Nosotros, *EDGAR DARÍO NÚÑEZ PINO, MANUEL VICENTE ROMÁN, LEÓN JURADO,
GUSTAVO MANZO, LUBIN AGUIRRE, EDGAR NÚÑEZ ALCÁNTARA, ANÍBAL RUEDA, IVÁN
PÉREZ RUEDA, YELITZA BARRETO, JOSÉ VALDERRAMA, MARÍA CONCHITA MULINO y
VIVIANA PINEDA,* profesionales del derecho y miembros de la cátedras
insertas en el derecho público y las ciencias sociales de la Universidad
de Carabobo, Universidad Arturo Michelena y Universidad José Antonio
Páez; nos hemos reunido con la intención de manifestar nuestra opinión,
análisis y sugerencias con respecto a los temas constitucionales, e
inevitablemente políticos, planteados en la actualidad venezolana.
Queremos rescatar el esfuerzo de la dirigencia política democrática,
quienes a pesar de sus diferencias y desencuentros propios de la lucha
por el poder, han logrado tomar decisiones unitarias y acompañar los
procesos sociales que vivimos. En Carabobo hacemos un llamado a la
unidad política y a evitar las conflagraciones innecesarias; en el
debido momento los carabobeños, a través del sufragio, premiaremos sus
esfuerzos y sacrificios.
Observamos con preocupación la situación del país, donde el instrumento
fundamental de organización política, jurídica y social ha sido
deformado a tal punto que en lugar de servir de espacio de encuentro
para las diferencias, se utiliza para amedrentar y justificar el abuso
del poder. Sumado a este terrible escenario, sufrimos la profunda crisis
económica que afecta la sociedad venezolana y que causa hambre,
desempleo, división y desesperanza. Son tiempos aciagos para nuestro
pueblo y en ese sentido nuestro aporte lo comprendemos con mayor
compromiso histórico.
Dentro de nuestras diferentes visiones, competencias y pensamientos,
hemos conseguido formar algunos puntos de consenso que describen esta
preocupación. Estos asertos consensuados los ofrecemos a los carabobeños
y a su dirigencia política para que sean tomados en cuenta, sopesados e
incluidos en las decisiones y acciones de los próximos tiempos.
Queremos destacar que no se trata de un manifiesto formal, ni de un
tratado académico; nos anima la idea hacer estar reflexiones comunes, de
manera diáfana y accesible para todo aquel que la quiera leer y
compartir.
Hemos identificado dos temas fundamentales para el análisis, con sus
correspondientes sugerencias concretas, ya que entendemos que _no es
momento para la excesiva densidad académica sino para dotar de contenido
las decisiones políticas de los próximos tiempos._ Veamos.
*AGREGADO ÚLTIMA HORA*: Debido a la convocatoria de un supuesto “poder
constituyente comunal” hemos decidido prescindir de otros temas, para ir
directamente al tema constituyente.
DE LA CONVOCATORIA A UNA ASAMBLEA NACIONAL CONSTITUYENTE
*El poder constituyente es la capacidad de cada sociedad humana de
organizarse y determinar su forma de vida.* Esa determinación consiste
en tomar la decisión política fundamental que incluye los valores
fundamentales que la sostienen, la estructura del Estado y la manera de
resolver la titularidad de la autoridad política. Todo esto se plasma en
un documento formal y superior que llamamos Constitución.
Consideramos que convocar a una ANC en estos momentos es
contraproducente, debido a la débil institucionalidad, las condiciones
económicas actuales y la profunda polarización política que ha llevado a
una oleada de violencia con resultados trágicos para los venezolanos.
Un proceso constituyente debe nacer de una causa política de
reconciliación nacional, no para refundar la República, sino para crear
un instrumento sólido que ampare las diferentes manifestaciones
políticas, creencias y formas de vida que coexisten en nuestra sociedad.
Tenemos diferencias y profundas críticas a la Constitución de 1999,
*pero en los complicados momentos que vivimos es el único instrumento
válido que nos permite forjar los escenarios para el necesario cambio
que reclama el país.* Por ello, _un proceso constituyente puede servir
de combustible para el enfrentamiento y la polarización política_. De
igual manera, coincidimos que a pesar de la desfiguración a la cual ha
sido sometida por la Sala Constitucional del TSJ, la Constitución 1999
ha anidado en el pensamiento colectivo, creando lazos afectivos reales
con diferentes sectores de la sociedad; un proceso constituyente puede
entenderse como un “borrón y cuenta nueva” que pocos comprenderán como
positivo.
La forma republicana existe desde 1811 y la hemos mantenido durante más
de doscientos años, con sus matices y altibajos, pero jamás hemos
abandonado la senda del republicanismo. Por ello afirmamos que la
convocatoria a un proceso constituyente no sería para refundar la
República, sino para reconciliar la forma de vida venezolana y crear un
binomio Sociedad=Estado que permita construir felicidad para todos los
venezolanos.
En síntesis, creemos que no es el momento constituyente. Consideramos
que previamente se deben resolver una serie de conflictos y asuntos
prioritarios:
1.Resolver el asunto de la representación parlamentaria del Estado Amazonas.
2. Controlar, en el mediano plazo, las variables que más conflictividad social producen: el desabastecimiento y la inflación.
3. Convocar de manera inmediata a elecciones regionales, cuyas
autoridades están vencidas desde diciembre de 2016 que se han retrasado
de manera injustificada.
4. Cese de la criminalización de la protesta democrática y pacífica, a
lo cual incorporamos la represión excesiva, además del uso de gases
tóxicos y armas de fuego en el control del orden público. Estos
elementos han causado estupor y pérdidas humanas que duelen hondo en
nosotros como ciudadanos.
5. Fijar un cronograma electoral claro, posible y se garantice elecciones libres, transparentes y con observación internacional.
*No existe ningún otro modo, forma o posibilidad de realizar un proceso
constituyente, sino el mecanismo establecido en los artículos 348 y 349
de la Constitución nacional.* Cualquier otra versión o fórmula es
claramente inconstitucional y quebranta el orden establecido por el
pueblo venezolano desde 1999.
*Lo que el Ejecutivo Nacional ha denominado, en diversas intervenciones
mediáticas, “Constituyente Comunal” es una clara violación a los
designios de la Constitución, apelando a la “originalidad” del poder
constituyente y con ello justificar el quebrantamiento del orden
político, para crear un sistema prêt à porter plasmado en una
constitución semántica de clara intención totalitaria.* Una convocatoria
en los términos anunciados, rompe con los principios básicos de la
democracia, además de ser un proceso de *cooptación positiva que
discrimina el derecho fundamental de todo ciudadano de participar en la
actividad pública.*
Frente a una convocatoria de esta aberrante naturaleza, *no existe otra
posición política que la desobediencia civil y el compromiso de la lucha
política para evitar su concreción.*
En Valencia, al primero de mayo de 2017.