Tomado de El Carabobeño
“A mi hijo
le cortaron la planta de los pies con hojillas, le sacaron las uñas. Orinaba
sangre porque le patearon los testículos. También le dislocaron el hombro
derecho y le fracturaron la nariz”. Este es el testimonio de Ana Varela de
Torres, madre de Simón Antonio Torres, un militar de 29 años acusado de
rebelión y recluido en el Centro Nacional de Procesados Militares, en Ramo
Verde.
Durante el foro “Basta de torturas”, organizado por Provea,
Varela de Torres aseguró que el primer teniente de las fuerzas especiales de
las Fuerzas Armadas le imputaron los cargos de rebelión militar y traición
a la patria ante el Tribunal Segundo de Control Militar, publicó El
Nacional
El militar fue detenido el 11 de enero de 2018. “Me
dejaron verlo a los 36 días. Se le había acusado de sustracción de efectos
pertenecientes a la FAN, pero nuestros abogados lograron tumbar ese cargo”.
Secuelas de tortura física
Arelis Sergio, madre del primer teniente de las fuerzas
especiales Jhonander Ceiba, detenido junto con Torres, denunció que después de
36 días sin verlo, aún tenía secuelas de la tortura física.
Al igual que el caso de Torres, el primer teniente Ceiba, de
27 años, recibió visitas después de un mes de su detención. Ahora ante el
cambio de componente en la custodia de Ramo Verde, teme que les suspendan la
visita nuevamente. Además, la audiencia ha sido diferida cinco veces.
La madre de Ceiba aseveró que a su hijo, que fue detenido
junto a otros ocho militares en enero, está preso por falsas acusaciones
de estar relacionado con Óscar Pérez, ex inspector del Cuerpo de
Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas, conocido por sobrevolar
el Tribunal Supremo de Justicia en un helicóptero. “Los vinculan por ser
de fuerzas especiales, pero nosotros no conocimos nunca a Pérez”, dijo Sergio a
El Nacional