Se llama Pedro Carvajal. Es
apicultor venezolano. Lleva décadas ligado a la producción agropecuaria, pero
su nombre destaca por otro motivo: es la voz de quienes no tienen voz. Aunque
puedo sonar muy trillado, tiene un proyecto para ser la tabla de salvación de
perros y gatos en situación de calle y también una mano amiga de dueños de
mascotas que no pueden costear los elevados precios de los servicios
veterinarios básicos.
Mónica Gallo / Especial para
Entre Todos Digital
Es ferviente creyente en Dios y
considera misión de vida estar al lado de los animales. No solo de perros y
gatos domésticos, sino de los silvestres. Muestra de ello es su trabajo como
activista, que se puso de manifiesto en los recientes incendios pasados en los
cerros que rodea toda la gran Valencia, donde cientos de venados, osos
hormigueros, picures, rabielados y aves se vieron amenazados y, algunos
fallecieron, a causa del fuego y del humo que les arrebató su hábitat.
En esos oscuros días logró
articular una red de trabajo entre bomberos, voluntarios y comunidades
afectadas.
Una ley nacional avala el proyecto
El hospital veterinario público
no es un capricho de Pedro Carvajal y los activistas o las personas amantes de
los animales que comparten su visión de una sociedad que respete a los animales.
Este proyecto está respaldado por la Ley para el trato digno y reconocimiento
de los derechos de los animales de compañía aprobada en la Asamblea Nacional.
Para darle un contexto más amplio
hay que recordar que en febrero la diputada América Pérez, segunda
vicepresidenta de la AN, presentó esta propuesta de ley que fue aprobada por
unanimidad en el parlamento nacional.
Este nuevo instrumento jurídico contempla multas, sanciones y cárcel de entre 4 y 5 años para quienes maltraten a los animales de compañía. El maltrato animal debe es considerado un delito penal. La importancia de la ley radica en que busca justicia para aquellos que carecen de voz.
Asimismo, esta ley fue avalada
por la sociedad civil que acompañó la propuesta que acompañó con más de 115 mil
firmas recogidas en toda Venezuela bajo el lema “Yo si firmo”. El texto tiene
como objetivo promover el trato digno y el reconocimiento de los derechos de
los animales de compañía para prevenir y erradicar la violencia y el maltrato,
así como garantizar la protección y el bienestar de los animales en cualquier
situación en la que se vulneren o violen sus derechos.
Igualmente, tiene como meta
promover la convivencia responsable y respetuosa de los dueños o garantes de
animales en las comunidades. Igualmente, busca fomentar la concienciación,
formación y capacitación de las familias, zonas residenciales e instituciones
sobre la atención y protección de los animales de compañía.
Es así como se prevén multas para
la tenencia irresponsable de, principalmente, perros y gatos. Pero, ¿qué sucede
con los dueños que no pueden costear la vacunación y tratamientos de sus
mascotas, no por no quererles dar un trato digno, sino porque en la situación
de crisis que vive el venezolano no les permite pagar los servicios
veterinarios?
La aplicación de la ley se convierte, entonces, en un nudo. Si contempla multas de hasta 500 dólares para quienes no puedan pagar tratamientos médicos, muchas personas podrían echar a la calle a sus perros y gatos para evitar ser sancionados. Si existiese un hospital veterinario público gratuito se garantiza el cumplimiento de la ley.
De igual manera, la hoy primera
dama de la república, Cilia Flores, siendo diputada en el año 2010, impulsó y
aprobó el proyecto que antecedió o sentó las bases para la Ley para el trato
digno y reconocimiento de los derechos de los animales de compañía. En este se
establecía las unidades de gestión municipal y esto es algo que no se cumple.
Solo el municipio San Diego de Carabobo la tiene, pero sin presupuesto suficiente. Es decir, no es una iniciativa caprichosa y nueva, sino que tiene muchos años gestándose en los organismos encargados de legislar y en la sociedad civil.
En este contexto, Carvajal propone para que en el futuro esto no vuelva a ocurrir, crear cortafuegos tras un número determinado de hectáreas y que estos se mantengan para cumplir su propósito. No puede faltar la obvia dotación de equipos, materiales y suministros para los Bomberos Forestales, la creación de la Brigada Montada de vigilancia forestal y la compra de un helicóptero forestal con tanque aéreo para erradicar el fuego.
Hospital_veterinario_publico: la cuenta
de Instagram del proyecto
Este es el nombre de usuario de
una cuenta de Instagram (otra vez Mark Zuckerberg y Meta en mis entrevistas)
que aglomera a más de 10 mil seguidores. Pero, no es solo eso. Es la imagen de
un proyecto de ley que está en el Consejo Legislativo de Carabobo (Venezuela) y
que edifica un hospital público para animales.
Esta normativa regional (en
Carabobo) busca ser un proyecto piloto nacional que se sustenta en la Ley para
el trato digno y reconocimiento de los derechos de los animales de compañía.
Aunque es una base jurídica a la que, a juicio de muchos rescatistas y
defensores de los animales debe ser modificada y mejorada, es un primer paso
muy importante.
En este sentido, cuenta con el
aval de la Fiscalía General de la República y del Fiscal General, Tarek William
Saab y estipula multas y cárcel de entre 4 y 6 años para los transgresores y
quienes atenten contra la integridad de las mascotas en casas o de la calle.
Carvajal considera que hay
suficiente basamento legal para el Hospital Veterinario Público. Para sustentar
el proyecto busco experiencias fuera de Venezuela. Viajó a Estados Unidos y a
otras naciones y esto le dio una dimensionalidad diferente para hacerle
reformas al cuerpo de la normativa.
Hasta ahora tiene el apoyo de sus
seguidores de Instagram, de decenas de periodistas (entre los que me cuento),
empresas patrocinantes y de una sociedad que va cambiando sus paradigmas día a
día.
Llamado al gobernador Lacava
Es un hecho público que Pedro
Carvajal ha pedido, en una carta abierta al gobernador del estado Carabobo,
Rafael Lacava, tan solo 15 minutos para exponerle la ley. Hasta ahora no ha
obtenido respuesta y espera que esta ventana y cada programa de radio o post en
redes sociales invite a primer mandatario regional a escuchar su propuesta.
Y niños y animales y ancianos… todos
tenemos cabida
Para muchas personas el escuchar
o leer que hay un apicultor carabobeño haciendo todo lo posible para que se
cree un Hospital Veterinario Público puede parecer paradójico si se toma en
cuenta el lamentable estado de los servicios gratuitos de salud para humanos en
Venezuela.
Sin embargo, la respuesta es
obvia y directa: una sociedad moderna que se centra en el bienestar no
considera el derecho de la gente o de los animales. La o como conjunción
copulativa debe cambiarse por la y. no considera el derecho de la gente o de
los animales.
En otras palabras, hay que tomar
en cuenta y satisfacer los derechos de salud de las personas Y de los animales.
De eso se trata una sociedad moderna. Por otra parte, Pedro Carvajal cree que
hay muchos defensores de la salud humana en Venezuela, pero pocos hablan por
los que no tienen voz.
Referente nacional y para el mundo
El proyecto del Hospital
Veterinario Público para Carabobo no es el único. El Salvador y Brasil cuentan
con modelos similares en los cuales la población de escasos recursos puede
acudir para el diagnóstico y tratamiento de sus mascotas.
Pero, ¿es viable en Venezuela
este modelo? Pedro Carvajal lo tiene claro: ¡Por supuesto que sí! Para ello
plantea que los estudiantes de la UCV (Universidad Central de Venezuela) del
núcleo Aragua sean los que sustenten la labor veterinaria del hospital.
“Unos 5 médicos que hagan sus
pasantías en el Hospital solucionaría todo”. Para ello plantea que se alojen en
la Villa Olímpica de Naguanagua, donde tendrían habitación pagada para
facilitar las labores. De allí su insistencia en reunirse con el primer
mandatario regional.
En otras palabras, hay que tomar
en cuenta y satisfacer los derechos de salud de las personas Y de los animales.
De eso se trata una sociedad moderna. Por otra parte, Pedro Carvajal cree que
hay muchos defensores de la salud humana en Venezuela, pero pocos hablan por
los que no tienen voz.