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30 septiembre, 2015

El Ahorro Popular como palanca de empoderamiento ciudadano y desarrollo nacional

Por: Juan Eliécer Ramírez

En el seno de la sociedad global de la cual formamos parte, coinciden procesos de incertidumbre y caos en lo económico, lo ideológico y lo político, generando  un potencial explosivo cada vez mayor. Ante el peligro de erupción violenta de esta energía –en parte coyuntural y en parte estructural- los ciudadanos de la aldea global buscan angustiosamente respuestas sobre su futuro. Por lo tanto la tarea política más apremiante del presente consiste en construir esas respuestas entre todos y construirlas lo antes posible. Esta es la razón de ser y la esencia del nuevo Sistema Avanzado de Formación Interactiva & Cooperación Tecnológica (SAFITEC) en proceso de elaboración para su posterior lanzamiento.(...)

            A la entrada del nuevo siglo milenio, la convivencia humana descansa sobre las frágiles bases de un sistema social agotado en lo político, económico y cultural: la economía de mercado en su fase transnacional-capitalista y la democracia formal burguesa en su etapa de involución plutocrática, dan paso a aventuras que subvierten el orden natural de las cosas y nos hunden cada día más en el oscuro laberinto de la pobreza –material y espiritual- caldo de cultivo de los regímenes más oprobiosos, pues pretenden sobrevivir a expensas de nuestra esclavitud, privándonos de los más elementales derechos humanos y a un ambiente ecológicamente equilibrado. 
            Sin bases éticas, sin satisfacer las necesidades económico-sociales y sin capacidad para emplear las tecnologías y ciencias disponibles de manera racional en beneficio de la humanidad y de la naturaleza, las élites dominantes de distintos signos de la sociedad global se han convertido en el principal obstáculo para la construcción de un mundo mejor.
            Frente a los grandes y crecientes problemas económicos, sociales, políticos y ecológicos, esas élites no ofrecen ninguna perspectiva de desarrollo para las mayorías. Nos hacen saber que las ofertas del futuro son sólo cuatro: 1.- La dictadura del desarrollo al estilo de los tigres asiáticos, es decir, medio siglo de despiadada acumulación del capital en condiciones de flagrante antidemocracia; 2.- La dictadura de la clase rentista mundial (capital financiero), conocida  como neoliberalismo; 3.- El “tercer camino” de Tony Blair, que es la dictadura socialdemócrata del capital productivo que dentro de las condiciones de pobreza y explotación de los países neocoloniales no puede funcionar y 4.- La dictadura del proletariado (comunismo/socialismo del SXXI), cuyas nefastas consecuencias en China, la antigua URSS, Cuba, etc. la sociedad global jamás debe olvidar.
La acumulación de esas pequeñas, medianas y grandes sumas forma los capitales que alimentan a las grandes empresas que tienen por objeto completar nuestra maquinaria, desarrollar nuestra industria, nuestro comercio, nuestra agricultura y de colocarnos en posición de enfrentar la competencia extranjera. Aseguran, en fin, el éxito de los empréstitos nacionales por medio de los cuales se podrá conducir a buen término las grandes obras públicas que traerán como resultado cierto la grandeza y la prosperidad de nuestra patria.
            Ha habido una revolución de mentalidades en la forma como los franceses y otros países desarrollados conciben el dinero, el ahorro y el patrimonio. El ahorro per se, sin un propósito definido, está claramente desapareciendo, pero el referido a un proyecto o a preocupaciones precisas –como alcanzar el desarrollo sustentable del país- se ha revalorado.
            La preocupación actual es cómo hacer fructificar el capital para darles bienestar a sus poseedores después de retirarse de la actividad económica. El consumo no es ahora antagónico al ahorro, sino que coexisten dentro de una lógica de adaptación  a las circunstancias y a las oportunidades.
            El ahorro popular es la base de una nueva sociedad al convertirse ésta en una palanca de la democratización porque todo ciudadano que ahorra participa en la distribución de la riqueza.
            Esta nueva alianza propuesta a partir del sistema SAFITEC, entre el Estado y el ciudadano, junto con la concepción del ahorro como el factor esencial del progreso económico global y una forma de democratización plena de la vida en la sociedad, constituyen los aspectos más relevantes para comprender el peso que adquiere el ahorro popular no sólo en las finanzas estatales sino también en el debate político permanente.
            Los recursos acumulados por la red socio ambiental propuesta, además de fortalecer el patrimonio individual y colectivo, podrían destinarse a cuatro campos de acción de interés general: a) restauración urbana, b) desarrollo de empleo productivo y de las pequeñas y medianas empresas, c) desarrollo sustentable en las regiones del país y d) financiamiento y cohesión social mediante la capacitación y motivación permanentes.
            “El ahorro encuentra su verdadero lugar en la teoría y en la práctica económica, ni panacea ni mal devastador, ni vicio ni virtud, sino función esencial destinada a permitir la repartición en el futuro de los frutos del presente” (Louis Fortran y Gérard Klein, L’Épargne  des ménages).