Por Paul Craig Roberts
Marx y Lenin iban por delante de su tiempo. Marx escribió antes que nadie sobre la externalización de los puestos de trabajo y la financiarización de la economía. Lenin presidió una revolución comunista que se adelantó al tener lugar en un país en el que los elementos feudales predominaban aún sobre el capitalismo. En el siglo XXI, el capitalismo estadounidense se ha liberado de las regulaciones que lo democratizaban y hacían que estuviera al servicio de la sociedad. Hoy en día el capitalismo se ha financiarizado con la consecuencia de que se ha vaciado de su poder de producción al servicio de la deuda.
Cuando yo era joven, un
tipo con un millón de dólares era alguien muy rico. Cualquiera que tuviera unos
pocos millones era considerado más rico que los ricos. En estos momentos, hay
gente en posesión de miles de millones de dólares.
Pocos de ellos han
ganado sus miles de millones produciendo bienes y servicios vendidos a los
consumidores.
Los economistas
neoliberales que prescriben la política económica no sólo en Occidente sino
también en Rusia y China, afirman erróneamente que el dinero recibido es dinero
ganado. De hecho, ¿cómo consiguieron realmente los de Menos-del-Uno-Por-Cien
sus miles de millones?
Los consiguieron a través
de conexiones políticas y mediante transacciones puramente financieras.
Cuando la Unión Soviética
se desmoronó como resultado de que los comunistas de línea dura arrestaran al
presidente Gorbachev, individuos con buenas conexiones en Rusia y en la
provincia soviética de Ucrania, especialmente los que estaban bien relacionados
con Washington e Israel, se quedaron con los enormes grupos de empresas que
anteriormente eran propiedad del Estado.
En EEUU, los
multimillonarios son el resultado de los préstamos bancarios para las
adquisiciones apalancadas de empresas. Las adquisiciones proporcionan riquezas
al adquiriente recortando las jubilaciones de la compañía y utilizando el
efectivo de la misma para amortizar el préstamo de la adquisición. A menudo, la
compañía y sus empleados se arruinan mientras el tiburón se larga con
cantidades inmensas de dinero. La manipulación de la oferta pública inicial es
otra fuente de riqueza, al igual que los derivados titularizados.
Los economistas clásicos,
y Michael Hudson hoy, definen estos beneficios como “rentas económicas”, y se
obtienen sin aumento alguno de la producción real. Es decir, las ganancias de
esos multimillonarios son una forma de parasitismo basada en la explotación y
no en la creación de una producción real. Las ganancias son consecuencia de la
reducción de los ingresos de la producción al servicio de la deuda.
Las economías
capitalistas actuales son mucho más disfuncionales de lo que Marx suponía.
Durante las últimas dos décadas, las economía occidentales no han estado al
servicio más que de los muy ricos, y las masas explotadas se han sometido a su
explotación. También en Occidente la gente puede ser esclava.
No hay ninguna razón
para que una persona tenga miles de millones de dólares. El dinero eleva el
poder político de determinados tipos por encima del poder del electorado. De
hecho, el dinero se convierte en el electorado. El dinero se utiliza para
comprar control político y eso destruye a un gobierno que sea representativo.
Multimillonarios como Sheldon Adelson, George Soros y los hermanos Koch
utilizan sus fortunas multimillonarias para controlar al gobierno estadounidense
en aras a sus intereses. Que el Tribunal Supremo sea republicano les ha
facilitado bastante las cosas.
El aumento del poder
financiero en Rusia y China ha creado centros de poder privado en esos países
que, al igual de los existentes en EE.UU., son independientes de los gobiernos.
Esos centros de poder tienen potencial para capturar a los gobiernos y utilizar
las instituciones públicas para concentrar aún más la riqueza en pocas manos.
Las privatizaciones en Rusia y China reforzarán el poder independiente de los
estrechos intereses privados existentes en Europa y el Reino Unido. Las economías
neoliberales garantizan que, finalmente, el dinero controle a los gobiernos.
Oxfam, una organización
benéfica internacional con sede en Oxford, Inglaterra, informa que 62
multimillonarios poseen la mitad de la riqueza del mundo.
Fue Warren Buffett, uno
de los megamultimillonarios más ricos, quien dijo que la tasa de impuestos que
pagaba su secretaria era más alta que la suya. Si los gobiernos no rectifican
esta situación, la revolución lo hará.
Pero, según parece, no
harán tal los votantes, al menos no en EE.UU. Hillary representa al Uno Por
Cien, como atestiguan los 153 millones de dólares en honorarios como oradora,
pero el 99% restante son autodestructivos al votar en apoyo de las ambiciones
de Hillary para conseguir la presidencia. Al parecer, H.L. Mencken tenía razón,
la inmensa mayoría de los estadounidenses son imbéciles.