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24 julio, 2024

REFLEXIÓN MÍNIMA EN UN AMANECER PATRIO

Por Ricardo Emilio Quero* / Especial para Entre Todos D.

     Esta madrugada, afectado de una fuerte virosis que me acompaña desde hace días, me desperté de improviso.  Pensando luego en el día que se avecinaba, natalicio de Simón Bolívar, me dediqué a viajar mentalmente por algunos de los tantos acontecimientos ocurridos en esta mi grandiosa y vilipendiada república y cuyos humildes inicios, queramos o no, se hallan presentes en aquellas comunidades que poblaban el territorio antes de la llegada de Colón. Pensé en los tantos y valiosos próceres, civiles y militares, que en ella han nacido. Asimismo se detuvo mi pensamiento en los tantos sátrapas que también aquí han visto la primera luz; lastimosamente algunos de ellos han ocupado altos cargos, incluida la primera magistratura. 

       Fue igualmente inevitable enfocar mis recuerdos en algunos de los personajes ya emblemáticos en nuestra historia, principalmente en la que inicia su tortuoso devenir luego de los hechos del 19 de Abril de 1810 donde no ocurrió la Declaración de Independencia, como algunos afirman. Entre estos se hallan algunas damas y unos cuantos caballeros. Entre las primeras podríamos mencionar a ‹‹doña Envidia››, ‹‹doña Oportunista›› y ‹‹doña Arrogancia››; en cuanto a los caballeros encontramos a ‹‹don Resentido››, ‹‹don Servil›› y ‹‹don Predestinado››. Es este último individuo, que creyéndose una reencarnación de Luis XIV de Francia, se cree ungido por el propio Dios para gobernar de por vida así el 85% de la ciudadanía piense lo contrario.

     Cuando visualizo el día que pronto los rayos solares comenzarán a darle calor intuyo las celebraciones que habrán de venir por ser la fecha natal de Bolívar. Desearía que no ocurriese como ha sido en buena parte una constante desde 1830: muchos de los que se acercan al ataúd o la estatua del prócer no lo hacen por deseos enteramente patrióticos sino para cerciorarse de que aquel hombre verdaderamente está bien muerto, por lo que no estará en capacidad de levantar su airada voz de protesta contra aquellos que declaman y, de manera altisonante, lanzan al aire proclamas y promesas en su nombre pero que en lo íntimo de su conciencia saben que primero correrá el río Orinoco hacia la selva que ellos cumplir lo que ofrecen…

     Ricardo Emilio Quero, 24 de julio de 2024.

*Profesor e historiador.