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14 enero, 2017

LA LUCHA SOCIAL COMO NORTE


 Por Rafael Curvelo / Dirigente de Alternativa 1


Llevamos dos semanas del año 2017 y pareciera que hubiéramos vivido la mitad del año ante las acciones que se han desarrollado en los últimos días, muchas de ellas de orden político: cambio del gabinete ejecutivo, instalación del nuevo año de la Asamblea Nacional, declaratoria del Abandono de Cargo para el Presidente, entre otras. Los hechos políticos dejan a un lado la situación social, que es grave y se agudiza con el pasar de los días, producto de la elevadísima inflación que afecta el poder adquisitivo de la ciudadanía.


En los últimos 18 años el discurso político se ha tragado el discurso social de la temática nacional, en un primer momento fue la conformación de una constituyente para reformular el Estado, luego ha sido la forma de cómo sacar al gobierno, por un lado, o cómo mantenerse por el otro, ya sea por el orden legal o a veces al margen de la ley. En todas estas acciones lo político es lo fundamental, sin mayor contenido social, dejando a un lado los temas importantes que a la larga afectan a todos, sin distinguir diferencias políticas, económicas, religiosas y culturales.


Desde la victoria electoral de Nicolás Maduro en el 2013, las luchas sociales han sido disminuidas a través de los medios; aunque la lista de protestas sociales ha ido en aumento, no se ven resultados que apunten a una transformación profunda de la conducta gubernamental, esto se debe a que las protestas, muchas de ellas pequeñas, buscan la solución inmediata a problemas básicos: servicios públicos, inseguridad, falta de atención estadal, etc, mas no el abordaje de la raíz de dichas situaciones


Además, dichas protestas son invisibilizadas porque no son organizadas bajo la consigna de cambiar al gobierno; buscan que se mejore la calidad de vida, el tema gubernamental pasa a segundo plano, porque desde las comunidades hay una clara conciencia que un cambio de gobierno no lleva a transformaciones sociales profundas en el corto plazo.


El 2017 se nos presenta como un año muy complejo; el gobierno juega con el hambre del ciudadano a través de los CLAP, la inflación pulveriza nuestro salario, el malandraje domina las calles y mientras tanto, gobierno y oposición pelean por el poder, sin la menor intención de ayudar a los más afectados de la crisis. La lucha social debe ser el centro, la sustancia de la misma nos ayudará para alcanzar un objetivo mayor como lo es el cambio del Gobierno.


No se puede dilapidar la gran oportunidad que se perdió en el 2016, después del triunfo electoral de diciembre del 2015, la Unidad Democrática en vez de enfocar esfuerzos en la lucha social, se dejó llevar por la borrachera electoral y enfiló sus esfuerzos a salir del gobierno de Nicolás Maduro sin analizar otros escenarios, más allá de un revocatorio. No se debe cometer errores en esta etapa complicada de nuestra historia, necesitamos ir con paso firme en una lucha más cercana con el ciudadano, evidenciando que la crisis nos afecta a todos.

Nuestro norte debe ser lo social, visibilizar a través de las grandes carencias que nos afectan, la ineficiencia gubernamental, que la solución de los problemas se deben dar cuanto antes, ya no para atajar la crisis, sino para evitar que se  agrave mucho más y aumente su número de víctimas. Claro que el cambio del gobierno es fundamental, pero no debemos reducir nuestra lucha al “Maduro, VETE YA!”, es necesario centrarla en la temática social, y la misma se traducirá en concientización, que se materializará en votos para generar el esperado cambio gubernamental.