POR
JESÚS FRANCISCO GÓMEZ*
¡Chico!
Te cuento que ayer tuve la oportunidad de viajar a Morón con mi Negra Omaira
para visitar a mi suegra Cata que vino de Maicillalito del estado Falcón, a
pasar unos días en casa de mi cuñada Magali, allá en Santa Ana; por supuesto,
que tanto Omaira como Magali son sus hijas.
Viejo,
con todos los problemas y sin sabores del viaje, como la de hacer la
interminable y pestilente cola, como el aceptar a regañadientes la especulación
astronómica en el alza del pasaje, como la de estar mosca para que no te roben
el celular ni te quiten el equipaje y, por último, lograr montarte al destartalado
transporte y tener la suerte de ir sentado hasta Morón… ¡Eso es amar a una
mujer y a su suegra!
Chamo,
toda la anterior odisea, que ni Ulises se la hubiese calado, fue entre
empujones, charcos de agua mezclado con basura y heces de perros callejeros,
que flotaban en los andenes del terminal; y para completar, respirando los olores
nauseabundos de las fritangas rancias que ofrecen los chillones vendedores
ambulantes del terminal.
¡Carajo,
hermano! Malos olores que se fueron mezclando con el negro humo del motor de
los autobuses, juntándose con el hedor de violines de sobacos y de la hediondez
a orine trasnochado y de mierda reseca. Toda esa fetidez emanaba de las
instalaciones del Big Low Center de San Diego; ¡Sí!, de San Diego, amigo mío, porque
los incompetentes “chavistas” se apropiaron del “Terminal” cuando dividieron a
la Gran Valencia en cinco municipios, dizques autónomos. Por lo tanto, el Big Low
se lo arrebataron por la fuerza y a bayoneta calada a la alcaldía de San Diego para
anexarla a la del municipio Valencia, para convertirlo en la letrina que hoy es.
Mi
pana, en aquel bululú de gente, en la que se confundían las colas hacia los distintos
destinos de la Costa, para suerte mía y de Omaira, encontramos asiento. A la
vez que coincidíamos en el mismo autobús con mi amigo Heriberto Ramírez que al
parecer se encontraba, porque antes no lo había visto en la cola, a unos
cuantos metros más adelante de nosotros e iba de regreso para Morón- como me lo
diría más tarde-, propiamente a Santa Rita que colinda con Santa Ana,
urbanización de Morón, hacia donde nos dirigíamos, mi Negra y yo.
Compa,
te cuento que una vez que partió el bus nos acercamos por el angosto pasillo
del vehículo, nos saludamos nuevamente e intercambiarnos informaciones breves
de nuestras actividades políticas. Lo primero, que me dijo el amigo Heriberto, el
dirigente Vecinal y tremendo Concejal de Morón, cargo que alguna vez desempeñó
con dignidad y que lo hará nuevamente en la cámara municipal de Juan José Mora,
fue: Profe, la pesadilla que acabamos de pasar, sentir y ver…, usted, yo y
aquellos que quedaron dentro de las ruinas del Terminal del Big Low Center es
la proyección a escala, en chiquito, de lo que hoy en día es Venezuela, secuestrada
en manos de Maduro y su pandilla, quienes han saqueado y siguen saqueando al
Erario Nacional para su propio beneficio, en detrimento, miseria y muerte del
resto de la población venezolana.
Para,
luego yo responderle, con toda la arrechera que llevaba por dentro, al Político
de mí amigo: Sí, mi hermano, tienes razón. Y la gente que allí vimos estaba tan
impotente como nosotros dos. Sin poder reclamar porque ninguna autoridad
escucha y si protestas, te lanzan la GNBcubana encima y lo poco que tienes, que
es tu vida, la pierdes. Estamos desarmados ante un tipo que se sabe poderoso y
por ello, las “autoridades” se aprovechan de ti, de mí, en fin, de todos
nosotros.
Amigo
mío, después de hablar, entre otras cosas, sobre su nueva candidatura a concejal
de Morón por los partidos MAS, COPEY, CAMBIEMOS y otros partidos que le apoyan,
me despedí de Heriberto, dirigiéndome al asiento que ocupaba al lado de mi
mujer y así poder llegar a nuestro destino, después de tantas agonías.
¡Mi
compa! Te puedo decir que Heriberto Ramírez es un hombre de carácter bondadoso
y amable, Presto a las palabras y gran conversador y sabe con certeza de lo que
habla. Es un tremendo dirigente, muy conocido en la mitad de Morón y buena
parte de la otra, también.
Según Gustavo, nació en el siglo pasado por
allá en el año veintinueve..., y confirmado por Laura quien también nació por
esa época, según el susodicho.
Bueno, hablándote en serio y dejando a
Matusalén de un lado, sigamos hablando del amigo Heriberto, el cual ha ido
dejando sus huellas como un gran vecino, como buen amigo y compañero de Equipo
de Alternativa1-Carabobo. Hombre Político que está al tanto del acontecer
sociopolítico y económico de su pequeño terruño, “el Falcón Chiquito”, como
algunos llaman a Morón, así como también conocedor del acontecer regional y nacional.
Donde todos los días no deja de leer la prensa ni de ayudar al vecino que lo
necesite. Es un ávido lector y gran voluntario de la comunidad Moronense.
Te
puedo afirmar que él es amigo de la comunidad y no hay problema del sector que
se quede allí, huérfano de soluciones; por el contrario, él va a las diferentes
radios y periódicos de Morón a denunciarlo y no cejará hasta que la cámara municipal
o la alcaldía de Juan José Mora oigan y solucionen el problema de la comunidad
de Morón.
Ese
es mi amigo Heriberto Ramírez, que necesita de tu Voto para volver a la cámara municipal
de Morón y terminar de hacer la obra municipal que los chavistas no le
permitieron terminar, cuando lo retiraron ilegalmente de ella. ¡Morónense! Tu Voto
es necesario para un infatigable luchador social como lo es HERIBERTO RAMIREZ.
*@chuitoelderosa jesusfranciscogomez53_3@yahoo.es