Lula hizo un
discurso de estadista. Marcó la victoria de la democracia contra el
autoritarismo. Señaló que hará un gobierno de Frente Amplio
Por Carlos Eduardo Bellini Borenstein (*) Opinión
Elegido Presidente de la República por tercera vez por voto
popular, una hazaña sin precedentes en la política brasileña, Luiz Inácio Lula
da Silva (PT) pasa a la historia como el candidato más votado en una elección
al Palacio del Planalto, ganando más de 60 millones votos.
De las 9 contiendas presidenciales que ha tenido el país desde la redemocratización, el PT ganó 5 elecciones (2002, 2006, 2010, 2014 y 2022). En todas estas victorias, Lula, el mayor líder político de la historia de Brasil, fue el gran protagonista.
La victoria del domingo pasado (30) estuvo marcada por un
discurso del presidente electo en la Avenida Paulista, en São Paulo (SP), que
pasa a la historia por transmitir todo lo que estaba en juego en las elecciones
de 2022. Esta fue una campaña que Lula logró transmitir la emoción de las
elecciones de 1989 con la amplitud y esperanza del movimiento Diretas Já de
1984.
A diferencia de elecciones anteriores en las que ganó (2002 y
2006), Lula no representó sólo al PT, sino a un Frente Amplio en defensa de la
democracia. No fue casualidad que Lula comenzara su discurso enfatizando
que “esto no es solo una victoria del PT. Fue una victoria para todas las
mujeres y hombres amantes de la democracia. Esta victoria es de todos los
hombres y mujeres que decidieron liberar a este país del autoritarismo”.
Otro punto fundamental del discurso de Lula fue el
reconocimiento a los pueblos del Nordeste. Desde 2006, cuando las
políticas sociales impulsadas por los gobiernos de Lula y Dilma transformaron
las familias de los segmentos más pobres de la población, la región Nordeste se
convirtió en el gran bastión electoral del lulismo.
El Nordeste, que dio cerca del 70% de los votos válidos a
Lula en la 2ª vuelta, tuvo gran peso en esta segunda redemocratización del
país. Por eso, los nordestinos se convirtieron en el blanco de segmentos
conservadores donde el bolsonarismo muestra más fuerza: las élites blancas, con
mayores ingresos y ubicadas mayoritariamente en las regiones del Medio Oeste,
Sudeste y Sur.
Las mujeres, otro objetivo del bolsonarismo, también
estuvieron presentes en el discurso de Lula. La presidenta electa destacó
que “las mujeres queremos ser tratadas como sujetos de la historia. La
mujer quiere, puede y debe estar donde quiera sin pedir permiso”.
Asimismo, en el discurso de Lula no podía faltar el gran
problema que afecta a los más pobres: el regreso del hambre y la
pobreza. Lula mostró su sensibilidad al transmitir esperanza, diciendo que
nunca imaginó “volver a ver en este país a madres y padres cargando niños en
brazos y pidiendo comida porque no tienen para comer”.
Lula también señala con gestos concretos que el
vicepresidente electo Geraldo Alckmin (PSB) tendrá una participación activa en
el nuevo gobierno. Cabe señalar que Alckmin será el coordinador de
transición. En su discurso en Paulista, Lula agradeció a Alckmin antes de
subrayar su compromiso con la unidad y la reconstrucción del país.
Otro punto central en el discurso de Lula fue la búsqueda de
la unión. El presidente electo recordó que fue elegido “para gobernar por
215 millones de brasileños. Gobernaré para todos sin distinción, sin mirar
si sois ricos o pobres, sin mirar si sois de izquierda o de derecha”.
Al mismo tiempo, Lula dejó clara su prioridad: “pero la gente
tiene que saber que, aunque yo gobernaré para todos, son los más necesitados
quienes recibirán la política más influyente de mi gobierno”.
La recuperación del país en el escenario internacional fue
otro fragmento del discurso de Lula que merece mención: “Brasil será
protagonista internacional, porque volveremos a recibir presidentes y
visitaremos a otros presidentes”, declaró el presidente electo.
Lula también saludó a los indígenas, también víctimas del
bolsonarismo, al anunciar la creación del Ministerio de los Pueblos
Originarios. También destacó su prioridad en la lucha contra el racismo:
“va a haber una lucha feroz contra los prejuicios y el racismo. ¡El
racismo es una enfermedad que debemos erradicar!”.
Al abordar temas como la victoria de la democracia contra el
autoritarismo, la importancia de la región Nordeste, los más pobres, las
mujeres, la reintegración de Brasil al mundo, su compromiso con la lucha contra
el hambre y la pobreza, la lucha contra el racismo y la defensa de los pueblos
indígenas , Lula demuestra que tiene la dimensión del compromiso histórico que
le espera.
Al mismo tiempo que expuso las prioridades de su gobierno,
Lula mostró su compromiso con la reconstrucción del país al resaltar que
“ No hay dos Brasiles. Somos un solo país, un solo pueblo, una gran
nación”.
Lula hizo un discurso de estadista. Marcó la victoria de
la democracia contra el autoritarismo. Señaló que formará un gobierno de
Frente Amplio, en diálogo con todas las fuerzas políticas que deseen contribuir
a la reconstrucción del país, sin renunciar a su compromiso histórico con su
pueblo.
(*) Politólogo egresado de la
ULBRA-RS. Tiene un MBA en Marketing Político, Comunicación y Planificación
Estratégica para Campañas Electorales de la Universidade Cândido
Mendes. Estudiante de maestría en Comunicación Social en la Pontificia
Universidad Católica de Rio Grande do Sul (PUCRS).
Fuente: SUL 21 / Brasil. Foto: Ricardo Stuckert.