Luis Fuenmayor Toro
La decapitación del periodista estadounidense James
Foley ha impactado al mundo occidental, posiblemente más que el asesinato
genocida de millares de palestinos por parte de la entidad sionista llamada
Israel. La personalización de los crímenes usualmente es más sentida que los
homicidios en masa, pues la gente se siente más cerca de la víctima cuando
conoce su nombre y parte de su vida, detalles que no están presentes o se
diluyen ante una masacre generalizada. En este caso particular también juegan
su papel las transnacionales de la comunicación, mucho más interesadas en
resaltar las acciones inhumanas de los terroristas yihadistas del “Estado Islámico”
que las matanzas sionistas de palestinos civiles. Hoy, los también asesinos
musulmanes se han vuelto un peligro no sólo para Irak y Siria, sino también
para los intereses estadounidenses y europeos.(...)
Pero hay más que saber de esta historia para tener
una real comprensión de lo que sucede. Estos terroristas no se formaron por
generación espontánea. No fue un acto divino sobrenatural, a pesar de sus
prédicas fanáticas de carácter religioso. En su formación estuvieron presentes
los servicios secretos de EEUU, Gran Bretaña y el Mossad israelí. Los documentos
filtrados por Snowden, entre muchas otras pruebas, así claramente lo
demuestran, y las acciones políticas y militares actuales estadounidenses lo
ratifican. Inicialmente impulsan la creación del “Estado Islámico de Irak y el
Levante” (EIIL), que hace pocos meses se transformó en el Estado Islámico, mediante
la utilización de la estrategia “el nido del avispón”, de manera de atraer a
todos los extremistas y mercenarios del mundo a un mismo sitio, para
utilizarlos en función de sus intereses en el mundo árabe.
Se pretendía reforzar la protección de Israel,
mediante las acciones de un grupo terrorista que amenazara la seguridad de
Siria, Irak e Irán, vistos como enemigos del sionismo israelí, o que sirvieran
de excusa para intervenciones en Siria, como en este momento se plantea, a la
vez de impactar al mundo con consignas islámicas fundamentalistas. Las
filtraciones revelaron que Abu Bakr al Baghdadi, adalid del Estado Islámico y
califa y líder de todos los musulmanes, como fue proclamado, tuvo entrenamiento
militar intenso durante un año por el Mossad y recibió cursos de formación en
teología y oratoria. El Estado Islámico vuelve a sumergir a Irak en un caos
bélico y pretende controlar un territorio que va desde Alepo en Siria hasta
Faluya, Mosul y Tal Afar en Irak. Con 10 mil combatientes entrenados y el control
de 2 mil millones de dólares amenaza a todo el oriente medio.
Inicialmente el EIIL trabaja con Al Qaeda,
organización extremista creada, financiada y armada por la CIA, uno de cuyos
propósitos era enfrentar a los soviéticos en Afganistán. Se separa de Al Qaeda
y aparece como mucho más poderosa, terrorista y amenazante. Como se ve, el
sionismo israelí, el gobierno inglés y el estadounidense son los principales
responsables de la existencia del Estado Islámico y de sus acciones terroristas
y homicidas.