Por Fabio Lannutti / Página 12 - Argentina
Dicen que lleva su cabeza al rape por Zidane, que es fanático
del Real Madrid y que las paredes de su cuarto tienen posters de Cristiano
Ronaldo, al que conoció a los 14 años. Declaró sentirse afortunado por haber
tenido como compañero en Mónaco al colombiano Radamel Falcao García, al que
admira por ser "trabajador". Es aficionado al tenis, suele asistir a
Roland Garros y el español Rafael Nadal es su favorito. Con apenas 19 años, así
es Kylian Mbappé, el príncipe de los suburbios parisinos valuado en 180
millones de euros y uno de los 16 hijos de inmigrantes nacionalizados franceses
sobre los 23 de un plantel que hoy en Luzhniki se coronó campeón. Aunque no es
uno más: su madre aún lo acompaña a los entrenamientos.
Es que antes de consagrarse campeón con "les
bleus", nombrado Mejor Jugador más Joven de un Mundial y de anotarse junto
a Antoine Griezmann como máximo artillero del equipo de Didier Deschamps (4
goles cada uno), Mbappé fue destacado por sus antiguos vecinos de Bondy como un
chico bien asentado y esforzado. "Su papá, Wilfried (de origen camerunés),
es entrenador de fútbol y su mamá Faiza (argelina) fue jugadora profesional de
handball. Ambos son excelentes pedagogos que han educado muy bien a
Kylian", afirmó Sylvine Thomassin, la alcaldesa de esa localidad del
departamento de Seine Saint-Denis, uno de los más empobrecidos y marginales en
Francia conocido como banlieue y estigmatizado como zona de violentos y
delincuentes.






