RAFAEL CURVELO *
Estamos avanzando en el mes de agosto en medio de grandes eventos que
ponen en tela de juicio el carácter democrático del Gobierno de Nicolás Maduro.
La instalación de una Asamblea Nacional Constituyente (ANC) con grandes vicios
legales, evidencia que hay una intención de primer orden por perpetuarse en el
poder. Ante un escenario que se ve tan sombrío es necesario hacer una profunda
reflexión sobre el futuro y más que todo construir una nueva esperanza para una
ciudadanía que se siente huérfana de liderazgo ante los escollos que se
presentan.
Lo primero que tenemos que ver es que después de no lograr nada tangible
con la consulta del 16 de julio, y luego de los resultados del 30 de julio, con
la posterior instalación de la ANC, empezó a dominar en todos un estado de
desánimo que llevó a muchos a la desesperanza. Dese hace mucho tiempo no se
veía una sociedad decaída ante el futuro; algunos dicen que la verdadera salida
está en Maiquetía, la verdad es que no todos tienen la posibilidad de abordar
esa salida y otros buscan huidas terrestres. La evidencia está en la crisis
humanitaria con la que tienen que lidiar los Gobiernos de Brasil y Colombia,
ante el éxodo de miles de venezolanos que desesperados por buscar mejores
oportunidades, emigran de forma casi forzada a los países vecinos.
Para los años 90 el país estaba
sumergido, en lo que para aquel entonces se consideraba su peor crisis
histórica; muchos consideraban que era difícil mover las piezas de la elite
política y hasta se consideraba que la ciudadanía no tenía derecho a ser parte
de las decisiones del Estado. En medio de ese desbarajuste que parecía no tener
una solución a la vista, apareció Hugo Chávez en la palestra pública, primero
como un golpista que buscaba el poder a la fuerza, después como un hombre de
estado, demócrata y sobre todo con un mensaje distinto, desmarcándose del
status quo y llevando un mensaje de esperanza para los venezolanos.
Vivimos momentos de mucha dificultad, la desesperanza nos domina, los
últimos tres meses de protesta nos dejaron un sabor amargo: Más de 120 muertos,
miles de detenidos y por encima de todo la imposición de la ANC por parte un
Gobierno que pone en evidencia cada día su carácter autocrático. Un sector de
la ciudadanía esperaba que con sólo la lucha de calle bastara para que Nicolás
Maduro cayera y se impusiera un Gobierno de carácter democrático.
Lastimosamente la realidad y los hechos distaron mucho de los deseos de muchos.
Es momento de repensar muchas cosas, reevaluar estrategias y sobre todo realizar
una autocrítica descarnada de los hechos. La lucha de calle sin estrategia
social y sin ningún mensaje claro, llevó al derrotero que hoy vivimos. Es
necesario construir un nuevo mensaje que aborde temas que afectan a la
ciudadanía: Escasez de medicinas y alimentos, hambre en todos los niveles, la
falta de atención medica primaria, inseguridad personal, entre otros muchos
problemas, además de dar ese aliento de esperanza que espera la gente por parte
de la dirigencia política.
Dicen que la esperanza es lo último que se pierde, esa debe ser una
premisa importante para todos, debemos construir un mensaje que llene de ánimo
a esta sociedad que esta desanimada, para que entienda que hay un mañana y no
debemos desfallecer ante los retos que se nos vienen. Como en otras
oportunidades lograremos superar los escollos, comprendiendo que estamos
construyendo esa Venezuela que todos anhelamos y por la cual muchos están
dejando, incluso su propia vida.
*DIRIGENTE NACIONAL DE ALTERNATIVA 1