Opinión
Por Luis Fuenmayor Toro
En Venezuela, la tercera vía no es una propuesta a media distancia entre las propuestas del Gobierno y de la MUD. No es una posición intermedia, aunque a veces pueda serlo. Hay que entender que las opciones Gobierno – MUD, aunque polarizadas en parte en lo político y electoral, no son posiciones opuestas en relación con la vida económica y social del país. Confirman lo dicho las propuestas petroleras del “Plan de la Patria” y de Voluntad Popular. En ambas, la meta es producir 6 millones de barriles de petróleo para 2019 y ninguna considera la posibilidad de generar mercancías de mayor valor agregado a partir del petróleo. Quieren seguir vendiendo materia prima, seguir haciendo lo mismo que se ha hecho en el país desde hace casi un siglo.
En Venezuela, la tercera vía no es una propuesta a media distancia entre las propuestas del Gobierno y de la MUD. No es una posición intermedia, aunque a veces pueda serlo. Hay que entender que las opciones Gobierno – MUD, aunque polarizadas en parte en lo político y electoral, no son posiciones opuestas en relación con la vida económica y social del país. Confirman lo dicho las propuestas petroleras del “Plan de la Patria” y de Voluntad Popular. En ambas, la meta es producir 6 millones de barriles de petróleo para 2019 y ninguna considera la posibilidad de generar mercancías de mayor valor agregado a partir del petróleo. Quieren seguir vendiendo materia prima, seguir haciendo lo mismo que se ha hecho en el país desde hace casi un siglo.
Entre el PSUV y la MUD hay acuerdo en explotar el petróleo a
través de empresas mixtas con las que se comparta la propiedad del crudo. Existe
concierto en la existencia de una Ley Electoral que elimina la proporcionalidad
establecida en la Constitución. Ambos aprobaron la Ley contra la Delincuencia
Organizada y Financiamiento al Terrorismo, que no es otra cosa que un
instrumento represivo contra la gente común y honesta y en absoluto enfrenta lo
que dice enfrentar. Es evidente que una posición diferente en los casos
anteriores no puede ser intermedia.
(...)
(...)
Se requiere pluralizar el escenario político y electoral,
hasta ahora copado por los supuestos polos. Se necesita tener “otros pensamientos”
en la Asamblea, pues estamos
hartos de los de estos 16 años, responsables de la tragedia actual. Debemos
elegir otras fuerzas políticas y otros líderes que renueven la esperanza
perdida. Hay que construir una expresión política de los descontentos, de los
molestos con la polarización y evitar, de esa manera, la abstención electoral
de los mismos o el tradicional voto por el “menos malo”.
Este objetivo necesita de un esfuerzo unitario, que se ha
venido concretando en la Gran Alianza Nacional GANA, que reúne a partidos como
el MAS, OPINA y el Movimiento Ecológico, junto con grupos como De Frente con
Venezuela, Izquierda Democrática Ambientalista, el Movimiento Petróleo para el
Pueblo, Resistencia Civil, Democracia Siglo XXI y varios otros. Se aspira se
incorpore en esta necesaria unidad el Partido Socialismo y Libertad.
La base del desarrollo nacional es generar mercancías de alto
valor agregado, lo que demanda abandonar el modelo rentista petrolero. Es forzoso
el desarrollo de ciencia y tecnología, disponer de una población calificada y
proceder a la construcción de ciudades como concentración de servicios y no sólo
de gente. Incluir a los excluidos sin excluir a nadie, sin generar una
dependencia perversa del Estado. Se trata de igualar por arriba y aumentar el bienestar
con base en la producción de riqueza, para hacerlo sostenible y no fluctuante como ha sido.