Estereotipos aparte, un reportaje
publicado en un medio estadounidense ofrece un curioso decálogo para aprender a
desenvolverse en Galicia
A lo largo y ancho de la geografía española crecen los estereotipos
sobre los gallegos de forma bastante curiosa. Retranca, morriña o indecisión
son algunos de los sustantivos que acompañan siempre al imaginario de la
sociedad cuando un gallego se cruza en su camino. Pero, ¿cómo nos ven los
extranjeros?
Matador Network, una web americana especializada
en viajes, publicaba un decálogo para sus usuarios que bajo el sugerente
titular «Cómo enojar a alguien de Galicia, España», ofrece algunos
curiosos consejos, escritos de puño y letra de la gallega Ana Bulnes, sobre
cómo desenvolverse en las próximas visitas que tenga previstas a la comunidad.
Pregunte por el gallego y refiérase a él como «un dialecto»
Si lo que se quiere es cabrear realmente a un gallego, para Matador Network, el primero de los consejos es
básico: «El gallego (galego) es una de las lenguas oficiales españolas, junto
con el catalán, el euskera, el aranés y el castellano. La mayoría de la gente
extranjera no sabe de su existencia (lo cual es un problema de márketing,
porque todo el mundo sabe acerca de la existencia del catalán y el euskera),
pero eso no quiere decir que no sea una lengua en sí misma».(...)
Además, según esta web si algún viajero se atreve a referirse a la
lengua gallega como un dialecto y se topa con la persona adecuada puede que
llegue a conseguir toda una lección de historia. Y con un simple ejemplo,
representan lo que ellos entienden como una estampa de lo más habitual: «¿Un
dialecto de qué lengua? ¿Del español? Galicia y Portugal utilizaban
antiguamente el mismo idioma, y nadie piensa que el portugués sea un dialecto
del castellano. Después de que Castilla conquistara Galicia en el siglo XIII,
Galicia y Portugal se fragmentaron y comenzaron a evolucionar por caminos
diferentes».
Les gusta el flamenco, los toros y la paella
España es un país grande y diverso y los estereotipos del sur no
sirven para todas las comunidades. «No se pueden esperar espectáculos de
flamenco en Galicia. En lugar de paella, comen muchas verduras, patatas, carne
de cerdo, pescado y marisco; y en cuanto al toreo, existe; pero no es popular»,
explica Bulnes.
Para el carácter gallego también tienen un apartado. Y es que en un
intento de evitar que la imagen de los típicos españoles felices y
extrovertidos consiga crear falsas expectativas, el diario americano relata que
es posible encontrar que los gallegos son un poco diferentes. «Son famosos por
desconfiar de las cosas y las personas nuevas, por lo que necesitan tiempo para
decidir si les gusta o no. Pero una vez que deciden que sí que les gusta, están
de suerte, porque lo que han conseguido es llevarse una amistad para siempre».
Decir que siempre llueve
«Lo sabemos. Todos tus amigos gallegos se quejan constantemente sobre
el gris y la lluvia en sus actualizaciones de Facebook. Pero no es tan malo»,
explica Bulnes, quien además, con cierta retranca, critica la acción de los
meteorólogos, a los que acusa de liderar una «conspiración nacional» para
difundir la idea de que una nube vive permanentemente sobre Galicia.
La Estrella Galicia, intocable
Estrella Galicia es su cerveza, y les encanta. Una vez asumido este
mandamiento, según los sabios consejos del artículo, lo único que queda por
aprender es a fruncir ligeramente el ceño cuando al pedir una de estas cervezas
el camarero se atreva a pregonar que solo tienen otras marcas.
«Pero un extranjero nunca entenderá la importancia de esta bebida
hasta que sea testigo de cómo los ojos de los gallegos se iluminan cuando se
encuentran una barra fuera de Galicia en la que se pueda pedir una Estrella»
Ni se le ocurra añadir a todas las palabras «-iño»
«Todo el mundo tiene un acento. Sí, y los madrileños también. Así que
por favor, deja de tratar de hablar como nosotros lo hacemos, porque: En primer
lugar, lo estás haciendo fatal, y en segundo lugar, a pesar de que estamos
sonriéndote, no lo encontramos divertido», este es el fulminante consejo de la
redactora del artículo, quien además alerta sobre el uso masivo del diminutivo
-iño: «Tal vez, y solo tal vez, nosotros mismos lo usemos demasiado. Pero eso
no significa que los foráneos podáis terminar cada palabra con él».
Si le ofrecen licor café, bébalo
Sagrado. Así define el ritual del chupito de licor café después de
comer. El artículo lo tiene bastante claro, si al terminar una gran comilona,
el camarero o el anfitrión aparece con una enorme bandeja llena de «licores da
casa», no lo dude: pruébelo y aprenda a apreciarlo.
El futbolín, ¿de los alemanes?
Cuidado con las afirmaciones y teorías sobre el origen del futbolín,
porque pueden tocar la fibra del gallego. Y es que este maravilloso invento fue
desarrollado por Alexandre Campos en el 1937, un chico de Finisterre cuya
convalecencia en un hospital de Cataluña le llevó a buscar una forma para que
él y otros niños de la clínica pudieran jugar al fútbol.
Cualquier otra teoría sobre su origen, que incluya a alemanes o a
otras nacionalidades, puede acabar arruinando una prometedora conversación.
¿Cómo que prefiere las playas del Mediterráneo?
«Estamos muy orgullosos de nuestras playas, y la temperatura del agua
solo las hace mejores». Una vez que los extranjeros tengan claro esta premisa
el resto es pura palabrería. «Entrar en el agua siempre se convierte en un reto
que provoca risa nerviosa, y sí, admitimos que muchas veces podemos estar un
largo rato quietos allí, notando cómo los miembros de nuestro cuerpo se van
volviendo insensibles. Pero solo podemos calificar este momento como
¡PERFECTO!», describe para los menos experimentados Ana Bulnes. Y para aquellos
osados que aún tengan algo que argumentar en contra de los arenales gallegos,
solo hay que recordar que hace unos años The Guardian calificó a la
Praia de Rodas, en las Islas Cíes entre las mejores del mundo.
Situar Galicia en el País Vasco
Para aquellos poco letrados en geografía española, «un mapa, por
favor». Solo en este momento, aquellos que hayan tenido la mala fortuna de
colocar Galicia en el lugar del País Vasco, podrán ver que entre uno y otro
queda un vasto territorio: «Y si lo quiere comprobar, coja un autobús desde
Bilbao a Santiago de Compostela. Tendrá un montón de tiempo para pensar en
ello».
Perder el interés al conocer nuestra localización
«Somos
interesantes. Somos la Escocia española. ¡Comemos pulpo! ¡Estamos llenos de
misterios!». Más claro, agua.