MARIO VILLEGAS
/ Semanario Quinto Día
En su primera sesión de 2017, la Asamblea Nacional declaró
que Nicolás Maduro había abandonado la Presidencia de la República. Desde días
atrás, voceros de la oposición anunciaban que, de producirse semejante
declaratoria, treinta días después los venezolanos acudiríamos a las urnas para
estrenar un nuevo Presidente. Ha pasado más de un año y Maduro continúa en
Miraflores en ejercicio del cargo.
La semana pasada, la Asamblea Nacional aprobó autorizar el
antejuicio de Mérito contra el Jefe del Estado. Curiosamente, es la misma
Asamblea Nacional la que aprueba proceder a enjuiciar al mismo Presidente al
que un año atrás había destituido por abandono del cargo.
No hay que ser muy sabihondo para darse cuenta que la
frustración de 2017 se reeditará ahora con este nuevo amago parlamentario que
no parece tener otro propósito que seguir abonando las tesis abstencionistas.
María Corina Machado, una de las voces ultrarradicales que
hace un año ilusionaban a los venezolanos con la idea de que en febrero
tendríamos nuevo Presidente, nos dice ahora que la ruta “ha sido muy clara y no
es otra que lograr la dimisión de Maduro y su mafia”.
Coincidente con esa línea, el padre Luis Ugalde le dice al
presidente Maduro que “si quiere a Venezuela, renuncie como Emparan el 19 de
Abril y empecemos una novedosa transición civilizada… Maduro, renuncie a la
terrible destrucción de Venezuela y abra las puertas a la secuestrada
esperanza. Su renuncia, antes y después del 20M, será esperanza de cambio y
vida para millones y millones de desesperados”.
Con todo respeto por ambos, yo pregunto: ¿Puede alguien creer
sensatamente que si Maduro no renunció en medio de las protestas que
encendieron a Venezuela por los cuatro costados y dejaron como saldo más de
cien muertos producto de la represión y la violencia callejeras, va a hacerlo
ahora graciosamente?
Un poco más claramente habla Gustavo Tarre Briceño, cuyas
expectativas del cambio político parecen descansar, sin embargo, en las
cachuchas verde oliva. Esto dice: “La única expresión de oposición no es votar,
la Constitución deja abiertos muchos caminos. La paciencia del país tiene
límites y la de la Fuerza Armada también. No bastará un puñado de generales
corruptos para impedir que los oficiales y soldados acompañen al pueblo en
hacer cumplir la Constitución”.
La verdad, no luce muy racional que quienes hasta ahora han
cuestionado la virilidad, el patriotismo y la honestidad personal de los
militares reduzcan ahora sus esperanzas del cambio político a una acción
insurreccional de la Fuerza Armada.
Diría Henry Ramos Allup, como lo ha dicho otras veces, que es
iluso pensar que los militares van a hacer el trabajo sucio de dar un golpe de
estado y luego van a llamar a los civiles para que asuman el
gobierno y los enjuicien a ellos.
Que se bajen de esa nube quienes apuestan a salidas mágicas,
a invasiones norteamericanas, a “extracciones humanitarias”, a golpes
militares. También quienes apuestan a renuncias, dimisiones o como quiera
llamárseles.
La única posibilidad real, objetiva, tangible, indelegable,
que los venezolanos tenemos por delante de producir un cambio en los destinos
del país es el proceso electoral previsto para el 20 de mayo.
Cada uno de nosotros tiene en sus manos la posibilidad cierta
de clavar una estaca en el corazón del autoritarismo, de la ineptitud, de la
prepotencia, de la corrupción.
Estábamos esperando por esa ocasión y la tenemos a la vista.
¿Cómo es que la dirigencia política llama a los venezolanos a
abstenernos en momentos en que más del 80 por ciento de la sociedad clama por
un cambio, por echar a Maduro de Miraflores?
Nunca antes estuvimos en mejores condiciones políticas y
electorales para ponerle punto final a la neodictadura y a sus políticas
hambreadoras y empobrecedoras.
¿Vamos a renunciar los demócratas a la que siempre hemos
dicho que es nuestra arma más poderosa: el voto?
Despierten, señoras y señores del liderazgo opositor. La
abstención es el suicidio. Es obsequiarle al régimen seis años más en el poder
contra la voluntad de los venezolanos.
Las encuestas de opinión confirman que Maduro está
electoralmente derrotado. El 20 M, salgamos a votar y a defender nuestros
votos.
@mario_villegas