Por Manuel Villalba *
A escasas horas de que Colombia escoja al nuevo inquilino del
palacio de Nariño, las tendencias de opinión pública dan como favorito al
candidato del Pacto Histórico y exalcalde de Bogotá, Gustavo Petro, hecho que
marca un hito histórico en ese país donde la izquierda, desde hace muchos años,
no contaba con grandes apoyos populares que pudieran poner en peligro la
alternancia en el poder entre liberales y conservadores.
Colombia, con la tercera economía más importante de Suramérica y con una relación estrecha con la administración gringa, se proyecta hacia nuevos escenarios políticos, económicos y sociales con el probable triunfo de Gustavo Petro, quien ha anunciado el desarrollo de un capitalismo democrático con inclusión social y nuevas estrategias para el combate al narcotráfico y a la violencia que constituyen los grandes males que aquejan a este país hermano.
Este domingo Petro sale de favorito en todos los sondeos de
opinión, pero deberá poner a prueba su capacidad y liderazgo para superar todo
tipo de obstáculos puestos por los factores de poder en función de obstaculizar
su triunfo. No es una tarea fácil frente a una oligarquía que juega a la
abstención y a la violencia para impedir la participación del pueblo en estos
comicios. No pudieron suspender las elecciones; pero si impidieron la
observación de organismos Internacionales.
Por lo pronto, creo que la presencia de Petro en la toma de
posesión del Presidente chileno, Gabriel Boric y la visita al Papa Francisco;
así como su cita con el presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, marcan
el desarrollo de una agenda Internacional que busca acercarse a potenciales
aliados con los que aspira establecer relaciones internacionales que buscan contrarrestar la influencia estadounidense,
que en Colombia es mayúscula.
No debe obtener un simple triunfo en la primera vuelta, está
obligado a ganar de manera contundente
para que, aun cuando no obtenga el triunfo absoluto, dé por sentado la
imposibilidad de que un acuerdo entre los centro derechistas Rodolfo Hernández,
Federico Gutiérrez y Sergio Fajardo, lo derrote en segunda vuelta.
De, finalmente, ganar Petro, estaríamos frente a un hecho que
vendría a configurar una nueva correlación
geopolítica en nuestro continente.
Petro, a pesar de sus desavenencias con el gobierno de
Maduro, ha señalado que reanudará las relaciones políticas y comerciales con
Venezuela, lo que no será del agrado de la oposición venezolana por todo lo que
ello pudiera significar para el desarrollo de sus políticas contra
nuestro país; así como tampoco para los EEUU quien ha convertido a Colombia,
con la anuencia de presidentes como Álvaro Uribe e Iván Duque, en una base
militar para el espionaje y conspiración contra gobiernos y movimientos populares
y progresistas de nuestra América Latina.
Llegó la hora de comenzar a construir la ruta de una Colombia
más humanista e integracionista, donde el diálogo y el entendimiento sustituyan
el lenguaje de la violencia y de la guerra.
*Profesor, exdiputado a la Asamblea Nacional.