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15 agosto, 2019

Mensaje para el país.


Por: Aldeni Viloria*
@AldeniViloria

Nací a mediados de la década de los 80 del siglo pasado en el seno de una familia humilde y sencilla, con valores y principios, no teníamos lujos pero si teníamos techo, salud, comida, ropas y calzado, sencillamente éramos felices.

Todo transcurrió en esa parte de la Cuarta República que viví, aquella que tanto señalaba Hugo Chávez y señalan Nicolás Maduro y el mismo Diosdado Cabello; ese el que tanto alardea con su mazo, época en la cual gobernó el pacto de Punto Fijo, esa misma la de la alternabilidad del bipartidismo de AD y COPEI, hoy día señalados por el régimen autoritario como derecha apátrida junto a otras organizaciones incluyendo a la que pertenezco, también señalados de lacayos por el solo hecho de reclamar un cambio del oprobioso gobierno que detenta el poder por la vía de los hechos, que por cierto viola la Constitución a diestra y siniestra.

En esa Cuarta República no todo era perfecto porque al igual que los gobiernos que antecedieron a los de la cuarta hubo violaciones a los DDHH, desapariciones, inseguridad, entre otras cualidades negativas para el país, pero unas de sus virtudes fue la prosperidad económica que para ese momento fue atractivo para otros países del mundo, existía meritocracia; acabada por la falsa revolución, contábamos con ese gran valor por el trabajo donde los venezolanos con entusiasmo iban día tras día en la búsqueda de un futuro mejor, con la intención de aumentar la calidad de vida de sus familias.


Recuerdo a mis padres diciéndome en muchas oportunidades, por allá en la década de los 90 que tenía que estudiar para ser alguien en la vida, es decir, que debía hacerme de una profesión para detentar un futuro prominente, cargado de variables que coadyuvarán a la adquisición de riquezas que facilitarán la posibilidad de una vida llena de comodidades, a lo cual yo tome consejo y decidí formarme, estudiando y trabajando, al mismo tiempo soñaba al igual que otros hermanos venezolanos con ese futuro por el que tanto luchaba, hasta que por fin lo logre, me gradué.

Todos esos sueños a su vez, han sido cercenados por los regímenes autoritarios de Hugo Chávez y radicalizados por Nicolás Maduro junto a sus camarillas a lo largo de 20 años, donde ambas gestiones en nombre de una falsa revolución y vanagloriándose bajo el esquema de la “Venezuela potencia” y la “Patria”; que por cierto no las han construido, solo han traído y dejado al país miseria, hambre, inseguridad, corrupción, violación de DDHH, desapariciones, decepción, pérdida de valores así como de la identidad venezolanista y sobre todo han dejado un conflicto político e ideológico que ha menguado la vida de los venezolanos, acelerando la muerte de mis connacionales producto de la escasez de alimentos, medicinas y servicios públicos de calidad, en conclusión Venezuela vive la catástrofe chavista/madurista.

El pueblo venezolano clama por un cambio de gobierno urgente, que dé cavidad a un sistema de convivencia prospero, eminentemente futurista y sobre todo que genere un clima de confianza para Venezuela y el mundo; algo que acabo la falsa revolución chavista/madurista. Simplemente el pueblo de Venezuela quiere ser feliz.

Es urgente que tanto el oprobioso gobierno de Nicolás Maduro y la oposición venezolana lleguen a un acuerdo político para darle una salida civilizada, pacífica y racional a esta catástrofe que vivimos todos los ciudadanos de este maravilloso país, porque la crisis que vive Venezuela no solo afecta a la oposición, sino también a ese pueblo chavista/madurista que es tan víctima de la hegemonía roja como quienes adversamos al régimen autoritario madurista.

Mi mensaje para el país, es que el mejor acto de rebeldía que podemos hacer en contra del régimen autoritario chavista-madurista es formarnos, estudiar y trabajar, porque ya lo dijo Bolívar en uno de sus más conocidos pensamientos “Por la ignorancia nos han dominado más que por la fuerza”.

*Dirigente de Alternativa1/Juntos.