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25 octubre, 2017

CARTA DEL PROFESOR EDGAR NUÑEZ PINO A CLAUDIO FERMIN


 Mi admirado Claudio (perdóneme que lo tutee pero como figura pública me tomo ese atrevimiento) siempre te has destacado por la sindéresis, sapiencia y visión amplia. En momentos complejos y enrevesados siempre acudo a tus posturas, para nutrir las mías.

Esta vez se me hace imposible conciliar mi visión del asunto actual, con la tuya.
No tengo la misma experiencia que tú, pero ya tengo un trecho andado y me he dedicado al estudio de la política como fenómeno cultural.

El funesto asunto del juramento de estos gobernadores, se me hace complejo de analizar pero imposible de justificar.

La política está compuesta de códigos culturales. Una de la razones por la cuales siempre vamos en desventaja frente al oficialismo (además del obvio uso de la fuerza) es que hablamos distintos "lenguajes", sus códigos son distintos a los nuestros, y generalmente "leemos" mal sus posturas, discursos y "targets".

Está terrible falta de interpretación adecuada de los códigos culturales nos ha golpeado una y otra vez. Carabobo tiene rollo enorme de esa cabuya. La campaña de Lacava-Feo es el vivo ejemplo de los "diferentes idiomas" que hablamos.

La política para el oficialismo se convirtió en un terreno simbólico. Ellos usan los símbolos como correa de transmisión de sus intereses y posiciones. Nosotros seguimos usando los códigos políticos del siglo XX, basados en la victoria/derrota electoral y la contabilidad de cargos/votos.

El juramento tomado por estos gobernadores puede que no tenga valor jurídico (esa ANC no es constitucional) pero el hecho de asistir y levantar la mano es un acto de sumisión. Es un momento SIMBÓLICO.


No interesa si tiene valor o no, si tiene consecuencias buenas o malas, el asunto es que el símbolo de la sumisión se configuró y la mayoría del pueblo venezolano lo interpretó.

Puede hacerse cualquier tipo de análisis de escenario, pero al final lo que queda para las amplias mayorías, es la sumisión ante el poder omnímodo que tanto gusta al oficialismo y sus seguidores.

Si no se juramentaban los sabotean, persiguen y destituyen. Si lo hacen se entregan al sistema totalitario.

El problema no fue reconocer la ANC, el asunto es la sumisión simbólica, que alimenta a la máquina totalitaria.

Ojalá y yo esté equivocado. Ojalá y este juramento se transforme en presupuesto justo, libertad y que les quiten los "protectores" rojos que desmontan la institucionalidad.

Aprovecho para decirle que mi abuela materna fue una fiel activista suya, estando yo muy joven me llevaba a sus actividades de campaña y luego de administración, en el mercado de Coche incluso usted me dió la mano mientras abrazaba a mi abuela. Jamás olvidaré la cara de ella de felicidad y admiración por usted, quizás esta noche me regañe en sueños por refutarle. Asumiré ese riesgo.

Un abrazo fuerte,


Prof. Edgar Darío Núñez Pino