NDP/“El
asesinato del Capitán de Corbeta Rafael Acosta Arévalo, a manos, según ha dicho
el fiscal general de la Republica, de facto, Tarek William Saab, de otros oficiales
de menor jerarquía que su víctima en la Fuerza Armada Nacional, además de ser
un crimen abominable, evidencia el grado de deterioro que vive el Estado de
Derecho y la propia FANB”, así lo señaló el ex diputado al parlamento
latinoamericano, Gustavo Hernández Salazar.
Hernández S. indicó
que el país entero, sin distingo de posiciones políticas, está conmocionado por
este crimen.
‘’Es
indispensable que una comisión internacional de juristas, médicos forenses e
investigadores judiciales, realicen la investigación de este homicidio. ¿Quién
en nuestro país puede creer que la actual estructura policial-judicial
venezolana, totalmente atada al partido de gobierno, puede hacer una
investigación imparcial en este caso?’’, se preguntó.
El
coordinador nacional de Alternativa1/Juntos señaló que la investigación no se
puede reducir a los autores materiales del homicidio, ‘’con toda seguridad estas
prácticas son promovidas o por lo menos toleradas, por los más altos funcionarios
de la República.’’
Para el
dirigente político, resulta insólito que, a estas alturas, "ni uno solo de los
funcionarios de alto rango de los que dependen directamente los torturadores,
haya presentado su renuncia’’.
El vocero de
Alternativa1 / Juntos indicó que, “aunque la tortura parece ser una práctica
generalizada en el país, si en este caso, por su notoriedad, no hay un castigo
ejemplarizante, la tortura y otros abusos se van a multiplicar aún más en toda
la nación”. En opinión del ex parlamentario, los autores materiales e
intelectuales del crimen del Capitán Arévalo “deberían ser degradados y este
acto transmitido en cadena nacional de radio y televisión”.
Finalmente,
Gustavo Hernández Salazar en nombre de Alternativa1/Juntos, expresó que la izquierda de América Latina, “esa que pagó
un alto precio por su lucha contra las dictaduras del cono sur del continente ,
la que dice que no se resigna a la injusticia; la misma que pretende cambiar al
mundo y que aboga por valores como la libertad, los derechos humanos, la
democracia, la igualdad y la justicia; debe condenar firmemente el bárbaro
crimen del Capitán Rafael Acosta Arévalo, de lo contrario, su prestigio quedaría
muy maltratado y su prédica descalificada”, afirmó.