© Sputnik / Miroslav Rotar
El pasado 15 de noviembre Moldavia
celebró la segunda vuelta de sus elecciones presidenciales. La candidata Maia
Sandu obtuvo la victoria con el 57% de los votos. La nueva presidenta es
partidaria de estrechar lazos con Rumanía y el resto de la UE, dejando a Rusia
en un segundo plano. Sputnik investigó qué le podría esperar a la Moldavia de
Sandu.
Moldavia es un país relativamente pequeño,
atrapado entre Ucrania y Rumanía, y que carece de una salida al mar. Esta
nación europea nació a raíz de la disolución de la URSS. De hecho, era la única
república soviética donde la mayoría de la población era de ascendencia latina
—en referencia al legado del Imperio romano— y que hablaba una lengua
romance.
Tras el inicio de los procesos de desintegración en la Unión Soviética, los políticos moldavos se plantearon la meta de convertirse en parte de Rumanía. Esto tiene que ver con el hecho de que los moldavos en esencia hablan el idioma rumano y tienen las mismas costumbres, mentalidad y raíces.
El principal dilema de la nación moldava radica
en estas dos preguntas. La primera: ¿los moldavos son una nación independiente
o un subgrupo del pueblo rumano? Y la otra: ¿debería Moldavia optar por la
integración en la UE y Rumanía, o estrechar los lazos con la Federación de
Rusia? En la segunda ronda de las elecciones los moldavos dieron su respuesta.
¿Qué trajo consigo el giro prorrumano en
el pasado?
Aunque la sociedad moldava se encuentra polarizada por estas dos preguntas, más
de la mitad optó por la vía europea para Moldavia. Maia Sandu representa
precisamente la ideología proeuropea. El presidente saliente, Igor Dodon, ha
sido partidario de tener buenas relaciones con Moscú. En repetidas ocasiones visitó
el país euroasiático y se reunió con el presidente Vladímir Putin.
Resulta que una parte de la población moldava
estaba insatisfecha con los logros de Dodon y eligió a Sandu para darle un
nuevo rumbo a su país. Pero no es una nueva noticia: desde hace casi 30 años
Chisinau no ha podido elegir entre el rumbo proeuropeo y el prorruso. Este
territorio desde hace varios siglos ha permanecido en la órbita del
Estado ruso y consecutivamente fue parte de la URSS, si bien se ubica
cerca de su país hermano, Rumanía.
El giro prorrumano que llevó al país a una
guerra con la región de Transnistria trajo consecuencias muy tristes. Ese
episodio se convirtió en un verdadero fervor y se tradujo en numerosas
manifestaciones de protestas en Moldavia a lo largo de las últimas
décadas.
En 2009 tuvieron lugar numerosas manifestaciones
de los ciudadanos insatisfechos con los resultados de las parlamentarias. Esas
protestas se parecieron a una revolución proeuropea. Los disturbios en
Chisinau culminaron con el izamiento de la bandera de la UE sobre la
sede del Parlamento. Moldavia otra vez puso el poder en las manos del
candidato prorruso.
Ahora que el tiempo de Dodon como presidente
está a punto de acabar hay quienes se preguntan si el nuevo giro prooccidental
traerá las tan esperadas ventajas para Moldavia. Maia Sandu es el rostro del
nuevo intento de Chisinau de establecer un nexo más fuerte con Bucarest y
Bruselas.
Si bien para muchos europeos Maia Sandu es una
desconocida, en Moldavia es bastante famosa, lleva años en la política y tiene
un currículum bastante impresionante.
¿Quién es Maia Sandu?
La presidenta electa de Moldavia tiene 48 años.
Nació el 24 de mayo de 1972 en la república soviética socialista de Moldavia.
Es una persona muy educada: estudió economía y administración del Estado en la
Academia del presidente de Moldavia. Luego, en 2010, se graduó de la Escuela
Harvard Kennedy, en Estados Unidos. Ostentó el cargo de asesora del director
ejecutivo del Banco Mundial en Washington DC entre 2010 y 2012.
Entre 2012 y 2015 se desempeñó como ministra de
Enseñanza de Moldavia. Fue precisamente la que propuso hacer obligatoria la
enseñanza del idioma inglés y hacer opcional los estudios del ruso en
las escuelas moldavas. En 2014 empezó a participar activamente en la política
moldava e incluso participó en las elecciones presidenciales de 2016. En la
segunda vuelta obtuvo el 47% de los votos, cediendo ante la candidatura
de Igor Dodon.
En medio de la crisis política que se
desencadenó en Moldavia en 2019, Sandu aceptó en junio del mismo año la
nominación como primera ministra del país. De hecho, Dodon y Sandu
sellaron una alianza para deshacerse de la oligarquía del empresario
Vladimir Plahotniuc. Sin embargo, ya en noviembre el Gobierno de Sandu fue
disuelto. La alianza entre ambos políticos también se disolvió rápidamente.
En los últimos años hubo informes de que Maia
Sandu tiene la ciudadanía rumana, pero esta información requiere confirmación
adicional. Sandu se muestra a favor de lazos más estrechos con la Unión Europea
y Occidente en general. Las relaciones con la Federación de Rusia nunca han
sido la prioridad de su política exterior. Esta es la principal diferencia con
el mandatario saliente.
Asimismo, en varias ocasiones se mostró a favor
de la reunificación de Moldavia con Rumanía. Estas ideas son populares en una
parte de la población moldava y especialmente en la diáspora que vive en los
países europeos. Muchos ciudadanos moldavos que viven en los países
occidentales votaron por Sandu en las presidenciales. En la segunda vuelta
obtuvo el 57% de los votos y empezará a gobernar el país el 23 de diciembre de
2020.
Igor Dodon ya reconoció los resultados de los
comicios y felicitó a Sandu por la victoria. Ahora Moldavia está tomando un
viejo-nuevo camino que nadie sabe adónde le llevará esta vez.
¿Dejará Moldavia de existir durante la
presidencia de Sandu?
Aunque la meta oficial de la presidencia de Maia
Sandu, según sus propias palabras, es luchar contra la corrupción y entablar un diálogo con todos los países, en realidad
muchos esperan que Sandu haga un giro paulatino hacia el oeste. Durante sus
primeros días como primera ministra en 2019 viajó a Rumanía en una visita
oficial y de esta manera dio a entender cuáles eran las prioridades de su
política exterior.
Si bien recientemente no ha hablado sobre la
incorporación de Moldavia a Rumanía, esto no significa que haya abandonado la
idea. En el pasado ya abordó este tema. Puede que últimamente no haya hecho
declaraciones sobre este tema porque está al tanto de la impopularidad de la
idea de que Moldavia se incorpore a Rumanía.
De acuerdo con el sondeo de Barometrul
Electoral, en 2020 solo al 30% de los ciudadanos de Moldavia le
gustaría que su país sea incorporado en Rumanía. Pero pese a la
impopularidad de esta idea, una parte proeuropea de la cúpula política está
dispuesta a ceder la independencia de su país.
No hay que sacar conclusiones apresuradas sobre
Sandu, pero tampoco hay que olvidar que desde hace mucho tiempo la política ha
dejado claro que está a favor de la unificación de los dos países. Al fin y al
cabo, su política puede acabar borrando efectivamente Moldavia del mapa como un
país independiente.
Sin embargo, tal desenlace no es favorable para
Rumanía porque económicamente Chisinau está muy por detrás de Bucarest. Por
ejemplo, el PIB per cápita es de 3.191 dólares en Moldavia, mientras que en
Rumanía es de 12.943 dólares. El PIB anual es de 11.309 millones de dólares en
Moldavia y de 250.026 millones de dólares en Rumanía.
En pocas palabras, este desenlace por ahora no
parece muy probable, aunque las cosas pueden cambiar en el futuro.
¿Dará la presidenta Sandu la espalda a
Rusia?
Entretanto, Rusia sigue siendo un importante
socio económico de Moldavia. Aunque el comercio bilateral de Moldavia con Rusia
es inferior al que mantiene con Rumanía, dar la espalda a Moscú sería un gran
error para la Administración Sandu. La nueva mandataria lo entiende y por eso
ya ha declarado que está lista a trabajar con las autoridades rusas. El
presidente ruso, Vladímir Putin, felicitó a Sandu por la victoria.
El Kremlin da por entendido que está dispuesto a
cooperar con cualquier gobierno que desee entablar un diálogo constructivo y
mantiene su palabra.
Moscú sin duda tiene sus intereses en Moldavia.
La seguridad de la autoproclamada república de Transnistria —en la
parte este de Moldavia, no reconocida por Chisinau— estaría en peligro en caso
de que Sandu opte por el camino hacia la incorporación a Rumanía.
Rusia tampoco toleraría la vulneración de los
derechos de los rusoparlantes en Moldavia. Además de Transnistria, en Moldavia
también hay otra región prorrusa, Gagauzia, que no aceptaría la posible
decisión de unirse a Rumanía.
Bandera de Moldavia
En otras palabras, si algún día el nuevo
Gobierno de Moldavia decide renunciar a la independencia del país, se arriesga
a tener un nuevo conflicto armado en su territorio y la eventual pérdida de dos
regiones. Pero incluso con Sandu en el poder este escenario en la etapa actual
parece bastante improbable porque la nueva líder entiende todos los riesgos y
todas las desventajas que puede traer un paso tan brusco y evidentemente
antirruso.