Entrevista de Mariano Schuster.- La administración
Trump ha ordenado a los funcionarios de la Agencia de Protección del Medio
Ambiente (EPA, por sus siglas en inglés) congelar los subsidios y contratos y
cambiar las referencias de su sitio de internet. ¿Cuáles podrían ser
las primeras consecuencias de un cambio de semejante magnitud?
Aunque todavía no hemos visto cambios a gran escala en
el sitio de internet de EPA, definitivamente hay preocupación por el impacto en
el trabajo de la agencia en torno al cambio climático bajo la gobierno de Trump.
El candidato de Trump para encabezar la EPA, Scott
Pruitt, constituye una elección
totalmente inapropiada.
En su rol de fiscal general de Oklahoma, el señor Pruitt ha tenido un largo
historial de acciones legales contra la EPA por normas que apuntan a reducir la
polución y proteger la salud pública y tiene estrechos lazos con la industria
de los combustibles fósiles.
Al
igual que otros funcionarios designados para el gabinete de Trump, el Sr.
Pruitt también sigue sembrando dudas sobre el hecho de que las emisiones de
carbono derivadas de la combustión de combustibles fósiles sea la principal
causa del cambio climático y sostiene que la contribución humana al cambio
climático es «dudosa».
Hay una seria preocupación por la posibilidad de que
datos e informes relevantes sobre el cambio climático sean removidos del sitio de internet de EPA y que la investigación sobre este tema pueda verse
acotada. Un miembro del equipo de transición de Trump también ha recomendado recortes drásticos en el presupuesto y en la plantilla
de EPA, lo que podría debilitar la capacidad
de la agencia de hacer su trabajo.
Y hace poco el presidente emitió una orden ejecutiva
que obliga a las agencias gubernamentales a recortar dos reglamentaciones
existentes por cada una que emitan, lo que representa un edicto ridículo y dañino que podría tener un impacto negativo en la
misión de la EPA de proteger nuestra salud pública y el medio ambiente de la
contaminación.
¿Cree que el Plan de Energía Limpia promovido por
Barack Obama también podría verse afectado por el gobierno de Trump? ¿Cuál
podría ser la política sobre fuentes de energía renovable del nuevo gobierno?
Es
difícil imaginar que el gobierno de Trump implemente efectivamente el Plan de
Energía Limpia, y el Congreso también está decidido a debilitarlo. Sin embargo,
no será fácil ni rápido desarmarlo y requerirá un largo proceso regulatorio y/o
legal.
El Plan de Energía «Primero Estados
Unidos» de Trump es, en
esencia, un plan para profundizar nuestra dependencia de los combustibles
fósiles y no hace referencia a la energía renovable. Pero mientras tanto hay
buenas razones para pensar que las tendencias del mercado (que incluyen la
caída de los costos de la energía renovable y bajos precios del gas natural),
las políticas estatales de eficiencia energética y energía renovable y los
créditos fiscales federales para la energía renovable continuarán impulsando el
progreso en el campo de la energía limpia y seguirán bajando las emisiones
durante los próximos cuatro años. Sin embargo, en última instancia se
necesitará más apoyo en términos de políticas para acelerar el impulso de la
energía limpia y bajar las emisiones en línea con los objetivos climáticos a
largo plazo.
¿Quiénes son los principales actores que apoyan la
posición de Trump sobre cambio climático? ¿Qué rol juegan en esta nueva era?
A
pesar del consenso científico sobre el cambio climático, el tema se ha
politizado mucho en Estados Unidos en la última década. Durante el
gobierno de Obama, la mayoría de los republicanos adoptaron una versión extrema
de la retórica anticientífica, que hizo muy difícil lograr algún progreso en la
política climática en términos de acciones parlamentarias.
Los
intereses ligados a los combustibles fósiles jugaron un papel activo en la
oposición a estas políticas y en una campaña artera de desinformación sobre el
tema climático. Estas fuerzas bien pueden sentirse alentadas durante el
gobierno de Trump.
Sin
embargo, los impactos del cambio climático se pueden experimentar en la
actualidad en todo el país (y el mundo), y los responsables de las políticas
van a recibir cada vez más presión para que den algún tipo de respuesta al
tema. Mientras tanto, los costos de la energía renovable siguen cayendo
enormemente y el desarrollo creciente de estos recursos conlleva un potencial
enorme de oportunidades económicas y beneficios para la salud pública. La
energía renovable tiene apoyo de ambos partidos, y muchos estados «rojos», como
Texas, están entre los líderes nacionales en la generación de energía renovable.
Hay muchas razones para esperar progresos en este tema, ya sea que ocurra por
razones climáticas o no.
Estados Unidos es el segundo mayor emisor de gases de
efecto invernadero después de China. Si no cumple con las políticas de cambio
climático, otros países podrían comportarse de la misma manera y las
temperaturas subirían en todo el planeta. ¿Qué va a pasar con las naciones
subdesarrolladas si Estados Unidos se retira del acuerdo firmado con otras
naciones desarrolladas en virtud del cual debe otorgar 100.000 millones de
dólares al año para luchar contra el cambio climático?
Salirse
del Acuerdo de París sería un gran error para Estados Unidos. El cambio
climático es un problema global y esta es la mejor solución a esa escala que
tenemos hasta el momento. Esperamos que, a pesar de las amenazas en esa
dirección, el gobierno se dé cuenta de que va a ser importante permanecer en el
Acuerdo de París por una cantidad de razones geopolíticas, entre ellas la de
empujar el avance de otras prioridades como el comercio y la seguridad.
Mientras
tanto, otros países entre los que se incluyen China y las naciones de la Unión
Europea han reafirmado su sólido compromiso con el Acuerdo de París y ni un
solo país ha indicado que se saldrá del mismo en razón de las amenazas del
gobierno de Trump. Este acuerdo es, en última instancia, más grande y más
fuerte que cada país tomado en forma individual, y perdurará. Si Estados Unidos
retrocede, será necesario que otros países den un paso al frente y tomen una
posición de liderazgo, y los países menos desarrollados cuentan con eso. Muchos
estados, ciudades y empresas norteamericanos también están comprometidos a
continuar reduciendo las emisiones incluso si no hubiese liderazgo en tal
sentido desde Washington.
También
es importante recordar que el mandato de gobierno de Trump es de solo cuatro
años. Los objetivos del Acuerdo de París requerirán una acción sostenida por
parte de todos los países durante muchas décadas, por lo que este gobierno no
va a tener la última palabra en el tema de la acción climática de Estados
Unidos y definitivamente no tiene la última palabra respecto de las acciones
contra el cambio climático a escala global.
Muchas empresas norteamericanas, entre las que se
encuentran Nike, Levi´s, Mars y Starbucks, le han pedido a Trump no revertir el
Acuerdo sobre Cambio Climático de París con el argumento de que esto podría
dañar la prosperidad americana. ¿Por qué es ue tantas compañías que años atrás
se oponían a combatir el cambio climático hoy en día piden algo así? ¿De qué
manera podría en realidad afectar a la prosperidad norteamericana salirse del
Acuerdo de París?
Sí,
muchos estados, ciudades y empresas ven con claridad que la reducción de las
emisiones y el compromiso con un futuro con energía limpia traerá aparejados
enormes beneficios tanto en el aspecto económico como en el de la salud
pública, además de beneficios climáticos.
También
están experimentando el altísimo costo del impacto del cambio climático
resultante de inundaciones, incendios forestales y sequías, entre otras
calamidades, y ven la necesidad de reducir las emisiones para ayudar a limitar
los impactos futuros. Las empresas también ven que el gran mercado
internacional de las tecnologías de energía renovable es una oportunidad
rentable, que también podría crear empleo para los estadounidenses.
Lo
que necesitan es certeza en cuanto a las políticas y señales claras del mercado
que apunten a una economía baja en carbono. Salirse del Acuerdo de París no
tiene sentido en este contexto. Se opone a lo que la ciencia muestra en cuanto
al empeoramiento del impacto climático a medida que aumentan las emisiones de
carbono y debilita la gran oportunidad económica que se presenta con la
transición a una economía de energía limpia.
Trump y los movimientos ecologistas
El movimiento verde parece estar preparado para luchar
contra las políticas de Trump sobre cambio climático. ¿Qué estrategias debería
adoptar este movimiento para lograr efectos positivos en esta batalla?
Lo
más importante es que adoptemos políticas basadas en argumentos científicos
sensatos y que resistamos todos los esfuerzos por debilitar a la ciencia. En
todo Estados Unidos se puede ver hoy a científicos que más y más alzan su voz
porque el gobierno de Trump está atacando a la ciencia desde muchos frentes.
Hay temor de que se pierdan datos científicos, de que se recorten presupuestos
y de que se amordace a los científicos federales. Muchos científicos están
firmando cartas y marchando en protesta.
Para
obtener un contexto adicional, sugiero ver estos posts propios y de algunos
colegas:
En
última instancia, la ciencia no debería ser una cuestión partidaria. Es
necesario que los republicanos que están en el Congreso también alcen su voz y
defiendan a la ciencia y los derechos de los científicos.
Traducción: María Alejandra Cucchi
Fuente: Nueva Sociedad