Por Douglas Zabala
Alí hoy estamos recordando tú partida aquel 16 de febrero de
1985.
Un día 16 de febrero, de esos que no se olvidan, me hablaron
de tu trasnocho y tu guitarra rota, y pensé en tu canto: ¡los que mueren por la
vida no pueden llamarse muerto!
Hoy seguimos en esta militancia intensa por los tuyos, por
los míos y por la vida.
Siempre recordándote, porque hoy quienes nos gobiernan, mancillan tu nombre y tu canto libertario de siempre.
¡Vamos gente de mi tierra que llevas a cuesta una gran
decepción! ¡Vamos gente de mi tierra Luchemos, luchemos por un mundo mejor!