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19 abril, 2025

Traidores

Por Gonzalo Oliveros Navarro* / opinión

Ese fue el término que ayer, en entrevista con Carla Angola, utilizo MCM para referirse a quienes participarán en las próximas elecciones. El término, así lo creo, es nuevo en la política venezolana para referirse a conductas ciudadanas.

Haciendo ejercicio de memoria, no recuerdo que, a Domingo Alberto Rangel, por ejemplo, para citar un emblemático nombre de quien una posición política distinta planteaba en la época democrática, como era la abstención, así se le calificara.

En estos tiempos, los que corren desde febrero de 1999, fue Chávez el primero que la utilizó, siendo su víctima, Raúl Baduel, allá por el año 2007, cuando este no apoyó su proyecto de reforma constitucional. 

Luego, en diciembre de 2009 dijo lo mismo refiriéndose a compañeros de partido que internamente le adversaban y finalmente lo afirmó en octubre del 2012, con ocasión de su última elección como presidente, para señalar a quienes pretendían sucederle en el poder.

La palabra, sin duda, es muy pesada. Así, el señor Maduro y los jueces que bien le sirven, se la aplican a todo aquél que consideren un adversario, bien por pensar distinto a el o aceptar una designación institucional, con el agravante que es a la patria y conlleva 30 años de presidio los que, seguramente, quien sea víctima de la decisión cumplirá íntegramente pues, con la actual administración venezolana, no se aplican los beneficios que la ley contempla.

Lo más importante en todo caso es, que, viniendo de quien ayer la expresó, ella tiene gravísimas connotaciones para sus destinatarios pues, pudiere inferirse, que quien incurra en esa conducta -y la recuerdo, votar- sabrá que contra ella, cuando llegue el tiempo de ejercer el poder, se  ejercerá todo su peso por esa conducta,  por considerarla ominosa.

Hace años escribí y no he cambiado, que, en la situación actual venezolana -y esta con el tiempo ha empeorado- el país necesitaba que su liderazgo lo ejerciera una persona que actuare como un médico, sanando heridas. Hoy, más que nunca, estoy convencido de eso.

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