Por
Son numerosos los
relatos que dan detalle de la crueldad que manejaron los conquistadores
españoles sobre los pobladores nativos de América.
Los europeos
contaban con una evidente superioridad en armamento, pero además de esto y de los
caballos, que era desconocido en tierras americanas, entre sus filas tenían
también perros de combate entrenados para matar.
Los perros de la
raza alano, un cruce de mastín y dogo, llegaban a las batallas cubiertos con
tiras de cuero y fuertes protectores de fieltro en su cuerpo, convirtiéndose
así en armas implacables.
Álvaro Van den Brule, un
historiador español, detalla en un artículo publicado recientemente en la web
“El Confidencial”, que a pesar que las crónicas de aquella época han
subestimado lo importante que eran estos perros de guerra en las batallas
conquistadoras, varios datos llevan a suponer que su utilización fue extendida.
Se cree que unos
400 canes intervinieron en la conquista de terrenos mexicanos sembrando a su paso un
terror sin precedentes.
Van den Brule
explica: “Estos perros fueron grandes responsables de la matanza
indiscriminada en América que pasó a la historia como uno de los ataques
militares más sangrientos”.