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12 marzo, 2014

Españoles víctimas del chavismo


 Una veintena de españoles, entre los 1.300 detenidos por la represión del Gobierno

Tres de las 43 personas que siguen en prisión son españoles y 
muchos denuncian torturas

DANIEL LOZANO
Especial para EL MUNDO Caracas

Las fuerzas policiales han detenido en Venezuela a una veintena de españoles durante el mes de protestas opositoras contra el Gobierno de Nicolás Maduro, según las cifras que manejan las organizaciones de derechos humanos. En total, casi 1.300 personas fueron capturadas en todo el país.
Y entre los 43 que siguen en prisión, por lo menos tres de ellos son de nacionalidad española, como pudo comprobar EL MUNDO. En tres de los casos pesan denuncias por torturas y malos tratos. Además, la ciudadana española Yolanda Lara Morcillo (40 años), nacida en la Península, aguardaba al cierre de esta edición su deportación directa a Madrid.
Su pareja, José Luis Fernández Martín (de 54 años), con doble nacionalidad, no ha podido salir de Yaracuy (al oeste del país), en espera de los próximos pasos de un proceso penal abierto. Ambos fueron detenidos en San Felipe cuando quemaban neumáticos en la vía pública. Se les acusa de desarrollar "acciones desestabilizadoras y de dar instrucciones para cometer actos vandálicos y terroristas".(...)

Fernández y Lara, que llevan 18 años juntos, llegaron a Venezuela desde Costa Rica hace tres años. Su abogado desmiente las acusaciones y denuncia las inconsistencia de un proceso, que pese a no haber acabado, puede producir la deportación de la mujer.
Violado con un fusil
El caso más emblemático es el de Juan Manuel Carrasco, hijo de malagueño y con doble nacionalidad, cuya violación anal con un fusil en un cuartel militar de Valencia dio la vuelta al mundo. El joven carpintero, retenido durante más de 50 horas y que perdió tres veces el conocimiento por culpa de las constantes palizas, recibió la visita de los fiscales tras comparecer ante la prensa hace 10 días.
"Vinieron a decirme que mi violación había salido positiva, que en mis golpes había marcas de las botas [de la Guardia]. Me mandaron a callar y que no hablara más. Pero yo no me callo", relató ayer a este periódico.
"A nosotros nos consta, por los exámenes médicos, que la violación ocurrió", confirma Alfredo Romero, director de la ONG Foro Penal Venezolano, que atiende a los detenidos desde las primeras protestas en Táchira a principios de febrero.
"Me voy a ir un tiempo a España, mi papá está intentando sacar el dinero para enviarme allá", desveló Carrasco, quien se siente amenazado por el oficialismo, pero que dispone de la "protección" del Consulado Español, que le ha ofrecido asistencia.
Detención irregular
Otro joven, Ángel González, permanece encarcelado desde el 12F, primer día de protestas en Caracas. El estudiante español forma parte del grupo de 16 detenidos en Parque Carabobo, a pocos metros de donde cayeron asesinadas dos personas a balazo limpio. Se le acusa de participar en la quema de varios vehículos policiales, pese a que fueron capturados en el interior del Metro y comiendo en un restaurante.
"Se produjeron varias irregularidades en su detención", confirma el abogado de derechos humanos Nizar el Fakih. "No les aprehendieron en flagrancia ni con orden judicial. Después les agredieron brutalmente", añade.
A González le tuvieron más de cinco horas arrodillado y "le rociaron con gasolina, además de darles muchos golpes", sostiene Lilia Camejo, defensora del Foro Penal Venezolano. El chico, junto a cinco de sus compañeros, permanece encarcelado a la espera del dictamen del fiscal, "aunque no cuenta con elementos de convicción", insiste la jurista.
Sus familias han contado un sinfín de atrocidades: amenazas de muerte, presiones para confesiones falsas, baños de gasolina, descargas eléctricas, cascada de golpes y patadas envueltos en goma espuma...
Descargas eléctricas
A Raúl Ayala, también con doble nacionalidad, le fue un poco mejor: recibió malos tratos durante los días de su detención, incluidas descargas eléctricas, pero obtuvo libertad con régimen de presentación cada 30 días.
"Otro hispano-venezolano, Tomás Eliseo Dorado, tiene afectada la visión de un ojo como resultado supuestamente de un disparo perdido de la Guardia Nacional", informó Romero. "Cualquiera de ellos podría ir a la Audiencia Nacional Española", insiste el abogado, una de las cabezas más visibles de la sociedad civil venezolana que lucha contra la brutal represión del gobierno.
A los detenidos y heridos españoles hay que sumar la única víctima mortal hasta el momento: Wilmer Carballo, de origen canario y que vivía con su pareja y sus hijos en Cagua, zona de emigración isleña. Un motorizado simpatizante del oficialismo disparó al comerciante un balazo en la cabeza, cuando éste defendía junto a sus vecinos su urbanización de los ataques de las brigadas de choque chavistas.
Nada se conoce en torno a la investigación, aunque el gobernador de Aragua, Tareck Al Aissami, atribuyó la muerte a los "asesinos fascistas". La familia de Carballo culpa de los disparos a los temidos colectivos motorizados.
Sin pruebas
La historia de Eduardo y Leonardo Blanco Febles, hermanos mellizos, es otro ejemplo de arbitrariedad manifiesta. Los dos son escoltas profesionales y se dirigían al trabajo cuando el atasco por una marcha inmovilizó su motocicleta. La policía les interceptó y decomisó sus armas, ya que está prohibido su porte en manifestaciones. Ninguno de los dos, según sus abogados, iban a la protesta.
"Cuando horas más tarde fueron a retirar sus armas, quedaron detenidos y les sumaron a un grupo de 40 personas, capturado en esa misma protesta. Fue una detención ilegal, sin orden judicial y sin flagrancia", describe El Fakih.
"Una arbitrariedad tremenda que les ha dejado presos", insiste el abogado. A los mellizos les acusan de obstrucción de vía pública, daños a bienes públicos, lesiones leves en grado de complicidad, resistencia a la autoridad y porte ilegal de armas.
A Ricardo Monedero le detuvieron en Altamira (Caracas) "porque la Policía le acusaba de tener un vídeo donde aparecía lanzando cócteles molotov. Y como nunca presentaron el vídeo, le dieron régimen de presentación cada mes", recuerda su hermano, Rodrigo.
Carlos Dos Santos, Héctor Rosa, Juan Francisco Batlle y Alejandro Di Cola son otros españoles que han sufrido detenciones.