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-->LA ISABELICA EN UNA CAMIONETICA
-->Por Jesús Francisco Gómez -->
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Sábado en la mañana y
amanecí sin café. Mis pensamientos no cesan en buscar soluciones a los múltiples
problemas que se me presentan para sostener mi hogar. Días buscándolo y logré
ubicar ayer un cuartico de kilo
con uno de los buhoneros del Mercado Periférico de La Isabelica, pero me quedé con
los dientes fríos y la lengua anudada en la garganta cuando el bachaquero me
dijo: "¡150 bolos el cuartico, compa!".
La mentada de madre no podía salir de mí ser, ante la impotente mudez. ¡Seis
veces y pico el valor real y para completar limpio é bola, sin poder pagar esa grosería de precio!
Y
así por el estilo, entre escases, especulación y colas, es un vía crucis ser
pobre en Venezuela. La vida se ha puesto difícil para conseguir y comprar el “Pan
de cada día”; sin mencionar la higiene personal.
(...)
(...)
Hoy
necesito estar, a las once de la mañana, en la reunión sabatina del Partido. Tomé
un recolado con la borra del último café de ayer. Debo conseguir mínimo 200,00Bs
_adquirir el vicio y que me quede pasaje, aunque me duela la vergüenza_. Me iré
en el Metro para economizar tiempo y dinero. La camionetica subió a 15 bolos y
yo le pago 5,00, a pesar de la protesta del chofer. Me despido de mi mujer, me
santiguo y tomo la calle con mi angustia, vía Monumental, en nombre de Dios y la
Virgen para que me aleje de todo mal amén.
Tanto
la estación como en el vagón del Metro el calor es sofocante. No funcionan los
aires. Los pasajeros apiñadados como sardinas en lata y pensar, que “Mentira
Fresca” vino hace unas semanas atrás a inaugurar dos estaciones que aún no están
concluidas. El mismo, que el “Primero de Mayo”, dizque aumentó la Pensión de
Vejez y nada. Aquél, que ha prometido el Bono de Salud a los viejitos y nada. Ése, que niega
que existan colas frente a los supermercados, y la gente sufriendo. El qué, según
el Sr Ban ki-Moon, es el pacificador de Venezuela impidiendo una guerra; cuando
en realidad es el Individúo que ha torturado, asesinado y encarcelado a
estudiantes como a políticos. El defensor de narcotraficantes y corruptos.
Miserable, que terminó de sepultar la economía venezolana y me dejó amaneceres
sin café.
Desgraciado, que anda pidiendo limosna
en el extranjero para comprar electores; dañando mi estilo de vida y la de
muchos, que hemos perdido la vergüenza para “pedir prestado” en busca de
redondear la arepa.
Aquí
voy en un vagón del Metro, buscando las mejores palabras que dirigiré a mi amigo Gustavo, sin poder
verle a los ojos, cuando le pida 200,00 de aquellos; porque Mentira Fresca me ha
dejado sin el cafecito mañanero de cada día.