Te felicito, descubriste una
verdad que te atormenta
En tu alocución del 8 de marzo por la noche, en ocasión del día de
la mujer, hiciste ver que te has dado cuenta que la gente que protesta en las
calles no tiene líderes que los empujen o arrastren, te diste cuenta que ahora
hay gente que no responde a otra motivación que el impacto que les causa el
resultado del gobierno que presides, pero que, en descargo tuyo, es heredero
del desastre construido por tu predecesor a quien tu acompañaste como canciller
y que todo tu equipo también acompañó para construirlo.
Dijiste que ni siquiera a Capriles lo siguen porque le abuchearon
y se tuvo que retirar sin que le dejaran pronunciar un mensaje. Luego,
agregaste que eso es muy peligroso. Descubriste esa gran verdad que tu
revolución ha construido y ahora tienes que aceptar las consecuencias y
construirle #LaSalida. Eso está en tus manos.(...)
Maduro, la sociedad venezolana ha tolerado durante 15 años a un
gobierno que menosprecia a la gente y sus necesidades; tu gobierno, durante
todo este tiempo las ha utilizado para mantenerse en el ejercicio del poder, te
lo digo con la propiedad con la que me lo explicó Giordani y que hiciera
público el ministro Hector Rodriguez al referirse a la política para con la
población en situación de pobreza, o como me dijo Fidel Castro en La Habana: “a
la gente hay que tenerla ocupada aunque sea buscando comida para someterla”.
Ahora, parece que implantarás una versión moderna con una tarjeta electrónica,
pero siempre con el mismo propósito: someter al pueblo alegando que se le
defiende de un enemigo simulado por ustedes mismos.
Maduro, mucha gente se cansó de eso y se cansó porque ustedes
erraron el camino, tu revolución se apartó de la democracia y dejó de reconocer
que los partidos políticos, en negociación franca, honesta y transparente,
constituyen el mecanismo democrático para construirle solución a los problemas,
intereses y necesidades de la sociedad. Ustedes, en vez de ayudar a que los
partidos políticos edificaran mejores estructuras y liderazgos renovados se
empeñaron en convertirlos en el enemigo que necesitan para justificar una lucha
de clases que ustedes también se inventaron para hacerse ver como los
defensores de los pobres.
Maduro, la democracia no es sólo la farsa de elecciones que
ustedes han armado con una serie de mañas que inician con un sistema de
identificación que permite hasta la existencia de doble cedulados y no por
accidente. De eso, no le preguntes a la señora de “la tendencia irreversible”,
pregúntaselo al Coronel Santeliz, el que bajo su protección retiró a Chávez del
cuartel de la Planicie, a continuación de su rendición el 4 de febrero de 1992.
Él conoce mucho del CNE desde 1999 cuando comenzó a formar parte de sus filas;
sabe de Indra, de Smartmatic y de otras cosas que no sé si te sorprenderán.
Así, ustedes empujaron a la gente para que no creyera en partidos
políticos, ni en la dirigencia de esos partidos políticos y mucho menos en los
procesos electorales que dejan dudas sin ofrecer solución creíble.
La realidad ha demostrado que en esa necesidad de ustedes, de
mantener un “enemigo creíble” para exhibirse como guapetones, fracturaron al
país en dos toletes de similar magnitud. Uno, el tuyo y el otro, nosotros a
quienes la revolución nos niega nuestra identidad venezolana y nos llama
apátridas, escuálidos, oligarcas, burguesía parasitaria, majunches o fascistas
por no repetir otros obscenos calificativos que tampoco son muestras de ese
amor del que ahora hablas por simple conveniencia del momento. Yo no te creo.
Maduro, te diste cuenta que mucha gente que te adversa dejó de
creer en la dirigencia política y eso te incluye. No te pueden creer, por eso
cuando tu invitas a diálogo y alguien de la oposición acude a tu llamado lo ven
como un traidor y no como un líder en busca de soluciones para todos.
Ante el dialogo necesario, no se trata de imposiciones, ni de
condiciones, en contrario eres tu quien tiene la obligación de ofrecer
demostraciones de buena fe y darles tiempo para valorarlas. Tu no tienes la
voluntad, o no sé si es que no te permiten ofrecer esas demostraciones de buena
fe y pareciera que se te agotó el tiempo para ello.
Maduro, ahora, maniobras con discursos acomodados que pretenden
justificar tus desaciertos, como lo de que “candelita que se prende, candelita
que se apaga”, eso lo ordenaste con claridad: para “hacer valer, …/…, la orden
de nuestro comandante Hugo Chávez”, así que para entenderlo veamos la orden
originaria citada por ti mismo. Lo demás es escurrir el bulto…. Sea varón.
Maduro, te invito a que objetivamente y en la soledad de tu
conciencia evalúes esa realidad que ustedes han construido. A continuación, me
permito señalarte algunas dimensiones de esa realidad: vivimos en situación de
duda permanente que, por ejemplo y ante tantas versiones escuchadas, no sabemos
si en verdad eres venezolano a colombiano, o si tienes doble nacionalidad
porque tus padres son colombianos y la nacionalidad colombiana no se pierde;
dudamos sobre las circunstancias de lugar, tiempo y modo del fallecimiento de
Hugo Chávez y en ambos casos es tan fácil aclarar las dudas con la sola
presentación de copias certificadas de documentos que son de carácter público,
pero también tenemos la duda si en verdad esos documentos existen. Estos dos
casos ponen en tela de juicio la legitimidad y la legalidad de tu ejercicio
como presidente de la república; sufrimos las consecuencias del hampa que roba
y secuestra; de la violencia que, en promedio, asesina a un venezolano cada 20
minutos; de la impunidad de esos criminales que para colmo disfruta de
privilegios y protección en un sistema penitenciario corrompido; el acoso y la
agresión de unos motorizados paramilitares que actúan de manera pública y
notoria ante la mirada indiferente de los cuerpos de seguridad del estado pero
que tú y tu gobierno niegan su existencia; escasez de alimentos, de productos y
servicios para nuestra vida cotidiana; la pérdida del poder adquisitivo mas
voraz que ha sufrido el país en su era democrática; inseguridad jurídica;
inestabilidad económica; desempleo; corrupción; ineficiencia de una burocracia
creciente; efectos del narcotráfico; apartheid político; censura que impide una
comunicación e información oportuna y veraz; la mentira, el engaño y el fraude
como política de estado; la utilización de las instituciones del estado como
instrumento de dominación política mediante acciones que infunden miedo; la
entrega de la soberanía a un país extranjero y por si fuera poco la violación
continuada de la constitución y las leyes, entre las que resaltan.
Maduro, para que hagas esta reflexión piensa que tus adversarios
políticos somos unos pacientes y que tu eres el médico, piensa que te estamos
diciendo lo que nos duele y tu tienes que determinar cual es la enfermedad y
cual es el tratamiento adecuado, pero no me vengas con el cuento de que eso no
es lo que nos duele, somos nosotros los que lo sufrimos y así lo manifestamos.
Asume tu trabajo con entereza, tu estas allí para escuchar ese dolor de la
gente y ponerle el remedio que le cure. Se que estás muy distante de ser médico
y me disculpas el ejemplo, pero trato de que entiendas lo que hasta ahora no
has demostrado comprender.
Maduro, tú pides propuestas y yo te tengo dos. ¿Recuerdas que en
abril de 2002 tu y Cilia me pidieron que fuera a Miraflores para un reencuentro
con Chávez?, fue en la sede de Globovisión, donde ustedes dos llegaron a
hacerme la propuesta, mi negativa y sus razones las dejo entre tú, los testigos
y yo.
Hoy te digo que estoy dispuesto a ir, sin condiciones, pero a
conversar sobre esa lista de dolores y para demostrarte que a la revolución,
por la forma como está concebida, le resulta incompatible darles solución. Te
anticipo la conclusión de manera sencilla, para darle solución a esos problemas
tienes que sacrificar la revolución y eso no te es posible. Por eso, tu diálogo
será un fracaso y si a caso, te servirá para ganar tiempo en una huida hacia
adelante. A lo mejor y tienes éxito.
Mi segunda propuesta es que acepto trabajar a tiempo completo para
beneficio de la revolución y sin remuneración alguna. Maduro, nómbrame
comisionado especial contra la corrupción, otórgame facultad de acceso a los
archivos y documentos de todas las dependencias del poder ejecutivo y te
ayudaré a limpiar el gobierno de todos aquellos funcionarios que en el
ejercicio de sus atribuciones hayan cometido o permitido que se cometan actos
que merecen sanciones de conformidad con nuestra legislación vigente, igual
cosa para con aquellos que sin ser funcionarios públicos hayan cooperado para
que ello ocurriera. Te juro que, aún cuando tu revolución dice ser Bolivariana,
del decreto que promulgó Simón Bolivar contra la corrupción, fechado el 24 de
enero de 1.824 sólo sugeriré la aplicación de su artículo tercer que sería muy
útil a los fines de la contraloría social.
Maduro, espero por tu respuesta y nuevamente recibe mi
Felicitación por haber descubierto esa verdad que te atormenta.
PD: El decreto promulgado por Bolívar está publicado en
la página web del Correo del Orinoco con la siguiente nota que le
antecede:
En la praxis revolucionaria del Libertador la corrupción
administrativa tuvo un duro enemigo…/… Simón Bolívar que no dudó de la
contraloría ciudadana como herramienta básica para erradicar la corrupción y la
impunidad…/…