Esto es porque el cacao, el
ingrediente básico del chocolate, podría volverse más caro que el oro.
El agua también puede convertirse en
un elemento de lujo. Y el azúcar, como ya sabemos, es malo para la salud.
Así que, en vez de comerlo, ¿por qué
no utilizarlo para iluminar la sala o darle más brillo a las joyas?(...)
Lámparas de algodón de azúcar al
estilo de Willy Wonka y diamantes comestibles son algunas de las creaciones
realizadas por Morgaine Gaye, quien se presenta como "futuróloga de
alimentos" y Paul A. Young, maestro chocolatero británico ganador de
varios premios.
Sus interpretaciones de los dulces
que vendrán en los próximos años se presentaron en Future Fest, un evento
realizado en Londres cuyo objetivo es visualizar cómo será el futuro.
Gaye y Young analizaron los factores
que, a su juicio, cambiarán la forma en la que se elaboran las golosinas en
este momento.
Y a partir de allí, llegaron a la
conclusión de que los dulces que conocemos actualmente cambiarán de forma
radical en los próximos 20 años. Y más allá.
Imprimiendo chocolate en 3D
Los entramados de chocolate (como los que
se ven en la foto) se pueden hacer sólo con una máquina.
"Los productos hechos a mano
son fundamentales en mi negocio, pero a medida que pase el tiempo, nos
volveremos más dependientes de las máquinas", afirma Young.
Y prosigue: "Tengo que abrirme
a la idea de qué cosas se pueden hacer con una impresora en 3D. Me gustaría que
en todos los hogares hubiera una para preparar postres".
Los entramados de chocolate (que
lucen como una especie de rejilla hecha con pasta de cacao) se pueden hacer
únicamente con una máquina, y llegaron al mercado como una alternativa que
permitía ofrecer algo elegante pero pequeño en lo que respecta a la porción.
"Los chocolates tendrán más
decoración, pero serán de un tamaño menor. En 20 años, tendrás que pagar
alrededor de US$15 por una barra pequeña", dice Young.
Dulces alternativas
Según Gaye y Young, el azúcar
procesada será sustituida por alternativas naturales.
Con este punto en mente, concibieron
barras llamadas "micro interrupción" hechas con el dulce del coco y
una cantidad mínima de cacao.
También inventaron los
"diamantes comestibles", elaborados con isomalt, un sustituto del
azúcar que ya se utiliza en la industria de los alimentos.
"Tiene una textura de cristal
transparente, no es pegajoso. Podrías hacer una ventana con ese producto",
explica Young.
El problema del agua
Los “diamantes comestibles” fueron
elaborados con un sustituto del azúcar que ya se usa en la industria de los
alimentos.
Los estados con mayor número de
habitantes en Brasil (Sao Paulo, Río de Janeiro y Minas Gerais) están
atravesando en este momento la peor sequía en 85 años.
Mientras que en el oeste de
Australia, las reservas de agua de lluvia han caído en 80% a lo largo de los últimos
15 años.
El Comité Internacional de la Cruz
Roja también advirtió acerca de una "catástrofe con respecto al agua"
en el Medio Oriente.
En todos estos lugares se produce
chocolate.
Para producir una barra de 100
gramos de chocolate, se necesitan 1.700 litros de agua, incluyendo la cantidad
del líquido requerida para el crecimiento de las plantas de cacao, según Water
Footprint Network, una organización que promueve el uso responsable del agua.
Sabor con textura aterciopelada
Los “globos de sed” se concibieron para un futuro en el que haya escasez de
agua.
Gaye y Young también advierten
acerca de los cambios que podrían producirse en la fabricación de golosinas
debido a asuntos ambientales.
Para combatir las potenciales
amenazas de un escenario como ese, crearon pequeños dulces llamados
"globos de sed".
Se trata de bolas de chocolate del
tamaño de un Ferrero Rocher rellenas de sabores inusuales, como manzana,
zanahoria, mandarina y remolacha deshidratadas, que al contacto con la saliva
en la boca adquieren una textura aterciopelada.
"Ya sabemos que el
abastecimiento de agua y su calidad es un problema. Así que queríamos crear
algo con textura y sabor que logre que el comensal se sienta lleno",
explica Gaye.
"Conexión emocional"
Pero antes de que el pánico invada y
empecemos a almacenar huevos de pascua de chocolate tamaño familiar, hay que
considerar que no todas las personas que están en el negocio de los dulces
coinciden con la visión expresada anteriormente.
La empresa de golosinas Cadbury
considera difícil que cambios tan radicales como los expuestos sean bien
recibidos por los consumidores.
Las llamadas barras de “micro
interrupción” se hacen con el dulce del coco y una cantidad mínima de cacao.
"El chocolate es un producto de
consumo bastante tradicional. Invertimos mucho tiempo haciendo pruebas para
asegurar que la conexión emocional que la persona desarrolla con su dulce
favorito a lo largo de los años no se rompa", señala un portavoz de la
compañía.
Añade, sin embargo, que las
tendencias sociales continuarán jugando un papel importante en el desarrollo de
nuevas golosinas.
"Las empresas chocolateras
seguirán explorando la forma de lograr que sus productos sean relevantes para
el estilo de vida de los consumidores", comenta el portavoz de Cadbury.
Y ejemplifica de la siguiente
manera.
"Un producto como Heroes
(chocolates miniatura) no habría sido popular en una generación previa porque
la gente asociaba el chocolate con la formalidad. Pero en la actualidad,
compartimos la comida de manera casual, algo que hubiera sido impensable para
nuestros padres".