células y se encarga de convertirla en energía para el organismo.
El proceso, denominado autofagia -literalmente 'comerse a uno mismo'-, consiste en que los lisosomas reciben parte de la grasa acumulada en forma de triglicéridos y la convierte en ácidos grasos que la mitocondria puede usar para producir energía.
Pero también se encontró que a medida que envejecemos, la actividad de estos 'basureros' del cuerpo se reduce, lo que significa que la cantidad de grasa acumulada en las células aumentará y que no se puede obtener energía de ellas tan fácilmente. Las consecuencias de esto?  negativas, ya que puede dar origen al desarrollo de un hígado graso, diabetes e incluso problemas en el cerebro ya que las células de este órgano también tendrían más grasa de lo aconsejable y no funcionarían como antes.
Esta investigación determinó también que existe una relación entre la acumulación de grasa en las células y la obesidad, porque por ejemplo si las células del hígado se llenan de grasa no pueden metabolizar bien lo que se toma en la dieta y esto empieza a acumularse en el tejido adiposo.

El siguiente paso a esta investigación consistirá en ver si desarrollando terapias capaces de mejorar el proceso de autofagia se pueden prevenir enfermedades como las citadas anteriormente.


La hormona del crecimiento y la obesidad

Investigadores del Departamento de Biología Celular de la Universidad de Córdoba en España, en colaboración con la Universidad de Illinois, Chicago, en Estados Unidos, han descubierto un sensor natural contra la acumulación de grasas en las células que producen la hormona del crecimiento. Este hallazgo, publicado en la revista  Endocrinology,  puede develar el secreto para combatir la obesidad.

Estudios desarrollados en ratones transgénicos han demostrado que las células encargadas de producir la hormona del crecimiento – células somatotropas- funcionan además como sensores naturales que detectan la existencia de un exceso de nutrientes e informan al organismo para evitar una acumulación de grasas y una alteración de la glucosa, condiciones previas en la obesidad.

Los investigadores han comprobado que la disminución en los niveles de la hormona del crecimiento que ocurre de manera natural en el organismo con el envejecimiento,  alcanza su mayor presencia durante la pubertad e inicia después su descenso, puede ser la fórmula que emplea el cuerpo humano para evitar la aparición de otros problemas, como la diabetes.
Cuando ese descenso es excesivo, se producen las alteraciones y aparecen enfermedades como la obesidad provocada por la acumulación de grasas, un defecto del metabolismo,  la pérdida de masa muscular y la aparición de la diabetes.
Los últimos estudios: Recobra la figura… tomándo vino?

Kee-Hong Kim y sus colegas de la Universidad de Purdue, en Estados Unidos, han explorado el pieceatanol, compuesto poco estudiado que deriva del resveratrol, ingrediente crucial, que se encuentra en vegetales y alimentos, particularmente en la uva del vino tinto.

Se sabía hasta ahora que el resveratrol, prolonga la vida y la buena salud porque incrementa el abastecimiento de energía en la mitocondria, el 'motor' de las células y por ello era conocido, por sus propiedades antienvejecimiento; pero lo nuevo es que, según este último estudio, podría ser útil en la lucha contra la obesidad, ya que se demostró que al ingresar en el cuerpo humano, el resveratrol se transforma en pieceatanol y éste puede bloquear las células grasas. De ahí que Kim y sus colegas esperen que el hallazgo abra nuevas vías en la comprensión y el control de los mecanismos implicados en la obesidad.

“El pieceatanol altera el ritmo de expresión de los genes, el rol de los genes y la acción de la insulina durante la adipogénesis, el proceso durante el cual las células grasas jóvenes se vuelven células grasas maduras”, explica Kim. “En presencia del pieceatanol, la adipogénesis se ve retardada e incluso completamente inhibida”, agrega.

Según el investigador, la adipogénesis es un blanco molecular importante en el retraso o incluso la prevención de la acumulación de grasas en las células.

Qué sigue? Se busca ahora mejorar la estabilidad y la solubilidad del pieceatanol para crear un efecto biológico ya que esta sustancia se degrada muy rápidamente una vez que ingresa en el torrente sanguíneo.


Verdades y Mentiras, según la nutricionista Gretel Cabrera

1. El pan engorda: No es cierto. “Lógicamente el pan tiene un aporte calórico, pues está constituído de cereales, pero lo que realmente engorda es la salsa en la que lo mojamos”. Cabrera nos recomienda, eso sí, saber qué tipo de pan comemos: “El pan de molde, por ejemplo, tiene más calorias”.
2. Suplementos alimenticios, solo si de verdad son necesarios: Esta nutricionista considera que si pasas por un periódo de embarazo o convalecencia y requieres nutrientes, necesitarás un complemento que te ayude, pero muchas veces utilizamos erróneamente este tipo de pastillas en lugar de cambiar nuestros hábitos de vida y de consumo.
3. Prohibido mezclar hidratos y proteínas: Falso.  Hacer una dieta disociada nunca será la mejor manera de adelgazar. “El objetivo de toda dieta debería ser llevar una vida sana, cambiar nuestra rutina de alimentación, aprender a comer bien”.
 4. El agua engorda si la bebes durante las comidas: Falso. El agua es un alimento acalórico, es decir, no aporta calorías.
5. Fin a los dulces y a los caprichos: No hace falta renunciar a los pequeños placeres de la vida si queremos ponernos a tono.  “Lo realmente necesario es plantearnos otro tipo de vida en la que estemos mucho más activos y adquiramos unos hábitos más saludables».
6. Las frutas ácidas adelgazan: No es cierto. “No existe ningún alimento que tenga la función de adelgazar”.
7. Los productos integrales adelgazan: Como explica Cabrera, los productos integrales son ricos en fibra y producen una mayor sensación de saciedad que otro tipo de alimentos. Pero en ningún caso los productos integrales facilitan la pérdida de peso
8. Prohibido comer carbohidratos de noche: “Otro falso mito. Lo único que debemos hacer es reducir las cantidades, sobre todo por la noche, puesto que no vamos a consumir energía”.
9. Los productos light adelgazan:  Un producto light es aquel al que se le han reducido los aportes calóricos. Esto significa que estos alimentos engordarán menos que el resto pero, en ninguno de los caso, mejorarán nuestra figura.
10. Saltarse una comida adelgaza: También es falso. De hecho, saltarse una comida es un mal hábito de vida que puede acabar por salirnos caro. Además, es posible que incremente en gran medida el hambre y acabemos comiendo de manera descontrolada durante la siguiente comida, consiguiendo precisamente lo contrario que nos proponíamos.