Podrían surgir 17 nuevos países
Juan Pablo Aguirre Quezada*
“La libertad no es nada más que una oportunidad para ser mejor”.
Albert Camus
Al final de la Segunda Guerra Mundial una
preocupación expresada en la Carta de las Naciones Unidas era el acabar con los
gobiernos de las metrópolis europeas en las colonias de América, África, Asia y
Oceanía. Por tanto, se definió a un territorio no autónomo como la región donde
aún la población no contaba con un nivel pleno de autogobierno.
Hace cincuenta años África vivió una serie de
independencias que en pocos años lograron contar con la mayoría de estados
independientes. Ya en las décadas de los setenta y ochenta otras posesiones de
América y Oceanía lograron su independencia.
No obstante, al día de hoy existen 17 regiones
en la lista de territorios no autónomos y con posibilidades a ser
descolonizados de potencias administradoras como Reino Unido, Estados Unidos y
Francia, entre otros. Estas naciones son: Sahara Occidental en África;
Gibraltar en Europa; Samoa Americana, Polinesia Francesa, Guam, Nueva
Caledonia, Pitcaim y Tokelau en Oceanía; y Anguila, Bermuda, Islas Vírgenes
Británicas, Islas Caimán, Islas Malvinas, Santa Helena, Monserrat, Islas
Vírgenes de Estados Unidos y Turcos y Caicos en la zona del Caribe y Océano
Atlántico.
Una de las características de estas
dependencias es que por lo general -salvo Sahara Occidental e Islas Malvinas-
tienen escasa extensión territorial y su población únicamente se cuenta por
miles de habitantes. A fin de alcanzar la independencia o un estatus de
autonomía dependerá de la autodeterminación de sus habitantes.
Si bien estas regiones tienen la potencialidad
de convertirse en países, en gran medida depende de las negociaciones que se
puedan acordar con la potencia administradora, o inclusive de forma
preocupante, ante la eventualidad de una lucha armada.
En ese sentido, uno de los casos más
preocupantes es Sahara Occidental, única nación en África que aún no ha logrado
su independencia plena, pese a que España no continúo con sus pretensiones en
1976 y terminó siendo reclamado por Marruecos y Mauritania, pese a que la
República Árabe Saharaui Democrática busca su independencia, lo que ha sido
reconocido por varios países de la comunidad internacional, pese a seguir en
disputa.
También en Europa existe una demarcación que
depende de otro país: el caso de Gibraltar con el Reino Unido. Pese a que el
territorio es reclamado por España, hace poco tiempo cumplió trescientos años
bajo el dominio británico. En términos de geopolítica, este enclave es
importante porque es el punto de control de la entrada del mediterráneo entre
Europa y África, razón por la que la potencia administradora tiene puestos de
telecomunicaciones y bases militares.
Cabe destacar que en diferentes plebiscitos
hechos a lo largo de la historia, la población de Gibraltar ha preferido
mantenerse bajo la tutela del Reino Unido frente a un posible regreso a España,
por lo que este territorio ha tenido experiencias en materia de
autodeterminación.
El caso de la Isla de Santa Helena (lugar
donde fue recluido y falleció Napoleón Bonaparte) está en posesión del Reino
Unido desde el siglo XVII, con limitados recursos y una población menor a cinco
mil habitantes.
En el continente americano existen ocho
territorios en estas condiciones, uno de los cuales, las Islas Malvinas o
Falkland generó la guerra por las reclamaciones de Argentina al Reino Unido en
1982.
En tanto, los otros siete territorios sin
gobierno propio están localizados en la región del Caribe. De ellos, uno
depende de los Estados Unidos (Islas Vírgenes estadounidenses) y seis al Reino
Unido (Anguila, Islas Caimán, Turcos y Caicos, Islas Vírgenes Británicas,
Bermudas y Monserrat).
Cabe destacar que en la zona existe la
experiencia de naciones que han logrado su independencia y, por los vínculos
con la metrópoli se han incorporado a la Comunidad de Naciones, tales como
Granada, Bahamas, Belice, San Vicente y las Granadinas, entre otros. Asimismo,
otras potencias europeas como Francia o Países Bajos han incorporado a su
territorio con carácter de integrante a sus antiguas colonias, tal como sucede
en Guadalupe, Curazao, Sint Marteen, entre otras zonas.
Otro continente que aún tiene un número
importante de colonias es Oceanía, pese a que algunos países obtuvieron su
independencia en las décadas de los setenta y ochenta del siglo XX.
Actualmente, seis territorios son gobierno autónomo en la región del Pacífico,
dos son administrados por Francia (Polinesia Francesa y Nueva Caledonia); dos
por Estados Unidos (Guam y Samoa Americana), uno por Nueva Zelanda (Tokelau) y
uno por el Reino Unido (Pitcaim).
La Organización de las Naciones Unidas (ONU)
ha hecho un gran esfuerzo por disminuir el impacto del colonialismo a lo largo
de su existencia. Cabe destacar que en su fundación (1945) la tercera parte de
la población mundial vivía en un territorio sin gobierno autónomo. Acciones
como la Declaración sobre la concesión de la independencia a los países y
pueblos coloniales (1960), la creación del Comité Especial de Descolonización
(1962), la puesta en marcha del Decenio Internacional para la Eliminación del
Colonialismo 1990-2000 y sus versiones segunda (2001-2010) y tercera
(2011-2020) son muestras de la preocupación internacional por la libertad en
los territorios señalados.
Es posible que algunos de estos 17 territorios
no autónomos puedan optar por una eventual independencia y ser un nuevo país;
aunque también su población puede optar por permanecer en el estatus de
colonia. Los ciudadanos de estas regiones tienen la última palabra.
*Doctor en Humanidades, Universidad
Latinoamericana.