Por Rafael G.
Curvelo E.
Arranca lo
que podríamos considerar como la campaña municipal más atípica de todas; la
apatía ciudadana se mezcla con el llamado a la abstención de un sector de la
oposición.
Tenemos un gobierno
débil en lo popular, pero fuerte en lo político, que desde su trinchera
estimula la indiferencia de la gente para evitar el aumento de las protestas
que se dan todos los días en nuestro país.
Necesitamos
aprovechar la debilidad estructural del oficialismo, además de la división de
su propia alianza, eso sin contar las nefastas gestiones de los alcaldes “maduristas”.
No se puede condenar
al que no vaya a votar, pero tampoco se puede acusar a los que participamos de “colaboracionistas”;
la gran mayoría de los venezolanos buscamos un objetivo común: la salida de un pésimo
gobierno que nos ha quitado hasta la esperanza.
Mi lucha se
mantiene en el campo político, democrático y pacífico; no creo que la protesta
social está divorciada del camino electoral, por eso pienso en el voto como una
herramienta transformadora.
No sé qué
ocurrirá el lunes 10 de diciembre, pero sé que tenemos una oportunidad para
reconstruir fuerzas, buscar esa unión que nos reclama la gente para acompañarla
en sus demandas y salir de la crisis que no nos deja progresar.
*Dirigente
del Movimiento JUNTOS, la Venezuela que viene.
Candidato por
el Circuito 1 de Caracas (Sucre y 23 de enero)