Página 12
Argentina
Con apenas seis diputados, el PSOL es popular entre los jóvenes, los movimientos sociales y culturales y el movimiento LGBT, del cual Wyllys es el único representante en el Congreso. Es autor de los proyectos de ley de matrimonio igualitario, identidad de género, legalización del aborto y legalización de la marihuana, entre otros. “Los que dieron este golpe –dice– son los mismos golpistas del 64.”
–Es importante señalar
que no es sólo el Congreso Nacional el que no representa la diversidad de la
población brasileña, tampoco lo hacen las Asambleas Legislativas de los Estados
y los órganos legislativos municipales. Para empezar, estos organismos están
compuestos mayoritariamente por hombres, mientras que la mayoría de la población
brasileña es femenina. Además, hay poquísimos negros representados en el Poder
Legislativo, sobre todo en el Congreso Nacional y en especial en el Senado. El único
homosexual asumido que hay en el Congreso, soy yo. En contrapartida, hay mucha
representación de empresarios, de representantes del mercado financiero, de las
corporaciones mediáticas, de los barones del agronegocio, de las iglesias
neopentecostales y representantes de las fuerzas de seguridad, o sea, diputados
y senadores ligados a la policía civil, a la policía militar y a las fuerzas
armadas. Dicho esto, tengo que decir que para mí no es fácil el trabajo
cotidiano. Ahora yo gozo de mucho prestigio, este es mi segundo mandato y es
muy respetado, pero no fue fácil conquistar este respeto y no es fácil mi
convivencia con los demás diputados porque hay una enorme homofobia. Aunque en
el día a día ellos buscan disfrazar esta homofobia, en los últimos meses el
hecho de haberme colocado contra el proceso de impeachment de la presidenta
Dilma hizo que salieran a agredirme con toda la furia. No es fácil tener una
agenda progresista en este parlamento tan conservador, como tampoco tratar
leyes para ampliar los derechos de la minorías y en especial los derechos
humanos de la minoría LGBT. Me frenan todos los proyectos que presento, como
por ejemplo, el de la promoción de la ciudadanía LGBT, proyectos en defensa de
los derechos humanos. Entonces, no me queda otra alternativa que tener una
actividad más política y menos legislativa. Mi mandato tiene pocos éxitos
legislativos, es decir, no conseguí que se aprobaran proyectos de ley
relevantes, entonces tuve que optar por la vía más política. Cuando no consigo
que se apruebe un proyecto de ley, interpelo al poder judicial y así logramos
adquirir ciertas conquistas. De esta forma, conseguimos garantizar el derecho
al matrimonio civil igualitario, logramos habilitar el uso del nombre social
(que es el nombre por el cual las personas trans y travestis prefieren ser
llamadas cotidianamente, en contraste con el nombre registrado que no refleja
su identidad de género) en la administración pública. Antes de sufrir el golpe,
la presidenta Dilma firmó un decreto que permitía que las personas trans y
travestis utilizaran su nombre social en la administración pública.
–Todo eso se vio reflejado el día que se definía el proceso
de impeachment en la Cámara de Diputados.
–Desde que asumí mi
primer mandato, soy víctima de una campaña difamatoria orquestada y financiada
por la derecha brasileña, sobre todo por la derecha cristiana brasileña y por
los grupos fascistas organizados en Brasil. Sufro un asedio permanente por
parte de Jair Bolsonaro y su hijo que me insultan públicamente durante todas
las sesiones de la Cámara. Durante la votación del impeachment, estábamos todos
muy tensos, el ambiente político estaba deteriorado por la violencia de la
derecha. La derecha se dedicó a presionar a los diputados de izquierda y sobre
todo a los diputados del PT en restaurantes, aeropuertos, hospitales, etc. Fue
una especie de macartismo. Entonces, ese día el ambiente era muy tenso y los
diputados en favor del impeachment eran mayoría. Por eso y sabiendo que la sesión
estaba siendo transmitida en vivo por la red Globo, se creyeron habilitados
para insultar, agredir y debilitar a los diputados contrarios al impeachment.
Cuando yo fui a proferir mi voto, lo hice con una lluvia de insultos. Dije que
el proceso de impeachment es inconstitucional e ilegítimo y que estaba
orquestado por un grupo de canallas tratando de destituir a una presidenta
honesta. Esas personas no se comportaban como diputados, era un festival de
ignorancia y de desprecio por la cosa pública. Los intereses privados aparecían
en esos discursos con dedicaciones a la nieta, al hijo y al perro, pero nunca
al pueblo brasileño.
–También votaron en nombre de los militares.
–¡Sí! En nombre de un
torturador, del torturador de la presidenta Dilma. Antes que yo emitiese mi
voto, Jair Bolsonaro había dedicado su voto a uno de los peores torturadores de
la dictadura militar, que es el coronel Brilhante Ustra. Cuando yo terminé de
votar, él me insultó y cuando lo miré me dijo “Chau Querida”. Entonces, por
todo lo acumulado desde hace seis años, que culminó en ese momento, yo lo escupí
en la cara y no me arrepiento de haberlo hecho. Nunca escupí a nadie, soy un
hombre educado. Pero soy humano, tengo un límite. Por toda la difamación que
vengo sufriendo, creo que ese día llegué al límite. Escupirlo fue como un acto
redentor finalmente porque encontré gestos de solidaridad en casi todo el país.
Las personas estaban indignadas con el espectáculo surrealista, era grotesco.
La coalición de partidos
en torno de la presidenta, son partidos conservadores que no permitieron que la
comisión de la verdad avanzara y sirviese de alerta para nuestra democracia.
Tanto es así, que actualmente un nuevo golpe fue dado en Brasil. Este golpe lo
dieron las mismas fuerzas políticas que dieron el golpe de 1964. Son las mismas
instituciones, las mismas oligarquías, la misma prensa que dieron el golpe
actual contra la democracia.
–Luego hay otra característica muy particular que tiene el
gobierno de Temer y es la relación de esta élite con la Iglesia Evangelista. ¿Cómo
funciona eso?
–Michel Temer es el
presidente interino, el impeachment sucedió y él fue nombrado presidente
interino de la República. En la práctica, de hecho, el presidente de Brasil es
Eduardo Cunha, el ex presidente de la cámara de Diputados que fue suspendido de
su cargo por el Supremo Tribunal Federal. Esto fue porque lo acusaban por el
crimen de corrupción, lavado de dinero a través de la Iglesia Evangelista y
evasión fiscal. Este hombre es un gangster, consiguió financiar la campaña de más
de cien diputados, tiene una excelente relación con el mercado financiero, las
grandes corporaciones, etc. Este hombre tiene un esquema de corrupción montado
no sólo en Petrobras, sino también en Furnas, que es una empresa minera. Temer
es una fachada y Eduardo Cunha es el hombre que detenta el poder real que tiene
una estrecha relación con las iglesias neopentecostales brasileñas. Hay que
tener en cuenta que en Brasil 20% de la población es evangelista. Las iglesias
evangelistas gozan de una inmunidad tributaria conferida por la Constitución.
Las iglesias en general no pagan impuestos en Brasil, pero además, nadie
controla los recursos de las mismas. Muchas iglesias, no todas y esto es muy
importante que se entienda, muchas de las iglesias neopentecostales se
volvieron fuerzas económicas y se volvieron una lavandería del crimen
organizado. La prueba de esto es que Eduardo Cunha, lavaba parte del dinero de
la corrupción de las coimas de Petrobras en la iglesia evangelista Asamblea de
Dios. El pastor de esa Iglesia también está involucrado en la operación Lava
Jato. Estas iglesias se involucraron así en la política, invirtiendo en las
campañas de los candidatos que hoy ocupan cargos en el Parlamento, en los
municipios y en los estados. Este es el armado político de Cunha y Temer
entonces se puede decir que hoy el poder ejecutivo está ocupado por el crimen
organizado.
–Usted señala que el gobierno de Temer es un gobierno de
hombres blancos, ricos y agrega, viejos y homofóbicos.
–El gobierno de Temer es
un gobierno con poca melanina y mucha testosterona. No hay mujeres en el primer
escalón; en el segundo escalón colocaron dos mujeres, una en el Banco Nacional
de Desarrollo y la otra en Secretaría de Derechos Humanos, Flávia Piovesan que
es una mujer admirable y todos quedamos muy decepcionados cuando aceptó este
ofrecimiento porque ella es una referencia en derechos humanos pero aceptó
porque la hija de Temer es amiga de ella. Además, hay que señalar que este es
un gobierno sin negros. Con sólo siete días se dedicaron a desmontar todas las
políticas sociales del gobierno de Dilma. Ellos suspendieron el proyecto “Mi
casa, mi vida”, el mayor programa habitacional que tuvo Brasil, que otorgó 1,7
millones de viviendas, y suspendieron a los beneficiarios de Bolsa Familia, lo
cual significa cortar con familias enteras que dependen de Bolsa Familia para
comer. Además, este gobierno revocó el decreto que Dilma había firmado,
concediendo la posibilidad a las personas de llevar su nombre social en la
administración pública. O sea, están desmontando políticas que estaban llevando
a Brasil hacia un liderazgo. Entonces, no sólo es un gobierno conservador, sino
que pretende responder con represión a los reclamos de los movimientos
sociales, limitar los derechos de la comunidad LGBT, borrar los derechos que
habían adquirido los pobres, etc. Quieren controlar a las policías desde el
Gobierno Nacional, algo que nunca ocurrió ya que las policías militares están a
cargo de la administración de cada Estado.
–Cuando fueron destituidos Zelaya en Honduras y Lugo en
Paraguay, los países de América Latina manifestaron su repudio en bloque. Hoy
desde Argentina se reivindica el “proceso institucional” de Brasil ¿Qué lectura
regional hace usted del golpe en Brasil?
–Creo que toda América
Latina tiene que estar atenta a lo que ocurre en Brasil porque es la séptima
economía mundial, porque hemos creado lazos diplomáticos y una cooperación
regional muy importante. Pero no me sorprende que el nuevo gobierno de
Argentina haya dicho que respeta el proceso institucional de Brasil, porque hay
una sintonía entre la plutocracia brasileña y la plutocracia argentina. En
cambio el presidente uruguayo dijo que no reconoce al gobierno brasileño, así
como las potencias europeas no reconocen este gobierno como un gobierno legítimo.
Angela Merkel y Hollande, no llamaron a Temer cuando asumió. Incluso Barak
Obama no lo llamó. Aunque el embajador ante la OEA haya dicho que lo que sucede
en Brasil no es un golpe, es para destacar que Obama no se comunicó con Temer.
Entonces me parece importante deconstruir esta narrativa que dice que el
proceso contra la presidenta Dilma es algo constitucional. Hay que desarticular
este discurso. Esto ya pasó en Honduras, en Paraguay y ahora en Brasil y hay
que desnaturalizar estos procesos.
–¿Cómo está reaccionando la sociedad brasileña ante el
golpe, son los movimientos sociales, estudiantiles y sindicales los que se
manifiestan en contra o existe una manifestación más generalizada?
–La resistencia al golpe
se está desparramando por todo Brasil. Por ejemplo, ayer estuve en el acto
realizado por los trabajadores de la cultura en la Funarte que es la Fundación
Nacional de Artes dependiente del Ministerio de Cultura, que fue reducido a una
Secretaría y después se echaron atrás. El otro días estuve en el edificio de
Funarte de Rio de Janeiro donde había, como mínimo, quince mil personas
reunidas. Ese día Caetano Veloso estaba haciendo un show y muchos artistas están
participando. Quienes estaban esa noche no eran solamente personas ligadas a
movimientos sociales, había estudiantes, trabajadores de la cultura, población
civil etc. Además, hay una fuerte resistencia que viene del movimiento de los
trabajadores sin techo, de los trabajadores sin tierra, del movimiento negro
sobre todo de las periferias de las grandes ciudades, una resistencia de las
mujeres que son protagonistas de todo esto, de los trabajadores de la educación,
etc. Lo que sucede es que la red Globo no está mostrando esto. En Porto Alegre
con treinta mil personas en las calles no existió cobertura alguna. Tenemos
medios antidemocráticos, algo que ustedes también conocen. Por ejemplo, cuando
Dilma era presidenta el alza del dólar y la caída de la Bolsa eran atribuidas a
su supuesta incompetencia. Para los periodistas brasileños, esto no tenía nada
que ver con la crisis económica internacional, ni con la crisis de China, sino
que la responsabilidad era de Dilma. Ahora que Dilma está suspendida de su
cargo, ellos dicen que estas fluctuaciones son causadas por la economía
internacional. Es una deshonestidad intelectual horrorosa.
–Usted fue nombrado coordinador de FrenteCom -Frente
Parlamentario por la Libertad de Expresión y el Derecho a la Comunicación-
Desde ahí, ¿Cómo piensa encarar estos probemas?
–El FrenteCom tiene el
desafío de continuar la agenda legislativa en torno a la democratización de la
comunicación. Hay una agenda que queremos llevar adelante en la Cámara de Diputados,
donde existe un enfrentamiento político muy importante que es ofrecer una
contra-narrativa a los medios de comunicación hegemónicos. Además, estamos
buscando denunciar en la prensa internacional lo que está sucediendo en Brasil.
Esto es fundamental, porque la prensa internacional está denunciando el golpe
en Brasil. Los actores y actrices que fueron a representar el film Aquarius en
Cannes, denunciaron en la alfombra roja el golpe y esa imagen fue tapa en The
Guardian en Reino Unido. El País y The New York Times también denunciaron el
golpe. Para nosotros la prensa internacional es fundamental porque la nuestra
no es democrática.
–¿Cómo ve el futuro político de Brasil y en ese marco el
papel del PT de Dilma y Lula?
–En estos 180 días los
abogados de Dilma deberán presentar su defensa. Es por eso que el actual
gobierno tiene prisa por desmontar el Estado, reducir las políticas sociales y
acelerar las privatizaciones. Nunca vi un gobierno interino que hiciera tanto
daño en tan poco tiempo. Están desmontando el Estado con el apoyo del Poder
Judicial y de los medios de comunicación. Creo que la resistencia, que está
siendo muy masiva en las calles, en las universidades, en los sindicatos, etc.,
junto con el apoyo de la prensa internacional puede llevar a una derrota del
golpe. El golpe puede ser derrotado. Sin embargo, si el golpe es derrotado y
Dilma vuelve, va a encontrar muchas dificultades para gobernar porque la mayoría
del Congreso continúa en contra de ella. La salida entonces es llamar a
elecciones generales y directas, porque necesitamos devolver la soberanía al
pueblo. Dilma cometió muchos errores durante su gobierno, pero los errores no
son crímenes y ningún gobernante puede ser depuesto por lo errores que comete,
en todo caso esto se corrige con nuevas elecciones. Ahora, la próxima etapa de
los golpistas es hacer que Lula sea inelegible, ellos saben que él es la fuerza
política más poderosa del país, sigue siendo el mejor presidente que tuvo este
país. Estos golpistas saben que en las urnas no van a ganar, entonces buscan
criminalizar a Lula. Si el objetivo de Lava Jato fuese combatir la corrupción,
no tendríamos un grupo de corruptos en el poder ejecutivo. La operación Lava
Jato no es una operación contra la corrupción sistémica que gangrena a la
instituciones de Brasil, sino que es una operación para destruir al PT y
meter preso a Lula .