Vistas de página en total

18 febrero, 2015

El cambio es posible


Luis Fuenmayor Toro

En las elecciones parlamentarias de 2010 existía la necesidad de la derrota del Gobierno y de la MUD, pues el país se encaminaba a la situación en que hoy se encuentra. Alertamos mucho sobre ese peligro y activamos la formación de alianzas partidistas para enfrentar la polarización. Constituimos con el partido Patria para Todos una alianza que presentó una opción distinta al binomio Gobierno-MUD. En aquel momento, la gente aún no sentía la necesidad de abandonar el escenario polarizado y buscar una opción distinta. Bautizamos la insurgencia de una propuesta distinta a las de los dos polarizados como “tercería” electoral, pero ésta no era todavía una necesidad política, a pesar de que era evidente el fracaso del sistema binominal existente. (...)
Hoy, cinco años después, la situación es distinta. Tal y como dijimos entonces, el deterioro económico, social y político avanzó en forma importante. Las cifras de inflación, devaluación monetaria, escasez, deuda externa, déficit fiscal y falta de divisas, son mucho más graves. Socialmente el cuadro es desolador: las pobrezas general y crítica se han elevado, más de la mitad de la masa laboral está desempleada o con empleo precario, los salarios son infames, la tasa de homicidios es mayor, la delincuencia es indetenible con zonas de ciudades y pueblos controladas totalmente por bandas delictivas, la insalubridad es gigantesca, baste decir que tenemos poblaciones en Barinas donde el 30 por ciento de la población sufre de lepra.
El escenario político se encuentra muy comprometido: protestas permanentes, criminalización de la protesta, aumento de la represión, autorización del uso de armas de fuego contra manifestantes, existencia de presos políticos,  limitaciones a la creación de partidos, vigencia de la versión venezolana de la Ley Patriota estadounidense, cierre de emisoras de radio, ventas obligadas de medios de comunicación, violación permanente de la Constitución bolivariana, divisiones al interior de la MUD y del PSUV, llamados a la rebelión de las bases partidistas y utilización del Poder Judicial por parte de funcionarios del gobierno en una suerte de judicialización de la política.    
Sin embargo, contar para el cambio sólo con el deterioro de las dos fuerzas que han copado nuestros escenarios es un error serio, pues la inexistencia de los dos hasta ahora mayoritarios no produce por sí sola una tercera fuerza equivalente. Todo ese descontento, miedo y desesperanza puede disiparse en una abstención generalizada o dividirse entre muchísimos grupos pequeños, dando como resultado que los de siempre vuelvan a puntear las votaciones. El reto es entonces la formación de una alianza capaz de atraer el interés del sector mayoritario descontento, con candidaturas que unifiquen la votación e impidan la dispersión de los votos o la abstención.