Por Modaira Rubio Marcano *
La Organización de las Naciones Unidas (ONU), decidió en el año 2004 proclamar el 17 de mayo como Día Internacional contra la Homofobia, Transfobia y Biofobia, cuando se cumplían 14 años de la eliminación, en 1990, por parte de la Organización Mundial de la Salud (OMS) de la homosexualidad de la clasificación internacional de enfermedades mentales.
La homofobia se describe como el odio hacia las
personas lesbianas y gays; la transfobia, es el odio hacia las personas
transexuales y tránsgénero y la biofobia es la aversión irracional contra
personas bisexuales.
Las personas homosexuales, bisexuales, transgénero o intersexuales (LGBTIQ+), es decir aquellas con identidades de género y orientación sexual diferente a la heterosexual, son víctimas de acoso, violencia, detenciones arbitrarias e incluso asesinato en todo el mundo debido a la intolerancia de la sociedad. La Comisión de Derechos Humanos (CNDH) mexicana señala que la homosexualidad es un delito actualmente en más de 70 países y en 11 se castiga con la muerte.
Aunque hay avances visibles en las legislaciones
mundiales, en la práctica en muchos casos por razones religiosas o culturales,
la discriminación prevalece. Por ejemplo, recientemente, India despenalizó las
relaciones sexuales entre personas del mismo sexo.
En Venezuela, el 17 de mayo el gobierno nacional
emitió un comunicado oficial respaldando la conmemoración de este día y
anunciando que la cancillería venezolana “declarará todos sus espacios
diplomáticos seguros y libres de odio y discriminación”.
También se indicó que la Alcaldía de Caracas
elaborará un proyecto de ordenanza piloto para atender a la comunidad LGTBIQ+
en todo el territorio nacional. Sin embargo, en materia de derechos, Venezuela
está rezagada en este aspecto.
El movimiento LGTBIQ+ denuncia la existencia de un estado
homofóbico y transfóbico y no sin razón. Y es que en Venezuela, a los
homosexuales les está prohibido donar sangre; el código de justicia militar en
su artículo 565, criminaliza a las personas LGTBIQ+ en la Fuerza Armada
Nacional Bolivariana (FANB); desde hace 5 años se entregaron al Consejo
Nacional Electoral (CNE) miles de firmas solicitando la aplicación del artículo
146, para garantizar identidad a personas trans, sin respuesta; hace 8 años se
entregaron también miles de rúbricas ante la Asamblea Nacional (AN) exigiendo
la discusión sobre matrimonio igualitario. En la campaña para la elección
parlamentaria en 2020, el presidente Nicolás Maduro prometió que de ganar el
oficialismo la mayoría, cosa que ocurrió, el matrimonio igualitario se
discutiría. No solo no se ha discutido, no hay voluntad política para hacerlo y
en los medios públicos diputadas y diputados de un partido oficialista
religioso, así como integrantes de los poderes públicos, han manifestado que no
discutirán un asunto que va contra las leyes de Dios o según ellos, contra la
CRBV.
A todo ello se suma la creación de instancias
gubernamentales como el Consejo Presidencial de Sexodiversidad, para aparentar
que se atiende la materia pero en la práctica se ignora e invisibiliza la
discusión sobre los derechos que se demandan.
También han aumentado peligrosamente los crímenes
de odio contra la comunidad LGTBI+. Toca emprender una fuerte lucha y una
campaña informativa para que entendamos que los derechos humanos, políticos,
civiles, nos corresponden a todas y a todos por igual y nadie debe ser discriminado
por su orientación sexual.
* IG:@modairarubio
E-mail:modairarubio@gmail.com
Comunicación Política, Economía, Feminismos y DDHH