El vicepresidente y su esposa,
Usha, acompañados del secretario de Energía, viajaron a la base militar
estadounidense de Pituffik por “cuestiones vinculadas a la seguridad del
Ártico”
PITUFFIK, Groenlandia. - El
vicepresidente de Estados Unidos, JD Vance, llegó este viernes
a la única base militar de su país en Groenlandia, en un viaje
considerado como una provocación tras las amenazas anexionistas de
Donald Trump por esta isla autónoma de Dinamarca.
Tras la llegada del
vicepresidente, Trump reiteró que Estados Unidos necesita Groenlandia
para garantizar la “paz mundial”.
Vance, por su parte, declaró el
viernes desde la base aérea que Dinamarca “no ha cumplido adecuadamente
con su labor” en lo que respecta a la seguridad internacional en Groenlandia.
“Dinamarca no ha hecho lo suficiente para garantizar la seguridad de Groenlandia”, afirmó ante las tropas estadounidenses. “No han invertido lo necesario en la población de Groenlandia ni en la seguridad de esta increíble y hermosa masa continental, habitada por gente increíble. Esto debe cambiar”, añadió.
La visita además coincide con el
anuncio de un nuevo gobierno de coalición en Groenlandia, liderado por el
primer ministro Jens Frederik Nielsen. Su partido, el Partido
Democrático de Groenlandia, apuesta por avanzar hacia la
independencia de Dinamarca a su propio ritmo y ha dejado claro que no
contempla una anexión a Estados Unidos. La coalición incluye a Siumut, Inuit
Ataqatigiit y Atassut, pero excluye a Naleraq, el segundo partido más votado,
debido a desacuerdos sobre la estrategia independentista.
El mandatario republicano había
señalado el miércoles su intención de hacerse con el territorio, argumentando
que era una cuestión de seguridad nacional. “Necesitamos Groenlandia”,
dijo.
Los gobiernos de Dinamarca y de
la propia isla se han puesto firmes sobre los deseos de Trump. La primera
ministra danesa, Mette Frederiksen, denunció “la presión
inaceptable” de Estados Unidos tras el anuncio, a principios de
semana, de la visita, sin invitación, de una numerosa delegación de la
administración Trump.
Finalmente, la visita
quedó reducida al viaje de Vance y su esposa Usha, acompañados del
secretario de Energía Chris Wright, a la base militar
estadounidense de Pituffik, situada en la costa noroeste del territorio.
Esto permitirá que el
vicepresidente sea “informado de cuestiones vinculadas a la seguridad del
Ártico” y reunirse con las tropas, indicó su oficina.
El avión con la delegación
estadounidense despegó de Washington poco después de las 6 (hora local),
indicaron periodistas que lo acompañaban.
Vance desató la indignación en
Dinamarca a principios de febrero al afirmar que el país “no estaba cumpliendo
con su deber de proteger Groenlandia ni actuando como un buen aliado”.
La base de Pituffik es una parte
esencial de la infraestructura de defensa antimisiles de Washington, ya que su
ubicación en el Ártico la sitúa en la ruta más corta para los misiles
disparados desde Rusia contra Estados Unidos.
“Se trata de un radar esencial
para detectar las actividades. Si hay armas nucleares que amenazan a Estados
Unidos, no cruzarán el Atlántico o el Pacífico. Pasan por los polos”, dijo el
jueves Wright en Fox News.
La postura de Putin
Conocida como Thule Air Base
hasta 2023, la base sirvió como puesto de alerta ante posibles ataques
de la Unión Soviética durante la Guerra Fría.
El presidente ruso, Vladimir
Putin, calificó la propuesta de Trump de controlar Groenlandia como un
proyecto “serio” con “raíces históricas profundas”. Además, expresó su
preocupación por la posibilidad de que el Ártico se convierta en “un
trampolín para conflictos futuros”. Esta inquietud refleja las tensiones
internacionales sobre el control de la región.
La base de Pituffik, ubicada en
Groenlandia, es clave para la vigilancia del hemisferio norte y la
defensa de la isla. Según la administración estadounidense, los daneses han
descuidado la importancia estratégica de la región. En respuesta, el gobierno
danés ha comenzado a tomar medidas para reforzar su presencia en el Ártico.
En enero, Copenhague
anunció una inversión de casi 2000 millones de dólares para fortalecer su
influencia en el Ártico y el Atlántico Norte. Este plan incluye la
adquisición de tres nuevos buques especializados y la compra de drones de largo
alcance para mejorar la vigilancia en las regiones polares. Sin embargo,
algunos expertos, como Marc Jacobsen, señalan que Estados Unidos debe ser más específico
en sus demandas si espera una respuesta adecuada de Dinamarca.
“No está en venta”
Groenlandia es una enorme isla recubierta
en un 80% por hielo que cuenta con hidrocarburos y recursos minerales
claves para la transición energética.
Este vasto territorio de 57.000
habitantes, casi el 90% de ellos de la etnia inuit, dispone de autonomía dentro
de Dinamarca, que conserva competencias en diplomacia, defensa y política
monetaria y suministra una ayuda anual que representa un 20% del PBI de
Groenlandia.
No es la primera vez que Trump
habla de tomar el control de Groenlandia. Lo hizo durante su primer mandato (de
2017 a 2021) y volvió a la carga desde que ganó las elecciones el año pasado.
Estados Unidos “sabe que
Groenlandia no está en venta. Sabe que Groenlandia no quiere formar parte de
Estados Unidos. Se les ha comunicado sin ambigüedades, tanto directamente como
en público”, reiteró el miércoles Frederiksen.
La mayoría de su población
y todos los partidos políticos promueven la independencia del
territorio, aunque discrepan en la velocidad de este proceso.
Según un sondeo publicado en
febrero, prácticamente toda la población rechaza la idea de formar parte de
Estados Unidos.
AFP y AP – Tomado de LA NACION / Argentina.
