El presidente de Estados Unidos, Donald Trump y el primer
ministro israelí, Benjamín Netanyahu, están ofreciendo una rueda de prensa tras
su reunión de más de tres horas en la Casa Blanca. “Estamos muy, muy cerca de
un plan de paz en Gaza”, ha dicho el presidente de EE UU. La Casa Blanca ha
publicado el plan de paz de 20 puntos que maneja Trump, y que prevé un alto el
fuego y una salida segura de los líderes de Hamás que abandonen Gaza, además de
la liberación de los rehenes y un Gobierno de transición con intervención
externa en el que participaría el ex primer ministro británico Tony Blair. La
milicia palestina, por su parte, ha declarado que no ha recibido aún el plan de
Trump y rechaza algunos de sus puntos. El presidente de EE UU ha advertido de
que si la milicia no acepta esta propuesta, Israel contará con todo su apoyo
“para terminar la tarea de destruir la amenaza de Hamás”. El primer ministro
israelí, Benjamín Netanyahu, ha celebrado que el plan “garantizará que Gaza no
vuelva a ser un peligro para Israel”. Durante la reunión con Trump, Netanyahu
se ha disculpado por teléfono con su homólogo catarí por el ataque que lanzó el
pasado día 9 en Doha contra los líderes de Hamás.
Hamás revisará “de buena fe” el plan de Trump y dará una
respuesta
Los negociadores de Hamás han transmitido a los mediadores
internacionales que revisarán “de buena fe” el plan de paz para Gaza presentado
por el presidente estadounidense, Donald Trump, y darán una respuesta.
(Reuters)
Una especie de protectorado para Gaza de difícil encaje con el derecho internacional
Gaza, como Cisjordania y Jerusalén Este, fueron ocupados en
1967 por Israel y desde entonces nunca han dejado de estarlo, en flagrante
violación del derecho internacional y de las sucesivas resoluciones de Naciones
Unidas instando al Estado judío a acabar con esa ocupación.
Israel es, por lo tanto, para la legislación internacional,
una potencia ocupante, que carece de mandato, al igual que Estados Unidos, para
implantar en Gaza un organismo internacional de transición —lo que Trump ha
llamado "Consejo de la Paz"— encabezado por él mismo y en
el que también figura el muy impopular entre los palestinos Tony Blair, ex
primer ministro británico.
Ese esquema de aire colonial —hace pensar en una especie de
protectorado— tiene difícil encaje en la legalidad internacional, al menos si
no media un improbable mandato de Naciones Unidas que si Hamás llegara a
aceptar el plan —algo que sigue en el aire— parece difícil que Estados Unidos
lograra obtener. Al menos, tal y como está formulada la propuesta.
Netanyahu repite argumentos falsos en su intervención: la
Autoridad Palestina reconoce ya a Israel
El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, ha
aprovechado su comparecencia junto a Trump para lanzar una diatriba contra la
Autoridad Palestina, la versión descafeinada de la mucho más combativa
Organización para la Liberación de Palestina (OLP), que surgió de los Acuerdos
de Oslo (1993-1995). Como acostumbra, Netanyahu ha repetido argumentos falsos
en su alocución. Al hablar de la reforma, que ha descrito como radical, que
tendrá que emprender la Autoridad Palestina, ha asegurado, por ejemplo, que es necesario
que esta “reconozca al Estado de Israel”.
El mandatario no puede ignorar que, al rubricar los Acuerdos
de Olso, Israel y la OLP intercambiaron documentos de reconocimiento mutuo el 9
de septiembre de 1993, hace 32 años. En uno de esos pliegos, la OLP reconocía
“el derecho de Israel a existir como un Estado soberano en el Medio Oriente”.
Fue la parte israelí la que se limitó a reconocer a la OLP como representante
del pueblo palestino, pero, en ningún momento, el derecho a la
autodeterminación y a un Estado propio que sí recogen sucesivas resoluciones de
Naciones Unidas.
Tomado de El País / España. Imagen: Alex Brandon (AP).