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30 noviembre, 2015

La tarea pesa mucho


Opinión
Por Pedro Pablo Fernández
@pedropabloFR

El año que viene va a ser el más difícil que viviremos los venezolanos de este tiempo. La tragedia para el país es que el cartel de la Opep ya no tiene el poder que tenía antes
 

El presidente Maduro acaba de regresar de una gira internacional donde busca fortalecer la cooperación de los países miembros de la Opep y de otros productores importantes para subir los precios del petróleo.  Nunca antes le había deseado mayor éxito al Presidente que en este momento. El problema es que nunca antes había sido tan difícil la tarea.

Todos los países exportadores de petróleo  sufren con la caída de los precios que se produce por el exceso de oferta de 2 Mb/d. El ministro de Petróleo y Minería, Eulogio Del Pino, al asistir a la comisión de Finanzas y Desarrollo Económico de la Asamblea Nacional expresó que Pdvsa le aportará al fisco nacional este año la mitad de lo que integró el año pasado.

El problema es que para algunos países mantener sus cuotas de mercado es más importante que recuperar los precios.

Arabia Saudita es el padrote de la Opep y para ellos la prioridad es detener el desarrollo del petróleo de esquistos de Estados Unidos y no perder mercado frente a su enemigo histórico, Irán, que se incorpora en el mercado petrolero a partir del levantamiento de las sanciones.

La única forma de detener el crecimiento en la producción petrolera de Estados Unidos, responsable principal de la caída de los precios, es mantener los precios por debajo del costo de producción de esquistos y hasta ahora la caída no ha sido suficiente para sacar del mercado a esos productores. Por el contrario, estos han demostrado una sorpresiva capacidad de resistencia y de adaptación.

Pero los saudíes tienen una razón todavía más importante para no recortar su producción y es que cualquier recorte que ellos hagan será inmediatamente suplido por Irán.

Arabia Saudita no va a recortar su producción. Por el contrario va a mantener el chorro abierto para conservar sus espacios del mercado y para forzar una reducción de la oferta a partir de la inviabilidad económica de la producción del petróleo de esquistos en Estados Unidos. 

Frente a este cuadro, el otro gran actor, Rusia, ha optado, como tiene que hacerlo, por defender sus espacios de mercado y mantener sus volúmenes de exportación.

La tragedia para Venezuela es que el cartel de la Opep ya no tiene el poder que tenía antes. En este momento, un recorte de su producción lo único que hace es facilitar un aumento en la producción de los productores no Opep.

Todo este cuadro ha provocado que los precios sigan declinando y eso pone a la economía venezolana en una situación de iliquidez muy seria. La Agencia  Internacional de Energía dice que una reducción progresiva y constante del suministro excedente pudiera conducir a precios alrededor de $80/b para el 2020. La situación puede mejorar en el mediano y en el largo plazo, pero, como dijo el economista John Maynard Keynes: “En el largo plazo todos estaremos muertos”.

Nuestro problema es el corto plazo. Y cuando digo corto plazo me refiero a hoy. Goldman Sachs habla de la posibilidad de un barril de petróleo en $20 durante algunos meses. En ese escenario ¿qué hacemos los venezolanos hoy?, ¿Qué hacemos en enero, febrero y marzo del 2016?, ¿Cómo superamos el déficit de divisas para que la industria no cierre y la gente pierda su trabajo?, ¿Cómo hacemos para importar la comida y las medicinas que necesitamos?, ¿Cómo hacemos para cumplir con los compromisos de pago de las deudas que hemos contraído?

Ya este año está culminando y el proceso electoral para renovar la Asamblea Nacional no permite que se establezca un debate constructivo sobre este tema, pero el año que viene va a ser el más difícil que viviremos  los venezolanos de este tiempo.

Superar esta crisis va a requerir del esfuerzo de todos, de los productores y de los trabajadores, de los pobres y de los ricos, de los Lorenzo Mendoza y de los pequeños industriales, de los campesinos, de los trabajadores de Sidor, de Pdvsa, de los maestros y de los estudiantes, de los chavistas y de los opositores, de la Fuerza Armada Nacional, de todos.

Este muerto pesa mucho. La verdad es que el gobierno no puede con esta crisis y la oposición tampoco. Nadie está preparado para enfrentar lo que viene si no cuenta con un amplio acuerdo nacional que le de sustento.