JOSÉ TABOADA VALDÉS, PRESIDENTE CEAS SAHARA
Los expresidentes José Luis Rodríguez
Zapatero y Felipe González buscan y reclaman activamente una “solución
democrática, pacífica y negociada” para el país hermano de Venezuela. La
solución pasa por la liberación de todos los presos políticos y la convocatoria
de unas elecciones libres. Creo que es el buen camino y tienen todo mi apoyo y
simpatía.
Pero quiero pedirles que no se olviden de los presos políticos del Sahara
Occidental. Muchos de ellos tienen la nacionalidad española y llevan sufriendo
durante décadas la ocupación por la fuerza de su territorio por parte del reino
de Marruecos de manera injusta.
Señor Zapatero, Señor González, los Derechos Humanos no son una opción política
que se pueda defender solo para ciertos países – Venezuela, en este caso –. No
es normal ni creíble que se esté reivindicando la falta de libertad y de
justicia en Venezuela y que se olvide la injusta situación que vive el Pueblo
Saharaui a 90 millas de las islas Canarias. Los “olvidados” saharauis llevan
sufriendo más de 40 años la violación sistemática de los Derechos Humanos, pero
ustedes no dicen ni hacen nada.
No pueden mirar solo hacia el otro lado del Atlántico y olvidar que el
primer deber moral y político que tiene nuestro país es exigir la libertad de
los presos políticos saharauis y encontrar una solución democrática para el
Sahara Occidental. Les recuerdo que el pueblo saharaui formó parte de España,
la provincia 53. Les recuerdo también que abandonamos a los saharauis por otros
intereses “inconfesables”.
Les pido que reclamen también al Rey Mohamed VI la libertad de los
saharauis brutalmente condenados: ocho a cadena perpetua; tres a 30 años de
cárcel; cuatro a 25; tres a 20; y otros cuatro con penas menores. Han sido
sentenciados en el juicio político por su participación, en octubre de 2010, en
el campamento de la dignidad de Gdeim Izik en El Aaiún. Lo único que hacían
allí era pedir mejoras sociales y económicas. ¿Y cuál fue la consecuencia?
Prisión preventiva durante 7 años con torturas durante la detención y el
posterior encarcelamiento (de acuerdo con el último informe de Amnistía
Internacional) y una sentencia tremendamente injusta.
No existen, además, pruebas que les impliquen directamente. Se trata de un
juicio claramente político contra todo un pueblo, el saharaui, al que se
intenta amedrentar para que no continúe con su lucha pacífica por la libertad y
la justicia. Se busca silenciar sus protestas pacíficas.
¿Por qué no viajan alguna vez al Sahara Occidental para conocer lo que allí
sucede? A muchos observadores y periodistas no les dejan entrar, pero seguro
que a ustedes sí les dejan. En El Aaiún podrían ir a visitar a los presos,
preguntar por los desaparecidos saharauis y constatar el clima de terror que
diariamente sufre la población.
Hagan el esfuerzo. Los Derechos Humanos son demasiado importantes como para
defenderlos únicamente cuando (les) interesa. ( TOMADO DE ACTUALIDAD SAHARAUI)