Human Rights Watch (HRW) acusa a Reino Unido y a EE. UU. de
cometer crímenes contra la humanidad al desplazar a población del disputado
archipiélago índico de Chagos. Londres refuta "categóricamente".
La ONG de defensa de derechos humanos HRW publicó un informe de más de 100 páginas, basado en decenas de testimonios y documentos oficiales, para subrayar que la "persecución racial" de Londres con el apoyo de Washington en este archipiélago situado al noreste de Mauricio constituye "un crimen colonial".
Contactada por la agencia AFP, una portavoz del ministerio
británico de Exteriores afirmó "respetar el trabajo que Human Rights Watch
realiza en todo el mundo" pero "rechazar categóricamente esta
caracterización de los hechos".
"El Reino Unido ha dejado claro que lamenta
profundamente la forma en que habitantes de Chagos fueron expulsados del BIOT
(ndlr: British Indian Ocean Territory, territorio británico del océano índico,
formado por decenas de islas) a finales de los años 1960 y principios de los
1970", afirmó.
Y aseguró que el Gobierno está "comprometido a
apoyarlos, mediante un importante paquete de apoyo y una nueva vía de
ciudadanía británica lanzada en noviembre" para ellos.
"Ocupación ilegal" del Reino Unido
El archipiélago de Chagos es el centro de una disputa que se
remonta a más de cinco décadas. Desde 1965, está administrado por el Reino
Unido, que decidió establecer una base militar conjunta con Estados Unidos en
la isla principal de Diego Garcia.
El Reino Unido expulsó a unos 2.000 residentes hacia la
república de Mauricio y las vecinas islas Seychelles, para hacer sitio a la
base militar. Los mauricianos de Chagos acusan al Reino Unido de
"ocupación ilegal".
Según HRW, el Reino Unido y Estados Unidos deben ofrecer una
reparación completa a la población local y permitirle volver a vivir en su
archipiélago. "El Reino Unido está cometiendo ahora un espantoso
crimen colonial, al tratar a los habitantes de Chagos como personas sin
derechos", afirmó Clive Baldwin, autor del informe.