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23 julio, 2015

El Gobierno y la distribución de alimentos



En menos de una semana, la Superintendencia Nacional Agroalimentaria (Sunagro) suspendió la orden impartida a la empresa privada de distribuir mayor cantidad de su producción, entre 30% y 100%, a la red pública de abastecimiento. Los productos afectados con esta medida eran
leche, azúcar, pasta, aceite, harina precocida y harina panadera.
(...)


La decisión gubernamental había sido denunciada por el presidente de la Cámara Venezolana de la Industria de Alimentos (Cavidea), Pablo Baraybar, quien  solicitó, de manera pública, una reunión con las autoridades para analizar las consecuencias y las razones técnicas de su inviabilidad.
De mantenerse, las amas de casa y consumidores en general tendrían que hacer mercado en Mercal y Pdval, aunque no fuesen éstos los comercios de su preferencia. Y es que según un estudio de Datanálisis 78% de los venezolanos prefiere hacer sus compras en supermercados y comercios privados.
Las razones de esto son varias, una es que esos establecimientos superan 15 veces los puntos de venta dispuestos por el Estado; es decir, mientras unos tienen más de 113 mil en todo el país, los otros llegan a 7 mil. Otra, es que existe la percepción de que en ellos, el desabastecimiento es mayor.
El presidente de la Asociación Nacional de Usuarios y Consumidores (Anauco), Roberto León Parilli, había fijado posición al respecto advirtiendo que el organismo estatal estaría violentando los artículos 113 y 305 de la Constitución Nacional, que garantizan el derecho de cada quien de elegir los bienes y servicios de calidad, así como la posibilidad de decir dónde adquirirlos.
Anauco propuso “un gran acuerdo nacional”, un diálogo efectivo entre sector público y privado, con la participación activa de los consumidores, para encontrar soluciones permanentes y no coyunturales.
Como se recordará, para atacar las colas a las puertas de los comercios, ocasionadas por la escasez de productos, y combatir el “bachaqueo”, el Gobierno ordenó instalar captahuellas y vender por el terminal del número de cédula. Sin embargo, estas medidas no han permitido mejorar el abastecimiento, “tenemos que aumentar la producción”, advierten los industriales de alimentos.
Para llegar a eso, el sector productivo insiste en la importancia de que se cancele la deuda que ronda los mil quinientos millones de dólares, que tienen con los proveedores internacionales. Así como garantizar el acceso a la materia prima.