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30 marzo, 2015

El país que siempre he soñado


Motivación


Juan Eliécer Ramírez
Luego de varios años de ausencia involuntaria, comparto con mis coterráneos, gracias a la generosidad de este medio, lo que considero mi mejor pasión y vocación; intentar, desde mi modesto esfuerzo ciudadano, materializar el modelo de país que siempre he soñado.
¿A caso no es la búsqueda de toda persona la felicidad individual y familiar? Lo cual, por cierto, está intrínsecamente relacionado con el bienestar y la prosperidad.
¿A caso no es por esa razón que siempre estamos, de una u otra manera, trabajando sin descanso; ya sea durante el día o la noche; con la finalidad de alcanzar mayores ingresos?
En lo que respecta a la capacidad que poseemos para alcanzar la felicidad, el desarrollo de nuestras potencialidades, la capacidad constructiva de la sociedad, literalmente no existen límites para lo que podemos lograr en esta vida.(...)
Todo individuo es intrínsecamente capaz de alcanzar alturas vertiginosas de felicidad y plenitud. La principal barrera que impide a la mayoría alcanzarlas parece ser el miedo, el miedo a que esa altura les dé vértigo y les impida enraizar con mayor firmeza en la tierra.
En nuestra sociedad parece existir el temor generalizado a volar muy cerca del Sol, a conseguir demasiado y luego perderlo; a llegar a ser demasiado feliz y hundirse luego. Esto contagia no sólo a los individuos sino a toda la especie.
¿A caso no es el fracaso el mejor maestro en nuestras vidas?
Cuando consideramos la capacidad de los seres humanos para vivir en paz, en armonía con la naturaleza, productivamente con alegría incluso, y consideramos luego el mundo tal cual es, la comparación resulta patética.
¿Y por qué ha llegado la especie humana a esta situación? Por la única y sola razón de que los individuos han permanecido ciegos a la infinidad de su propia capacidad, y han perdido el tiempo procurando convertirse en individuos mediocres, en adaptarse a las estructuras sociales que perpetúan la miseria, que es hoy la mayor plaga o flagelo del mundo en que vivimos.
El país que siempre he soñado, es aquel donde dejemos de ser habitantes para convertirnos en ciudadanos, conocedores y cumplidores de nuestros deberes y derechos. Empoderados, saludables y preparados para ser útiles y no serviles.
El país que siempre he soñado, es aquel donde sus ciudadanos sean realmente participativos, proactivos, respetuosos de la pluralidad de pensamientos, ideologías y creencias, y donde impere la justicia y el orden.
El país que siempre he soñado, es aquel donde el Estado, EN SUS diferentes niveles, sea ético, moral y buen administrador del tesoro público.
El país que siempre he soñado, es aquel donde el aparato productivo sea eficiente, competitivo y socio ambientalmente responsable.
Por una Venezuela de primera, no sólo seguiré soñando, sino que luchará hasta el último aliento de mi vida aquí en este plano terrenal. elieceramirez@gmail.com