El actor
Alain Delon, una de las grandes figuras del cine francés, ha muerto a los 88
años la mañana de este domingo, anunciaron sus hijos Anthony, Anouchka y
Alain-Fabien en un comunicado conjunto. En el mensaje, enviado a la agencia
francesa AFP, los tres hijos han explicado que la muerte de su padre se produjo
"serenamente" en la casa que el actor poseía en Douchy, en el
departamento de Loiret, a hora y media de París, y han pedido que se respete
"su intimidad en este momento de duelo extremadamente doloroso".
Conforme avanzaban las horas de la mañana las reacciones no se han hecho
esperar. "Melancólico, popular, reservado, era más que una estrella: era
un monumento francés", le recordaba en Twitter/X el presidente francés,
Emmanuel Macron.
"Alain
Fabien, Anouchka y Anthony, junto con (su perro) Loubo, anuncian con tristeza
la muerte de su padre. Ha fallecido en paz en su casa", "rodeado de
sus tres hijos y de su familia", escribían sus hijos en un comunicado
conjunto que demuestra que, al menos en la hora de la muerte de Delon, los
tres han suspendido las disputas legales que desde hace tiempo vienen
sosteniendo públicamente por la tutela de su padre.
Tres años sin ganas de vivir
Anouchka,
de 33 años, fruto del matrimonio de Delon con la periodista Rosalie van
Breemen, se había enfrentado a sus hermanos Anthony (59) y Alain-Fabien (29)
por su custodia después de que los tres denunciaran en el verano de 2023 a la
asistente de Delon, Hiromi Rollin, por abuso de debilidad. Anthony acusó
posteriormente a Anouchka de querer llevar a su padre a Suiza, donde el actor
poseía una residencia, para evitar el pago impuestos en Francia. Ella, sin
embargo, alegaba razones médicas; presumiblemente para acceder a la eutanasia,
procedimiento legal en el país alpino. De hecho, fue el hijo mayor de Delon,
residente en Suiza, el que en un principio intentó facilitar el traslado de su
padre para que pudiera solicitar allí una muerte digna y legal.
El
pasado mes de febrero, en una entrevista concedida a la emisora de radio France
Inter, Anouchka aseguraba que su padre solo quería morir en paz. Pocas
horas antes, la justicia francesa había confiscado 72 armas de fuego y tres mil
municiones en casa de Delon, a quien le han diagnosticado intenciones suicidas.
La hija
del actor, que en 2022 reclamó la eutanasia después de sufrir dos derrames
cerebrales, reiteró entonces que su padre "no tenía ganas" de seguir
tratamiento alguno contra el linfoma que padecía. Aunque un médico, a petición
del fiscal de Montargis, dictaminó que el actor padecía una "abolición
total del discernimiento", Anouchka aseguraba que su padre tenía sus
facultades mentales en perfecto estado. "Estoy enfermo, no soy
tonto", habría dicho en actor.
Objeto
de deseo
Delon
sufrió en el verano de 2019 el derrame cerebral que hizo que su salud comenzara
a declinar irreversiblemente. El accidente vascular tuvo lugar pocas
semanas después de recibir emocionado en Cannes la Palma de Oro de honor a
su trayectoria. Un premio que reconocía una de las carreras más deslumbrantes
del cine europeo, con películas como A pleno sol (1960) de René
Clément, basada en el Ripley de Patricia Highsmith y que le dio fama
internacional; El eclipse (1962), de Antonioni, Rocco y sus
hermanos y El gatopardo (1963), ambas de Luchino Visconti,
o La piscine (1969), de Jacques Deray.
Acompañado
de parejas de reparto deslumbrantes como Monica Vitti, Claudia Cardinale,
Ursula Andress, Catherine Deneuve o Romy Schneider –también pareja en la
vida real, como la también actriz Mireille Darc–, Delon, un chico bien pero
inadaptado de la periferia de París que fue licenciado con deshonor de la
marina francesa y que se dedicó a múltiples trabajos alimenticios antes de
dedicarse al cine, fue descubierto por su belleza y fascinó a millones de
espectadores gracias a ello. "Ni siquiera es sexy, masculino o
femenino: es una belleza infernal", aseguró el actor Vincent Lindon en el
documental de 2012 Revolvers. "Puedo mirar fotos suyas durante horas.
Es la cosa más bella del mundo. Todo es perfecto. Es más bello de mirar que una
mujer hermosa".
Pero,
como complemento a ese magnetismo y esa belleza incontestables, Delon demostró
desde su debut un instinto y un talento innatos para desarrollar papeles
de todo tipo. No necesitó grandes premios, que apenas llegaron –además de la
Palma de Oro honorífica, un César en 1985 por Habitaciones separadas y
poco más–, para demostrar nada. Fue ampliando su registro en películas como la
coral ¿Arde París? (1966), de nuevo a las órdenes de René
Clement; Un flic (Crónica negra, 1972), de Jean-Pierre Melville –que
ya le había dirigido como asesino a sueldo en El silencio de un hombre (1967)–,
en la que interpreta a un comisario impasible tras el rastro de una banda de
atracadores –un género, el policíaco, que explorará en su debut como
director, Por la piel de un policía (1981)–. O El otro señor
Klein (1976), de Joseph Losey, donde da vida magistralmente a un perista
que se aprovecha de la desesperación de los judíos en el París de la ocupación
antes de convertirse él mismo en víctima.
Volver a
verlas hoy es sin duda el mejor homenaje posible. También entrevistas como la
que le hizo Bernard Pivot en su Bouillon de culture en 1996, donde el
conocido periodista somete al actor a un revelador cuestionario Proust. ¿Su
palabra favorita? Honor. ¿La que más odia? Virtual. Sin duda, un
hombre de otro tiempo.
Fuente:
El Independiente / España.