“lo esencial sigue siendo invisible a los ojos”
Saint Exupéry en “El
principito”
La Historia nos ha revelado que todo
cambia y no escapan a ello los ideales estéticos. Desde las redondeces de aquellas mujeres que plasmó en sus
lienzos el flamenco Peter Paul Rubens, hasta la inmensa desdicha por la
atormentada obsesión de las mujeres hoy día de alcanzar una figura famélica,
indicadora de autocontrol, musculosa y además, alejadísima de las preferencias
masculinas, que indican que ellos, las prefieren con “forma de guitarra”
. Del otro lado, el aspecto esperado para
el hombre, que tiene que ver con ser fuerte, inteligente y corpulento.
La actitud compulsiva por el logro de
estos ideales estéticos, por responder a un imperativo social-cultural
(relativo a cada grupo social y a cada momento histórico) para sentirse
integrado (...)
a una sociedad que imaginariamente protegerá a quienes respeten estos
mandatos no puede ser nunca a costa de perder la salud.
ETP pone énfasis en este último
punto: la salud,
y es por ello que trae la última información científica acerca de la “lucha
contra las grasas”.
Igualito al lavaplatos
Investigadores de la Facultad de
Medicina Albert Einstein de la Universidad de Yeshiva (Nueva York, EEUU) han
descubierto que el cuerpo humano tiene un mecanismo interno que controla la
acumulación de grasa en las células y se encarga de convertirla en energía para
el organismo.
El proceso, denominado autofagia -literalmente 'comerse a uno
mismo'-, consiste en que los lisosomas reciben parte de la grasa acumulada en
forma de triglicéridos y la convierte en ácidos grasos que la mitocondria puede
usar para producir energía.
Pero también se encontró que a medida
que envejecemos, la actividad de estos 'basureros' del cuerpo se reduce, lo que
significa que la cantidad de grasa acumulada en las células aumentará y que no
se puede obtener energía de ellas tan fácilmente. Las consecuencias de
esto? negativas, ya que puede dar
origen al desarrollo de un hígado graso, diabetes e incluso problemas en el cerebro
ya que las células de este órgano también tendrían más grasa de lo aconsejable
y no funcionarían como antes.
Esta investigación determinó también que existe una relación entre
la acumulación de grasa en las células y la obesidad, porque por ejemplo si las
células del hígado se llenan de grasa no pueden metabolizar bien lo que se toma
en la dieta y esto empieza a acumularse en el tejido adiposo.
El
siguiente paso a esta investigación consistirá en ver si desarrollando terapias
capaces de mejorar el proceso de autofagia se pueden prevenir enfermedades como
las citadas anteriormente.
La
hormona del crecimiento y la obesidad
Investigadores
del Departamento de Biología Celular de la Universidad de Córdoba en España, en
colaboración con la Universidad de Illinois, Chicago, en Estados Unidos, han
descubierto un sensor natural contra la acumulación de grasas en las células
que producen la hormona del crecimiento. Este hallazgo, publicado en la revista
Endocrinology, puede develar el secreto para combatir la obesidad.
Estudios
desarrollados en ratones transgénicos han demostrado que las células encargadas
de producir la hormona del crecimiento – células somatotropas- funcionan además
como sensores naturales que detectan la existencia de un exceso de nutrientes e
informan al organismo para evitar una acumulación de grasas y una alteración de
la glucosa, condiciones previas en la obesidad.
Los investigadores han comprobado que la disminución en
los niveles de la hormona del crecimiento que ocurre de manera natural en el
organismo con el envejecimiento, alcanza su mayor presencia durante la
pubertad e inicia después su descenso, puede ser la fórmula que emplea el
cuerpo humano para evitar la aparición de otros problemas, como la diabetes.
Cuando ese descenso es excesivo, se producen las
alteraciones y aparecen enfermedades como la obesidad provocada por la
acumulación de grasas, un defecto del metabolismo, la pérdida de masa
muscular y la aparición de la diabetes.
Los últimos estudios: Recobra la figura… tomándo
vino?
Kee-Hong
Kim y sus colegas de la Universidad de Purdue, en Estados Unidos, han explorado
el pieceatanol,
compuesto poco estudiado que deriva del resveratrol, ingrediente crucial, que se
encuentra en vegetales y alimentos, particularmente en la uva del vino tinto.
Se
sabía hasta ahora que el resveratrol, prolonga la vida y la buena salud porque
incrementa el abastecimiento de energía en la mitocondria, el 'motor' de las
células y por ello era conocido, por sus propiedades antienvejecimiento; pero
lo nuevo es que, según este último estudio, podría ser útil en la lucha contra
la obesidad, ya que se demostró que al ingresar en el cuerpo humano, el
resveratrol se transforma en pieceatanol y éste puede bloquear las células
grasas. De ahí que Kim y sus colegas esperen que el hallazgo abra nuevas vías
en la comprensión y el control de los mecanismos implicados en la obesidad.
“El
pieceatanol altera el ritmo de expresión de los genes, el rol de los genes y la
acción de la insulina durante la adipogénesis, el proceso durante el cual las
células grasas jóvenes se vuelven células grasas maduras”, explica Kim. “En
presencia del pieceatanol, la adipogénesis se ve retardada e incluso
completamente inhibida”, agrega.
Según
el investigador, la adipogénesis es un blanco molecular importante en el
retraso o incluso la prevención de la acumulación de grasas en las células.
Qué sigue? Se busca ahora mejorar la estabilidad y la solubilidad
del pieceatanol para crear un efecto biológico ya que esta sustancia se degrada
muy rápidamente una vez que ingresa en el torrente sanguíneo.
Verdades y Mentiras, según la nutricionista Gretel Cabrera
1. El pan engorda: No es cierto. “Lógicamente el pan tiene un aporte
calórico, pues está constituído de cereales, pero lo que realmente engorda es
la salsa en la que lo mojamos”. Cabrera nos recomienda, eso sí, saber qué tipo
de pan comemos: “El pan de molde, por ejemplo, tiene más calorias”.
2. Suplementos alimenticios, solo si de verdad son
necesarios: Esta
nutricionista considera que si pasas por un periódo de embarazo o convalecencia
y requieres nutrientes, necesitarás un complemento que te ayude, pero muchas
veces utilizamos erróneamente este tipo de pastillas en lugar de cambiar
nuestros hábitos de vida y de consumo.
3. Prohibido mezclar hidratos y proteínas: Falso. Hacer una dieta disociada nunca será la mejor manera de
adelgazar. “El objetivo de toda dieta debería ser llevar una vida sana, cambiar
nuestra rutina de alimentación, aprender a comer bien”.
4. El
agua engorda si la bebes durante las comidas: Falso. El agua es un alimento acalórico, es decir, no
aporta calorías.
5. Fin a los dulces y a los caprichos: No hace falta renunciar a los
pequeños placeres de la vida si queremos ponernos a tono. “Lo realmente necesario es plantearnos
otro tipo de vida en la que estemos mucho más activos y adquiramos unos hábitos
más saludables».
6. Las frutas ácidas adelgazan: No es cierto. “No existe ningún
alimento que tenga la función de adelgazar”.
7. Los productos integrales adelgazan: Como explica Cabrera, los productos
integrales son ricos en fibra y producen una mayor sensación de saciedad que
otro tipo de alimentos. Pero en ningún caso los productos integrales facilitan
la pérdida de peso
8. Prohibido comer carbohidratos de noche: “Otro falso mito. Lo único que
debemos hacer es reducir las cantidades, sobre todo por la noche, puesto que no
vamos a consumir energía”.
9. Los productos light adelgazan: Un producto light es aquel al que se le han reducido los
aportes calóricos. Esto significa que estos alimentos engordarán menos que el
resto pero, en ninguno de los caso, mejorarán nuestra figura.
10. Saltarse una comida adelgaza: También es falso. De hecho, saltarse
una comida es un mal hábito de vida que puede acabar por salirnos caro. Además,
es posible que incremente en gran medida el hambre y acabemos comiendo de
manera descontrolada durante la siguiente comida, consiguiendo precisamente lo
contrario que nos proponíamos.