Esta mañana se
conoció un comunicado en el cual las Farc reconocen haber realizado acciones
militares en medio del cese al fuego unilateral.
Son tres los
operativos en los que mencionan que actuaron de manera defensiva ante la acción
ofensiva del gobierno. El primero, el 31 de diciembre donde se informa que una
patrulla del Ejército atacó a una unidad de la Columna móvil “Teófilo Forero”
de la cual resultaron capturados un jefe guerrillero y su acompañante. El
segundo y más sonado operativo fue el que tuvo lugar el primero de enero,
cuando durante un asalto a la Columna Jacobo Arenas resultaron seis militares
muertos y un guerrillero herido. El tercero, la avanzada del ejército hacia el
Frente 26 para luego caer en una emboscada y resultar con cuatro militares
heridos.(...)
Ángela María
Robledo, vocera del Frente Amplio por la Paz y el excanciller israelí Sholomo
Ben Ami son algunos de los que han hecho énfasis en el hecho de que al
continuar la actividad militar por parte del gobierno se dificulta la
perdurabilidad del cese al fuego unilateral de la guerrilla de las Farc: “No
tienes por qué luchar contra el terrorismo si el terrorismo no está luchando” aseguró
Sholomo Ben Ami.
Con esta
ocasión, ya son tres en las que esta guerrilla denuncia ser “hostigada” por
parte del Ejército, solo que esta vez, además, lo adopta como el móvil de su
acción defensiva.
El ministro de
Defensa, Juan Carlos Pinzón no dudo en mostrar su negativa frente a estas
sugerencias, como es costumbre. Además de desvirtuar la legitimidad del ex
canciller israelí para sugerir ese tipo de estrategias, apelo a la soberanía
colombiana de decidir sobre estos asuntos. Por su parte, Santos mencionó el mes
pasado que el cese al fuego podría ser bilateral y definitivo, pero por lo
pronto las Fuerzas Armadas seguirán dando cumplimiento a su deber
constitucional.
Por los dos
apellidos que le brinda el presidente a este cese al fuego es evidente que esto
no ocurriría hasta que no se firme el fin del conflicto, de hecho, así lo mencionó
Santos explícitamente.
Aun cuando los
compromisos que ha sentado esta guerrilla, por ejemplo respecto al secuestro
extorsivo y al cese al fuego, continúan siendo puestos en entredicho, pasar
por alto el hecho de que hay una condescendencia más marcada por parte de este
grupo guerrillero sería un pesimismo ciego.
Al inicio del
proceso reían con arrogancia cuando un periodista les preguntaba sobre si
pedirían perdón a las víctimas, en diciembre del 2014 pidieron perdón a las
víctimas de la masacre de Bojayá. De igual modo, el sostenimiento del cese al
fuego unilateral al menos desde la voluntad política de hacerlo da cuenta de
una maduración del proceso y quién sabe si de ellos mismos.
Por otra parte,
el cese al fuego de las Farc es un arma de doble filo, es un gesto de
paz pero al mismo tiempo puede funcionar como argumento para señalar al
gobierno en caso de que algo eventualmente salga mal o el proceso atraviese por
otra crisis. Será muy fácil salir pavonearse de su gesto de paz y
atribuirle al gobierno cualquier asunto por el hecho de no haberse sumado.
Sin embargo,
las presiones que lleva a cuestas Santos tanto fuera de su gobierno como dentro
de su mismo gabinete, le impiden asomarse a esa posibilidad.
Aun así, como
dato curioso, hasta el 20 de diciembre, el Centro de Recursos para el Análisis
de Conflictos (CERAC) aseguró que desde
el anuncio del cese al fuego se han registrado los niveles más bajos de
actividad asociada al conflicto armado desde los años ochenta.
Esto nos arroja
dos datos. El primero, es evidente que el cese al fuego de las FARC no
está tan bien logrado y lo segundo que, pese a esto, tampoco es como si no
estuviera sirviendo para nada. Y ya como experimento, es inevitable preguntarse
cuáles serían los resultados si el gobierno adoptara el cese al fuego
bilateral.