El político se presenta
como una opción de centro que aboga por acabar con la conflictividad crónica
entre el chavismo y la oposición
Fundador del partido Alianza del Lápiz, el abogado Antonio
Ecarri (Valencia, 1974) lleva un tiempo intentando construir una alternativa
que trascienda la conflictividad crónica entre el chavismo y la oposición
venezolana. Hoy es uno de los 12 candidatos admitidos por las autoridades electorales
controladas por el Gobierno para participar en las presidenciales del 28 de
julio. Su propuesta es diferenciarse de unos y otros.
Hace años fue cercano a los partidos opositores Primero
Justicia, del cual fue concejal, y Proyecto Venezuela. En 2012, se peleó con la
Mesa de la Unidad Democrática (la antigua Plataforma Unitaria) y fundó
su propia organización, un partido centrista, de línea sinuosa,
equidistante de los reclamos opositores y el relato chavista.
Apoyado por las organizaciones Cambiemos y Avanzada
Progresista, tradicionales críticos del proceder de la Plataforma Unitaria,
Ecarri tiene, para muchas personas, una interpretación de la crisis venezolana
similar a la de expresidente español José Luis Rodríguez Zapatero. Ecarri,
criticado por la oposición más dura por apostar por este juego de equilibrios,
dice que es hora de “construir confianza” para recuperar la gobernabilidad del
país.
Pregunta. ¿Cuál es el problema con la Plataforma Unitaria?
Respuesta. Ahí lo que se ha construido es una costra política que decide
las cosas a la sombra, y, por la vía del chantaje, se la impone a los
venezolanos, invocando la unidad. La resurrección de este país no puede nacer
de un chantaje, ni de correr a cinco para las 12 a presentar una candidatura.
P. Alude a Manuel Rosales, que presentó su candidatura a última hora.
R. Claro.
A mí me llevó cinco días juntar los requisitos para presentarme como candidato
ante el Consejo Nacional Electoral. Al señor Rosales eso le tomó cinco minutos.
Eso ya estaba acordado. Yo se lo dije a María Corina Machado: al
derrotarlos, los estás matando ética y electoralmente, pero estás validando su
instancia. Hay un problema serio con la falta de normas claras. Por eso no fui
a las primarias.
P. ¿Cree usted que hay mejores condiciones políticas este año respecto a
2018 para participar en unas elecciones?
R. No,
pueden estar incluso peor. Lo que pasa es que nos hemos dado cuenta de que la
decisión de no votar es un camino al fracaso.
P. ¿Qué sucedería si al candidato del campo democrático le escamotean la
elección, y todo el mundo se da cuenta?
R. Tengo rato estudiando este tema y tengo planificado qué hacer en caso de
que algo así suceda, yo espero que no pase. Mi modelo es Don Torcuato Fernández
Miranda, el gran guionista de la transición española: “de la ley, a la ley, a
través de la ley”. Con la Constitución es que hemos venido avanzando para
decidir a través de realidades, no de abstracciones. Para estar en este
proceso, me planteé tres condiciones: estar vivo, estar libre, y estar
habilitado. Estoy acá, tenemos un proyecto económico, y una visión más amplia,
un plan para asumir el poder, con las terribles condiciones políticas, sociales
y económicas que el país tiene. Venezuela tiene un grave problema de confianza.
Para ello será necesario un pacto de gobernabilidad con el chavismo.
P. ¿Hay condiciones para eso?
R. Sí,
hemos hecho un esfuerzo público, constante, de construcción de confianza y a mí
se me ha criticado por eso. Nosotros defendemos los derechos de Venezuela
en Esequibo, en eso tendemos coincidencias, soy un fanático del tema limítrofe
de este país. Mi relación con los miembros del Alto Mando Militar es
respetuosa, institucional. Si no nos podemos poner de acuerdo para defender la
integridad territorial, en nada nos podríamos poner de acuerdo.
P. A veces se le ve hipercrítico con la oposición venezolana, pero muy
moderado con el chavismo.
R. Bueno,
tengo 25 años padeciendo al chavismo. El de Maduro es, objetivamente, el peor
gobierno que ha tenido este país en toda su historia. Lo que pasa es que la
oposición es otro desastre.
P. ¿Qué ha debido hacer la oposición que no ha hecho?
R. Tener
unos criterios de Estado, eso es un reparto burocrático. Hay una actitud
psicológica de rendición en la Plataforma Unitaria. El
Acuerdo de Barbados es eso, una rendición. Ellos están tratando de que
el gobierno los perdone a ver si salen de diputados en 2025. Uno es
especialmente crítico de quien te decepciona. Jamás he sido chavista, pero
estoy decepcionado de la oposición.
P. Hay gente que le acusa usted de formar parte de una comparsa para
legitimar una consulta donde Maduro pueda escoger su candidato y derrotarlo.
R. Eso
lo que da es risa. Bueno, y entonces ellos, los puros, quieren participar en la
comparsa. No es bueno meter a todo el mundo en el mismo saco. Yo me separo
inequívocamente de algunos de esos candidatos aludidos, no son todos. A mí se
me hacen acusaciones gratuitas porque yo he desafiado al estamento opositor. El
planteamiento nuestro tiene más audacia, lo que hemos hecho es buscar la
rendija. No se puede lograr la estabilidad del país si no le bajamos al nivel
de conflictividad. No es un tema de oposición o no; tiene que venir un rostro
distinto al conflicto a articular acuerdos. El chavismo es una etapa cumplida,
pero no se puede proceder como si no hubieran existido. Sí existieron.
P. ¿Algún chavista le ha dicho si estarían dispuestos a entregar el poder en
caso de perder las elecciones?
R. Varias
veces. El propio Nicolás Maduro me lo dijo en una cadena nacional.
P. ¿Y se lo cree?
R. Nadie
en su sano juicio cree que ellos van a entregar el poder porque son buenas
personas. Lo harán si ven que una inmensa mayoría popular se pronuncia en una
votación.
P. A lo mejor eso tampoco les importa.
R. No
lo veo en esas condiciones. A menos que, quien llegue a ese momento, los
amenace, o no les ofrezca garantías.
P. ¿Antonio Ecarri tiene esa mayoría?
R. No, pero la podemos lograr. Si nosotros interpretamos la psicología
colectiva, orientamos al país, podemos presentar una alternativa. El tema de la
confianza es cardinal. Necesito ganarme la confianza del campo democrático sin
que el chavismo se ponga en sobreaviso. Mi reto es lograr ese equilibrio
inestable. Pero además es necesario generar confianza al chavista para que
entregue el poder con todos sus derechos políticos. Tenemos una agenda
internacional de facilitación para eso, contactos con las cancillerías de
Brasil, de España, de México.
P. ¿Ha tenido su oposición una actitud tolerante con los excesos del
chavismo en materia de corrupción y derechos humanos?
R. Es lo mismo que le criticaban al movimiento democrático chileno, que
invitó al país a votar sin hablar de revanchas o de torturas en los tiempos de
Pinochet.
P. ¿Estaría dispuesto a declinar su nombre si otro candidato tiene más
posibilidades?
R. No
se puede descartar, eso es la política. Tenemos un plan estratégico que está
avanzando, no tenemos porque pensar lo contrario.
Texto tomado de El País / España.