La dieta
mediterránea solo reduce el riesgo de enfermedad cardiovascular a las personas
de clase alta, según ha mostrado un estudio llevado a cabo por investigadores
del IRCCS Neuromed sobre una muestra de 18.000 personas y cuyos resultados han
sido publicados en el 'International Journal of Epidemiology'. "Los beneficios
cardiovasculares asociados con la dieta mediterránea en una población general
son bien conocidos. Sin embargo, por primera vez nuestro estudio ha puesto de
manifiesto que las personas con un nivel socioeconómico bajo que luchan por
seguir un modelo mediterráneo, tienen pocas probabilidades de obtener las
mismas ventajas que tienen las personas con mayores ingresos, a pesar de que
ambos grupos de adhieran a la misma dieta", han explicado los científicos.
Los investigadores del Neuromed fueron más lejos y trataron de desentrañar los
mecanismos posibles subyacentes a tales disparidades. Y es que, en el estudio,
las personas con altos ingresos comían más diversidad de frutas y nueces,
verduras, legumbres, cereales, pescado, grasas, carne y productos lácteos. Una
diferencia que, a juicio de los expertos, puede demostrar que la calidad y
cantidad también puede tener repercusión en la salud. "Nuestros resultados
deben promover una seria consideración del escenario socioeconómico de la
salud. Las disparidades socioeconómicas en salud también están creciendo en el
acceso a dietas saludables. Durante los últimos años, hemos documentado un
cambio rápido de la dieta mediterránea en toda la población, pero también
podría ser que los ciudadanos más débiles tiendan a comprar alimentos
mediterráneos con un menor valor nutricional. No podemos seguir diciendo que la
dieta mediterránea es buena para la salud, si no somos capaces de garantizar un
acceso igual al mismo", han zanjado los expertos. Las dietas mediterráneas
se ha relacionado con bajas tasas de enfermedades crónicas y alta esperanza de
vida, gracias al balance entre los diferentes alimentos que consiguen el
equilibrio nutricional. Así, se caracteriza por la abundancia de verduras,
hortalizas, frutas frescas, leguminosas y cereales; una cantidad variable y el
uso del aceite de oliva, que es la principal grasa culinaria; la ingesta de pescado;
además, recomiendan un consumo moderado de alcohol, principalmente vino y un
consumo moderado de lácteos y carnes rojas. La dieta mediterránea solo reduce
el riesgo de enfermedad cardiovascular a las personas de clase alta, según ha
mostrado un estudio llevado a cabo por investigadores del IRCCS Neuromed sobre
una muestra de 18.000 personas y cuyos resultados han sido publicados en el
'International Journal of Epidemiology’. Fuente original: www.infosalus.com