Nicolás Maduro ha prometido una recuperación de los servicios
públicos para finales de 2022. Según Ramón Cardozo, esa será una nueva promesa
incumplida.
El pasado 5 de agosto, Nicolás Maduro dijo
en alocución pública que, antes de finalizar el año 2022, los servicios
públicos venezolanos estarán recuperados. Sin embargo, la profunda y continuada crisis
del sistema eléctrico venezolano, que ya va para más de dos décadas,
hace que esta promesa de Maduro apunte
más a deseos que a realidades.
La Asociación Venezolana de Energía Eléctrica, Mecánica y
Profesiones Afines (AVIEM), señala en su propuesta para el Plan País (2019)
que, en los últimos veinte años, "Venezuela pasó de
ser un país totalmente electrificado (97 por ciento de cobertura) y con un
sistema robusto, otrora ejemplo en Latinoamérica, que poseía un moderno parque
de generación hidroeléctrica y térmica, una red de transmisión adecuada a nuestros
requerimientos, una red de distribución confiable para atender la prestación
del servicio eléctrico continuo y de manera confiable en industrias, comercios
y en comunidades, tanto agrícolas como residenciales, a poseer una industria
eléctrica y un sistema eléctrico en colapso operacional, deteriorado, difícil
de rehabilitar y recuperar”.
"Profunda crisis de servicios públicos"
En el mismo sentido se expresó el 9 de julio de este año el
ingeniero José María de Viana, expresidente de la Hidrológica de la Región
Capital, C.A. (HIDROCAPITAL), junto con un grupo de reconocidos especialistas
venezolanos, en carta pública dirigida a la Organización de las Naciones Unidas
y a la Corporación Andina de Fomento: "Venezuela sufre la más profunda
crisis de servicios públicos en toda su historia, especialmente en los
servicios de agua potable y energía eléctrica. Ello a pesar de haber logrado,
al final del siglo XX, los mejores niveles de calidad de Latinoamérica,
comparables con los de los países desarrollados”.
Valoración negativa de los venezolanos
Una encuesta sobre el servicio eléctrico en Venezuela,
realizada en mayo de 2022 por el Observatorio Venezolano de Servicios Públicos
(OVSP) en 12 de las principales ciudades del país, muestra elevados niveles de
valoración negativa respecto de la calidad del servicio eléctrico en el país.
En promedio, un 62 por ciento de los encuestados juzgó de forma negativa la
prestación del servicio, llegando a alcanzar el 92.9 por ciento en San
Cristóbal y 77,3 por ciento en Maracaibo, capitales de los estados Táchira y
Zulia respectivamente.
Estos dos estados fronterizos con Colombia son las regiones
más afectadas por interrupciones del servicio eléctrico, contabilizándose
durante el mes de julio 3.789 cortes en Zulia y 1.890 en Táchira, de acuerdo
con el registro que lleva la ONG Comité de Afectados por los Apagones. Estos
indicadores no son una buena señal para el proyecto que el Gobierno de Maduro
tiene para establecer una zona económica especial en la frontera de Venezuela con
Colombia.
En Caracas, crece rápido el descontento
Esta encuesta muestra también que, desde el mes de enero
hasta la fecha de hoy, la valoración negativa del servicio en la ciudad de
Caracas creció en 10 puntos porcentuales, llegando a alcanzar un 72,2 por
ciento.
Este deterioro de la percepción de los habitantes de la
ciudad capital es significativo, pues tanto el Gobierno de Chávez primero, como
después el de Maduro, han procurado que Caracas, por su importancia y
visibilidad hacia el exterior, sea la ciudad menos afectada por la mala calidad
del servicio.
Sin cifras de gestión del sistema eléctrico
La opacidad y falta de información sobre los resultados de la
gestión pública, que ha sido característica tanto en el Gobierno de Maduro como
en el de su antecesor, Chávez, ha sido también el caso respecto de la gestión
del sistema eléctrico venezolano.
En el 2007 se dejaron de publicar las cifras oficiales y los
informes estadísticos del Sistema Eléctrico Nacional (SEN). En el año
siguiente, la Oficina de Operación de Sistemas Interconectados (OPSIS) y el
Comité Nacional de Despacho de Carga (CNDC) dejaron de producir sus informes. A
partir del 2010, el Centro Nacional de Gestión del Sistema Eléctrico dejó de
publicar información sobre el estado del Sistema Eléctrico Nacional.
"La opacidad del Ejecutivo Nacional en relación con el
servicio eléctrico y su gestión es caótica, y más aún si lo comparamos con el
resto de los países en Latinoamérica, donde la información, en la mayoría de
los casos, es en tiempo real y con acceso público” señala Simón Saturno en su
informe "Venezuela en apagón: Desinversión, falta de mantenimiento y
desfalco".
El porqué de la crisis, según las versiones oficiales
Tanto Chávez como Maduro, como también los diez ministros que
durante estos últimos 20 años han encabezado el despacho ministerial
responsable de la energía eléctrica en Venezuela, han atribuido las causas de
los apagones generalizados y la emergencia eléctrica en el país a un sinnúmero
de factores ajenos a la gestión del Gobierno.
Dentro de las razones ofrecidas por los Gobiernos de Chávez y
Maduro resaltan, junto con las sequías y las sanciones internacionales, los
presuntos sabotajes organizados por miembros de la oposición venezolana, como
también por los expresidentes colombianos Álvaro Uribe e Iván Duque, en
combinación con organismos de inteligencia de los Estados Unidos de
Norteamérica.
Armas, ciberataques y animales
Según la información oficial, en estos ataques contra el
sistema eléctrico se habrían utilizado "armas electromagnéticas” (julio
2019), "ciberataques” (marzo 2019), "misiles lanzados desde drones o
embarcaciones” (octubre 2020), y "explosivos ataques terroristas” (2021).
También estos Gobiernos han atribuidos las fallas en el
sistema eléctrico a situaciones pintorescas con animales. Así, por ejemplo, en
abril de 2010, el Gobierno responsabilizó a una iguana por el apagón que dejó
sin electricidad a buena parte del Estado Anzoátegui; en el 2011, la
responsabilidad por el apagón ocurrido en el Estado Mérida recayó sobre una
banda de golondrinas; en el 2019, una rata fue señalada como
responsable del apagón ocurrido en Petare, la zona popular más grande del distrito
capital del país.
Lo que dicen los expertos sobre la crisis
Según el informe de la AVIEM, el abandono y la falta de
inversión en la actualización y mantenimiento del sistema eléctrico nacional
durante las dos últimas décadas llevaron a que, por lo menos desde el año 2009
hasta el presente, la demanda máxima de electricidad del país sobrepasara con
creces la capacidad de generación disponible del sistema.
Según el informe de AVIEM, "la gran diferencia entre la
capacidad de generación instalada y la capacidad disponible es producto de la
obsolescencia, tecnología inadecuada e ineficiente, falta de mantenimiento,
proyectos inconclusos y gestión inadecuada, que se ha venido agravando en los
últimos años”.
Cinco planes para enfrentar la crisis
Lo paradójico de toda esta situación es que, durante estas
dos últimas décadas, Chávez y luego Maduro decretaron en distintas
oportunidades cinco planes nacionales para enfrentar la crisis del sistema
eléctrico, destinando para ello un total de alrededor de 105 mil millones de
dólares.
Por ello, reconocidos venezolanos expertos en la prestación
de servicios públicos señalan que la crisis del sistema eléctrico venezolano no
ha obedecido a una falta de recursos financieros, sino fundamentalmente a la
falta de capacidad técnica en la dirección y gestión de los proyectos de
mantenimiento y expansión del sistema eléctrico nacional.
Esta situación ha derivado en obras inservibles o
inconclusas; fallas en la programación de los proyectos; y falta de
trasparencia en la contratación de los proyectos, todo lo cual ha resultado en
despilfarro, sobreprecio y corrupción: "El costo de las obras construidas
en Venezuela como resultado de las contrataciones por asignación directa ha
sido entre dos y cinco veces superior al de estándares internacionales en obras
similares” señaló el grupo de expertos venezolanos en la referida comunicación
a la ONU y la CAF.
Otra promesa que no se cumplirá
La AVIEM, por su parte, añade a estas causas la designación
de la gerencia del sistema atendiendo a la "fidelidad” política y no a los
conocimientos técnicos, la desprofesionalización y diáspora de personal
gerencial y técnico calificado a causa de la destrucción del salario y de las
condiciones de trabajo, la cual se estima en 60 por ciento del total del
personal.
Nada parece indicar que estas causas, mucho más verosímiles
que las ofrecidas desde el Gobierno nacional, estén siendo enfrentadas en este
momento. Por ello, todo apunta a que la promesa de Nicolas Maduro de recuperar
la calidad del servicio eléctrico en Venezuela antes de finalizar el año no
pasará de ser una oferta voluntarista más, y que no será cumplida para
desgracia del país y de los venezolanos.(ms)
D.W / Alemania.